“Esperanza nda jãvei”

Los paraguayos ahora tienen esperanzas. Bastaron unas pocas señales del presidente electo, Nicanor Duarte Frutos, promesas de que las cosas cambiarían durante su gobierno, para que se rescatara un viejo dicho –el del título–, expresado en esa mezcla de español y guaraní que tanto utiliza la sabiduría popular: “La esperanza no se enmohece”. No es mucho, pero refleja un cambio de actitud. Antes, a la pregunta de cómo iban las cosas, era habitual recibir la respuesta: “Mal, pero acostumbrados”.

17 noviembre, 2012

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