Más apuesta a futuro que resultados inmediatos

Las empresas de televisión por cable y satelital debieron atravesar durante 2002 uno de sus años más difíciles. Tras la devaluación, se vieron obligadas a renegociar sus contratos –en dólares– con las señales extranjeras, lo que desencadenó sucesivos aumentos en el abono básico y, en algunos casos, hasta el recorte en las grillas de programación. También cayó el número de abonados y crecieron de manera considerable las conexiones clandestinas al cable. A pesar de este difícil panorama, algunos jugadores tienen algo que exhibir: la televisión satelital siguió ofreciendo nuevos servicios a sus usuarios mientras que empresas proveedoras de contenidos vieron en la nueva paridad cambiaria la oportunidad ideal para exportar el talento local a distintos mercados internacionales.

17 noviembre, 2012

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