Las oleaginosas conforman el primer sector agroindustrial en la Argentina. Representan 23% de las exportaciones totales del país, con ingresos de divisas por casi US$ 6.000 millones. Desde 2001, el crecimiento de la producción local fue de 27%, sustentado fundamentalmente por la firmeza de los precios internacionales. Pero el sector exige previsibilidad por parte del Gobierno para invertir en molienda.
La industria aceitera se acostumbró a que su mercado es el mundo. A diferencia de otros sectores que exportan sólo excedentes, 90% de la producción de oleaginosas va al exterior. La Argentina es el primer exportador de aceite y harina de soja y girasol. Sólo la harina de soja el principal producto de exportación del país representó ingresos de US$ 2.556 millones durante la última campaña agrícola.
La Argentina exporta 3,5 millones de toneladas de aceite de soja, 1,5 millón de toneladas de aceite de girasol y 55.000 toneladas de aceite de maní. Los óleos de maíz y oliva ocupan una exportación marginal comparados con el resto de 5.000 y 10.000 toneladas, respectivamente.
La aceitera es, en esencia, una industria de commodities. Del total de exportaciones, 95% es aceite crudo; el resto se reparte entre envasados y refinados. El aceite se convierte en un producto diferenciado cuando se lo comercializa con marca. Es mucho más económico montar una refinería que una aceitera, aseguró Alberto Rodríguez, director ejecutivo de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara).
En Molinos Río de la Plata señalaron que las exportaciones argentinas de aceite envasado venían de un proceso de crecimiento y una importante diversificación en términos de mercados, lo cual implicó grandes esfuerzos en desarrollo de productos y marcas. Pero a las distintas barreras de ingreso de los países importadores, se agregaron las retenciones que no hicieron otra cosa que encarecer los precios de los productos con valor agregado.
A diferencia de otras industrias, la devaluación tuvo un impacto nulo sobre los aceites ya que 85% de los costos corresponden a la materia prima (el grano) y el comercio de la industria aceitera se maneja en el esquema del dólar, por lo cual la depreciación del peso favoreció a los productores de granos. De esta manera, la devaluación influyó de manera directa en el aumento de la producción.
El titular de Ciara aseguró que al vender 90% de la producción en el exterior, el valor de los productos se rige por el precio internacional. No hay forma voluntaria de modificar la situación.
Capacidad instalada y molienda de granos |
(En millones de toneladas) |
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Fuente: Ciara. Nota: La capacidad surge de multiplicar el mes de máxima molienda por 12 (doce). Se consideraron soja, girasol, maní, lino y algodón. |
A las puertas de una nueva ola inversora
Entre 1994 y 2000, se invirtieron, en capacidad de procesamiento, US$ 780 millones. La infraestructura instalada permitió que el volumen de molienda durante la década de los 90 se encontrara acorde a la producción de granos, pero el récord registrado en la última cosecha hace prever nuevos desembolsos.
El crecimiento llevó a la industria al pleno uso de la capacidad instalada y Molinos no fue la excepción, aseveraron en la empresa. El incremento de volumen procesado tuvo un impacto directo en las exportaciones de la compañía, que se triplicaron en el ejercicio 2002 con respecto a 2001.
Por su parte, Rodríguez percibe que la producción de granos volvió a superar a la capacidad de procesamiento y esta tendencia se volverá más pronunciada. Por eso creo que se está a las puertas de una nueva ronda de inversión. Sin embargo, los desembolsos encuentran algunos obstáculos en el corto plazo. En la industria consideran que todavía no hay señales claras para la economía del país. Las mayores críticas se centran en la no devolución del IVA por parte del Estado, y en las retenciones. También circulan rumores sobre un posible retorno de la intervención estatal en el comercio internacional de granos.
En Molinos afirmaron: Si bien hoy no se pueden eliminar las retenciones, se deberían bajar gradualmente al mismo nivel que el resto de los productos manufacturados para eliminarlas totalmente en el mediano plazo.
A la vez, en el ámbito internacional siguen las negociaciones que, en teoría, podrían modificar el actual escenario.
Producción y exportación de oleaginosas – Año 2002 | |||
(En miles de tn) | |||
Producción | Exportación | % Exportación | |
Grano de soja | 30.000 | 6.170 | 20,6 |
Aceite de soja | 3.970 | 3.590 | 90,4 |
Harina de soja | 16.940 | 16.450 | 97,1 |
Grano de girasol | 3.840 | 310 | 8,1 |
Aceite de girasol | 1.370 | 1.075 | 78,5 |
Harina de girasol | 1.260 | 1.145 | 90,9 |
Fuente: Ciara sobre la base de datos del Indec y SAGPyA. |
Valor de las exportaciones por producto – Año 2002 |
(En US$ millones) |
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Fuente: Ciara sobre la base de datos del Indec y SAGPyA. |
Destino de las exportaciones |
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Fuente: Ciara sobre la base de datos del Indec y SAGPyA. |
El mercado local
Para el director de Ciara, en el plano interno hubo un desarrollo importante de las segundas marcas con precios más bajos, reaparecieron muchos fraccionadores no tradicionales y surgió como producto el aceite de soja, que antes se utilizaba sólo en el aceite mezcla.
La situación económica hizo migrar el consumo hacia presentaciones de menor tamaño. El mercado interno de aceites sufrió en el último año una caída en volumen de 10%, de acuerdo con Molinos Río de La Plata. La devaluación afectó a las marcas de diferentes maneras. En cierto sentido, Unilever Bestfoods corrió la misma suerte que los consumidores. Miguel Kozuszok, cabeza de la compañía, explicó: Al no ser una empresa productora debimos pagar el aceite a precio dólar, lo que contribuyó a bajar la competitividad de Mazzola en el mercado interno. Así, el comportamiento del aceite de Refinerías Maíz fue calificado como no muy bueno.
Sin embargo, en Unilever y Molinos coincidieron en que se generará un crecimiento de las ventas de primeras marcas para lo que resta del año y durante 2004.