Cuando el e-mail se hizo voz

    Sólo es necesario un teléfono, celular, fijo o público, para que un ejecutivo acceda a la bandeja de entrada de su correo electrónico y se entere de cuántos son sus nuevos mensajes, qué reuniones tiene agendadas para el resto del día o cuál es el número telefónico a través del que se puede comunicar con tal o cual cliente.


    La herramienta que hace posible la ubicuidad de un e-mail es responsabilidad de MaximAccess, empresa local con foco en las telecomunicaciones. Con este emprendimiento se convierte en la primera compañía en ofrecer servicios de manejo de la información electrónica personal a través del reconocimiento de voz. Pensado para el mercado empresarial ­con especial foco en las Pymes­, el desarrollo tecnológico se propone como “una herramienta que permite aprovechar el tiempo improductivo del personal jerárquico de una empresa que, según estimamos, asciende a 24 horas por mes”, según explica Gonzalo Arzuaga, presidente de la compañía.


    La empresa, que nació a principios de este año con una inversión de US$ 500.000 aportados mayoritariamente por Gonzalo y su hermano Fernando, estima llegar a 7.500 usuarios en su primer año y medio de operaciones, y superar los US$ 2 millones de facturación en el 2002, año en que, de acuerdo con el ejecutivo, la firma alcanzará su punto de equilibrio.


    La tecnología de reconocimiento de voz utilizada por MaximAccess detecta las palabras y frases que el usuario emite desde cualquier teléfono, decodificándolas en el sistema, lo que se traduce en la lectura de un e-mail o de otro tipo de información a través de una voz digitalizada.


    Sin necesidad de instalar hardware o software, se debe configurar la cuenta de e-mail que se desea consultar para activar el servicio. Para usar el sistema, una vez efectuada la llamada, los usuarios se comunican con una central, desde la cual el sistema les pide que digan su nombre y apellido, y que tipeen o mencionen su contraseña. El sistema los saluda con su nombre y les dice, por caso, qué cantidad de mensajes nuevos tienen en su bandeja de entrada. “Sin apretar teclas en el teléfono y simplemente hablando, como si fuera con su secretaria, el usuario puede escuchar y responder los e-mails, agendar nuevas reuniones y consultar información”, explica Arzuaga.


    Definido como “un servicio de voz, con Web y WAP”, el valor mensual de la prestación es de $ 29,99 más IVA por usuario, precio que disminuye si se contratan más de 10, 20 o 30 cuentas. Esa tarifa incluye un uso ilimitado durante las 24 horas. Por el momento, MaximAccess también es la encargada de la comercialización de la herramienta, a través de venta directa y telemarketing. Según los cálculos que se barajan en la compañía, el servicio tiene un mercado potencial de 40.000 Pymes (de más de cinco empleados) y de 500 corporaciones.