¿Un caso emblemático, un modelo a seguir o una excepción interesante?
La crisis del sudeste asiático en 1997 alcanzó a la nación malaya, aunque este país no necesitó recurrir a organismos multilaterales de crédito y, por tanto, no debió aceptar las recetas que a duras penas digirieron Corea del Sur, Tailandia y Filipinas. Eligió otro camino y, por eso, desapareció de las páginas de los diarios, pero no de las ruedas de la economía global.
17 noviembre, 2012
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