De acuerdo con esta edición 2002 de Monitor Gerentes y en comparación
con los datos obtenidos en la muestra anterior, no se observan cambios significativos
en relación con la vivienda de los estudiantes: en esta oportunidad,
59% de un total de 1.373 entrevistados, a lo largo y ancho del país,
manifestó vivir con sus padres, contra 61% de 2001; 18% aseguró
vivir con amigos o hermanos (15% en 2001) y 10% dijo vivir solo (9% en la muestra
anterior). En cambio, se advierten modificaciones en cuanto a los ingresos del
hogar, con el ascenso del segmento de ingresos más bajos. De los encuestados,
34% señaló que el ingreso que se registra en su hogar no supera
los $ 1.500 contra 26% de 2001.
Tal vez por ello no sorprenda que, como viene ocurriendo a partir de 1999, una
vez más crece significativamente la evaluación negativa de la
situación económica del país. El cuadro 2 indica cómo
se expresaban los estudiantes sobre este tema entre 1997 y el año que
pasó. No obstante, entre octubre de 2001 y octubre de 2002 crecen algo
las expectativas entre los estudiantes de que en los próximos 12 meses
mejore la situación económica del país.
Capacitación: Por María Braun* |
Comparando con el año pasado, hay un moderado aumento de la percepción
positiva entre los estudiantes a punto de graduarse, en torno a la disminución
del desempleo. Pero esto no modifica la visión del impacto negativo que
pueda tener la desocupación sobre las perspectivas individuales, que
continúa siendo muy alta (aumenta 2% en comparación con 2001).
Sólo uno de cada 10 entrevistados no teme ser afectado en lo personal
(ver cuadro 4).
Trabajo y estudios, por carriles separados
En los últimos cinco años ha cambiado significativamente el perfil
de los que están a punto de graduarse en relación con el trabajo:
cada vez son más los que no trabajan y menos los que lo hacen en algo
vinculado a sus estudios. Estos trabajos son, incluso, más inestables,
aumentando la proporción de los que no trabajan una cantidad fija de
horas. La devaluación del trabajo de los estudiantes es mayor entre los
que estudian en universidades públicas.
En el último año, se ha reducido significativamente el porcentaje
de los que trabajan en algo ligado a sus estudios. Un análisis longitudinal
muestra que algunas carreras –contador, relaciones laborales, marketing
y publicidad, computación– han sufrido más que otras esta
devaluación del trabajo. ¿Una señal de dónde ajustan
las empresas?
Internet: De acuerdo con el relevamiento de 2002, se consolida entre |
Apuesta Por Eduardo López Hernández* |
Por otro lado, si bien son cada vez más los que buscan empleo, no se
modifica sustancialmente la estrategia de la búsqueda. De hecho, continúa
creciendo la valorización de las bolsas de trabajo y las pasantías
como métodos de las firmas para la búsqueda de nuevos profesionales,
en tanto los programas de entrenamiento en empresas obtienen cada vez menos
menciones (ver cuadro 9). La orientación por parte de la facultad y las
charlas con gente que trabaja en áreas similares a las de interés
son las fuentes más útiles para evaluar las perspectivas profesionales.
Cabe destacar el creciente papel de Internet y la sistemática caída
de la experiencia laboral-trabajo en vacaciones como fuentes de información.
Capacitación, posibilidad de progreso y seguridad de empleo a largo plazo
continúan siendo, como viene ocurriendo desde 1999, los factores más
importantes a la hora de evaluar una oportunidad de trabajo, al tiempo que disminuye
el peso de un buen salario inicial o la expectativa de desarrollar aptitudes
especiales.
Educación: siempre en ascenso
Se consolida, e incluso crece, una valoración altamente positiva de la
educación universitaria como posibilidad de acceso a un nivel de vida
superior. Desde 1997 las respuestas se expresan en este sentido: en aquel entonces,
66% de los próximos a graduarse afirmaban estar muy o bastante de acuerdo
con que esa ubicación les daba una perspectiva más amplia acerca
de la vida. Esta perspectiva incluye por igual a los estudiantes de las universidades
públicas y de las privadas.
Al igual que en años anteriores, los estudiantes se autodescribien con
características fundamentalmente positivas, como responsables, trabajadores,
motivados por el éxito personal, realistas y prácticos. A la hora
de evaluar sus capacidades adquiridas, sin embargo, no se autoevalúan
demasiado bien. Cabe destacar que, como en otros años, los de las universidades
privadas tienden a autoevaluarse mejor que los de las universidades públicas
en materias tales como manejo de inglés, computación, capacidad
de gerenciar Recursos Humanos y experiencia laboral.
Estas autoevaluaciones, sin embargo, han disminuido en relación con años
anteriores, particularmente en aquellos aspectos ligados a las capacidades laborales,
como experiencia anterior y capacidad gerencial.
Como en ediciones anteriores, los estudios de posgrado son una alternativa para
amplios segmentos de este público. De hecho, casi nadie los descarta
por anticipado: sólo 4% de los entrevistados responde que no continuará
sus estudios. No obstante, cabe señalar que si bien la mayoría
acuerda con la idea de que es necesario hacer cursos de posgrado para conseguir
un buen empleo, estos guarismos son hoy menos significativos que en las mediciones
anteriores (55% durante 2002 frente a 65% de 2001). Por otro lado, es muy alto
el porcentaje de entrevistados que todavía no han decidido qué
quieren estudiar y dónde (52%).
Cuando el Por Lisandro Bril* |
La proporción de estudiantes que piensan continuar sus estudios es algo
mayor entre las universidades privadas: 64% frente a 58% de las universidades
públicas. Cabe señalar, sin embargo, que la brecha entre ambos
tipos de institución, que se había ampliado el año pasado,
ha disminuido este año (69% contra 58% respectivamente). Por otro lado,
un análisis por carrera muestra que los estudiantes de economía
son los más interesados en continuar sus estudios (78%). Por cierto:
un análisis longitudinal indica que, con excepción de estos estudiantes
de economía, se mantiene más o menos estable la proporción
de estudiantes de distintas carreras que piensan continuar con sus estudios.
Expectativas laborales: un horizonte lejano
En lo que se refiere al futuro, como en años anteriores, los estudiantes
siguen confiando en sus posibilidades de largo plazo. En el corto plazo, en
cambio, las expectativas siguen bajando. También en baja se encuentran
las expectativas salariales, tanto entre los estudiantes de universidades públicas
como privadas. Cabe señalar que la esperanza de obtener un salario más
alto se presenta, como era de esperar, entre quienes ya están trabajando
en algo relacionado con sus estudios (ver cuadro 14).
En relación con el último año, se mantienen los niveles
de decisión/indecisión respecto del área de interés
laboral. Consultoría e investigación de mercado, juntamente con
productos de consumo masivo, continúan siendo las ramas de actividad
preferidas, a la vez que se observan cambios significativos respecto de otros
años: básicamente, un menor interés por los servicios financieros
y un crecimiento de la industria manufacturera, en sintonía, tal vez,
con la reciente actividad económica registrada en el país (ver
cuadro 16).
Además, de la comparación con los datos de 2001 surgen algunos
cambios menores:
a) servicios financieros deja de ser la principal opción para los estudiantes
de economía;
b) productos de consumo masivo, que estaban en segundo lugar, pasan a ser la
principal opción de relaciones laborales y marketing;
c) industria manufacturera pasa a tener un lugar más destacado entre
los futuros ingenieros;
d) se observa un crecimiento del interés por el sector educativo en varias
carreras.
Empresas: las preferidas de los estudiantes
Como en anteriores ediciones de este trabajo, este público es bastante
crítico con respecto a la voluntad de las empresas de cumplir con sus
responsabilidades sociales. Al igual que en 2001, 59% del total de los entrevistados
manifestó estar muy o bastante de acuerdo con que la industria y el comercio
no le prestan la atención que deberían a sus responsabilidades
sociales.
La honestidad, la calidad de los productos y servicios, el prestigio y la solidez
son los factores considerados más importantes para formarse una imagen
positiva de una empresa. Una lectura longitudinal de los datos muestra que la
honestidad ha pasado a ocupar el primer lugar, en tanto el prestigio –un
atributo que puede ser considerado más frívolo o light– ha
disminuido. En concordancia con la crisis de expectativas ha disminuido también
el peso del salario, a la vez que ha aumentado la demanda de un compromiso activo
con la comunidad (ver cuadro 17).
En las primeras 10 empresas con mayores índices de preferencias, 2002
mostró una mayor concentración de las voluntades. Puestos los
estudiantes a elegir una de las cinco empresas mencionadas, se observa que Techint
retoma su posición de liderazgo, en tanto se consolida el lugar de Arcor
y crece Unilever.
Los niveles de pesimismo de los estudiantes se manifiestan en relación
con la posibilidad de trabajar en aquellas empresas donde más desean
hacerlo. De hecho, continúan aumentando: 4% del total de encuestados
cree que no tiene ninguna posibilidad de hacerlo (contra 2% de 2001), en tanto
38% cree que tiene pocas chances frente a 35% de la edición anterior.
M
MERCADO On Line le amplía la información: • “Retrato de los gerentes del futuro”. MERCADO, enero de 2002. http://mercado.com.ar/mercado/vernota.asp?id_producto=1&id_edicion=1010&id_nota=25 • “Dónde quieren trabajar los jóvenes”. MERCADO, diciembre de 2000. http://mercado.com.ar/mercado/vernota.asp?id_producto=1&id_edicion=997&id_nota=8 • “Dónde quieren trabajar los jóvenes”. MERCADO, diciembre de 1999. http://mercado.com.ar/mercado/vernota.asp?id_producto=1&id_edicion=985&id_nota=18 |