Qué y cuánto compra el Estado

    El ex fiscal Luis Moreno Ocampo recuerda que hace un año y medio, en una charla que dio en Panamá ante unos 350 presidentes de compañías latinoamericanas, hizo una encuesta informal pero reveladora. Si bien ninguno de los asistentes se animó, en principio, a reconocer que pagaba sobornos para concretar un negocio con los gobiernos de América latina, casi 80% levantó la mano cuando se le preguntó si creía que sus competidores lo hacían. “Cada vez que un competidor paga por participar”, les dijo, “ustedes pierden un negocio”.


    Este fue el disparador que gestó la creación de Mercados Transparentes, uno de los emprendimientos locales dedicado a producir y brindar información por Internet sobre las compras nacionales, provinciales y municipales. “La idea es armar un sistema que reduzca la asimetría de la información sobre las licitaciones y compras directas del Estado y que permita abrir el juego de este negocio a través de la competencia”, afirma Moreno Ocampo.


    En América latina, las compras del sector público suman alrededor de US$ 350.000 millones. En la Argentina, a pesar de las tribulaciones fiscales, el Estado gastará este año casi $ 6.500 millones en la adquisición de una amplia gama de productos y servicios. “A pesar del tamaño del negocio, casi ocho de cada diez compañías capacitadas para venderle al Estado no lo hacen”, señala Moreno Ocampo. “En un país con problemas serios de consumo hay un mercado de $ 500 millones mensuales que no está explotado”.


    Gustavo Korenblit, gerente comercial de Licitatio.com, una compañía de la incubadora Latin Lab que también brinda on line un servicio similar desde julio del 2001, asegura que el problema básico ­del cual derivan muchos otros­ que desalentaba, hasta hace poco, la posibilidad de convertirse en proveedor del Estado era la descentralización de la información disponible.


    “Internet permitió revertir esta situación. Nuestros clientes se enteran de inmediato de las licitaciones relacionadas con los productos y servicios que ofrecen”, explica Korenblit. “Hay alrededor de 35.000 contrataciones por año; si no existiera este tipo de servicio privado se encontrarían con una información parcial y disgregada”. Los suscriptores de Licitatio reciben por e-mail, con el servicio más completo, un informe de los pedidos que incluye la versión digitalizada de la mayoría de los pliegos y de las adjudicaciones. También pueden entrar en el sitio y conocer la evolución histórica de todas las operaciones. Más de 70% de los clientes ya eran proveedores estatales y alrededor de 30% son grandes empresas, como las telefónicas o los laboratorios.


    Orientarse en el laberinto


    “En la Argentina hay algo más de 2.100 oficinas de compra y, como no está centralizada la información, las compañías tendrían que recorrerlas o esperar que se publique algo para enterarse de que se solicitan productos que ellas venden”, explica Moreno Ocampo. Y destaca que los servicios que ofrece les permiten a las empresas reducir los costos de transacción. Este modelo, afirma, facilita el acceso a las compras públicas a las Pymes que no tienen, como algunas grandes empresas, gerentes que gestionan la relación con el Estado. En el caso de Mercados Transparentes, el acceso a los datos de los llamados y pliegos es gratis. “Queremos que la apertura sea masiva”, advierte Moreno Ocampo. Por $ 30 mensuales se le envían al cliente por correo electrónico los avisos personalizados con sus respectivas bases y condiciones.


    El secreto de las dos compañías para recopilar los datos y volcarlos a la Web con eficiencia y rapidez, es una red de corresponsales propios que frecuentan y preparan los contactos en los organismos. Según el ejecutivo de Licitatio, después de un año y medio, y con un “trabajo de hormiga”, han logrado una comunicación fluida con las oficinas de compras. La gestión estrecha con estas dependencias les permite, además, conseguir datos sobre las compras directas que muchas veces no se hacen públicas.


    Como la información se consigue de forma directa, los servicios de Mercados Transparentes y Licitatio son los primeros en comunicar la oportunidad de negocios a sus clientes. En la mayoría de los casos, el plazo entre la publicación del llamado en los boletines oficiales y la adjudicación de las contrataciones es muy corto, y ante la complejidad de los pliegos las compañías no llegan a presentarse a tiempo. Según Mercados Transparentes, en la provincia de Buenos Aires el plazo no superó, en agosto, el promedio de los ocho días. El resumen histórico de Licitatio entre mayo y septiembre de este año revela que, en términos globales, la vigencia de las licitaciones asciende a sólo 13 días.


    La falta de información clara y completa contribuyó a que se generara desconfianza sobre la transparencia de las operaciones. “Hay una multitud de compañías diferentes que ganan. No es tan fácil arreglar una licitación”, señala Manuel Wechsler, gerente de contenidos de Licitatio.com. “Pero también hay algunas que se presentaron en 400 licitaciones de muy diferentes rubros (salud y alimentos, por ejemplo), y ganaron las 400. Obviamente, esta situación desalienta a los pequeños y medianos proveedores”. Según Licitatio, el promedio de oferentes por contratación, en septiembre de este año, no llega a cuatro, mientras que el año pasado superaba los cinco.


    ¿Mal pagador?


    Una de las mayores preocupaciones de los potenciales proveedores del Estado es la capacidad de pago de las dependencias oficiales. Una encuesta de Gallup revela que 30% de las compañías se niega a entrar en el sistema porque considera que el Estado no cumple con las fechas preestablecidas. En este sentido, la información que maneja la compañía de Moreno Ocampo revela que, en agosto de este año, entre los más retrasados se destacaban los organismos del Ejecutivo nacional y la provincia de Tucumán. Entre los mejores pagadores descollaban San Luis, Santa Fe, Entre Ríos, La Pampa y Tierra del Fuego. La provincia de Buenos Aires había reanudado sus pagos a condición de que los proveedores aceptaran 50% de las facturas en patacones. Y los proveedores de Formosa, Corrientes y Misiones cobraban únicamente en bonos provinciales.


    Ante este panorama, Mercados Transparentes quiere desarrollar el negocio de factoring con algunos bancos locales. Por ahora, concretó un acuerdo con el Creedicoop para que los clientes de la entidad puedan venderle sus facturas y asegurarse, de esta manera, el cobro de las ventas estatales. “De los $ 500 millones que se compran por mes, la mitad se paga en fecha. Y nosotros tenemos identificados a los organismos que cumplen con los plazos. Por lo tanto, el factoring es un negocio atractivo para ellos”, afirma Moreno Ocampo. Y subraya que, al saber quiénes son los ganadores de las licitaciones, disponen de la información inmediata de las empresas interesadas en anticipar el pago de sus compras.


    El objetivo, asegura, no es reemplazar al Estado. “Garantizamos el acceso de las empresas al mercado público y esto exige, por un lado, conocer qué compra el Estado y, por el otro, qué compañías están dispuestas a venderle. En definitiva, estamos transformando el sistema de compras público sobre la base de generar un mercado más transparente. Aunque los organismos oficiales armen un sistema de e-government que centralice la información, si se arman carteles no podrán conseguir buenos precios”.


    El Estado podría ahorrar, según el ex fiscal, por lo menos US$ 700 millones anuales (12% anual de las compras totales) con la apertura de la competencia. Este pronóstico se basa en el caso testigo de Cebra, una compañía del Banco de Montreal que implementó un sistema similar en el gobierno de Canadá para algo más de 2.000 agencias públicas. Con esto, en dos años se incrementó en 250% el número de proveedores y se logró reducir 15% los precios de compra.


    Gracias a la Web


    Si bien las comparaciones son difíciles, porque el precio de un mismo producto varía según la marca y la cantidad solicitada, hay casos concretos que demuestran, por lo menos, una disparidad de criterios a la hora de las cotizaciones.


    Los directivos de ambas compañías son conscientes de que, en algún momento, tendrán que incorporar valor agregado a los servicios básicos, que sólo incluyen información sobre los llamados y sobre los pliegos. Wechsler, de Licitatio, admite que si el gobierno fuera más eficiente y utilizara el potencial de la tecnología podría realizar perfectamente esta tarea. Por ese motivo, la empresa de Internet ofrece otras prestaciones, como consultoría y asesoría legal y está preparando informes sectoriales e investigaciones especiales sobre este mercado para sus clientes.


    “Este es un negocio nuevo porque sin Internet no era posible concentrar la información”, destaca Moreno Ocampo. “El producto inicial quizá desaparezca en menos de cinco años porque lo más probable es que la información se consiga on line en múltiples sitios”. Por ese motivo, Mercados Transparentes está prestando particular atención a los servicios de entrega de los pliegos en papel ­aptos para cotizar­ que podrían llegar a representar un tercio de las ganancias de la compañía. “La perspectiva de mayor crecimiento está en la generación de información sobre mercados específicos que le permitan a los clientes conocer su negocio y mejorarlo”, señala.

    Distribución de
    las compras públicas
    Gobierno nacional 40,88%
    Gobiernos municipales 12,60%
    GCBA 16,14%
    Gobiernos provinciales 30,38%
                 PBA 55,62%
                 Otros 44,38%
    Fuente: Licitatio.com

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    Fuente: Mercados Transparentes.

     
     

    “Mercados Transparentes abre una ventanilla para venderle al Estado”.
    La Nación, 26 de agosto de 2001.
    http://www.lanacion.com.ar/01/08/26/de_330347.asp

    “Ahora, el Estado podrá hacer todas sus compras a través de
    Internet”
    . Clarín, 16 de agosto de 2001.
    http://www.clarin.com.ar/diario/2001-08-16/e-02201.htm

    “Ultimas novedades”. Home page de Mercados Transparentes.
    https://www.mercadostransparentes.com/home_page/
    nuevo/principal_5.htm

    “Piden la difusión por Internet de las compras del Estado”. La
    Gaceta
    , Tucumán, 19 de agosto de 1999.
    http://www.lagaceta.com.ar/net19081999/ar5.htm

    “Es rentable venderle al Estado”. El Cronista, 3 de octubre de
    2001.
    http://www.cronista.com/