La mitología remite a Baco, el dios del vino para los romanos y como Dionisio
para los griegos, con sus ágapes en los que el vino oficiaba como protagonista
principal en ceremonias donde se producían hechos milagrosos.
En la Argentina, desde los inicios de la década de los ’90, la actividad
vitivinícola no para de crecer. El informe especial elaborado por MERCADO
revela el potencial exportador de la industria y la mirada que sobre ella han
puesto los inversores extranjeros.
También enfrenta dificultades, emparentadas con la modesta presencia que
los vinos locales tienen en el mundo, una tarea pendiente para los empresarios
de un sector que, pese a estos inconvenientes, aparece como uno de los potenciales
motores de la economía.
El informe recala además en la estrategia de las bodegas para adelantarse
a los gustos de una demanda que comienza a especializarse a la hora de degustar,
de un modo impensado décadas atrás.
También se observa una sorprendente tendencia, como la que enlazan al néctar
en el que Dionisio se erigió como referente para las antiguas culturas
con el turismo, y en la que se apoyan estrategias de fidelización y promociones.
Así, se afianza un nuevo marco que sirve de base para el desarrollo de
nuevas profesiones y especialidades, como la sommellerie, con expertos capacitados
para administrar y aconsejar sobre diversas variedades. Las preferencias de los
hombres de negocios y la orientación que toma la demanda en los establecimientos
gastronómicos más importantes. Un compendio del vino y de su mundo
en las páginas que siguen.