A la búsqueda de oportunidades

    Mientras que hasta 1998 parecía afirmarse la combinación de la deflación con el aumento del consumo, la recesión, que ya arrastra tres años, introduce una modificación sustancial en el modelo de consumo de los argentinos.


    En esta edición de la Radiografía del Consumo se encuentran diferencias que sólo pueden ser explicadas por nuevas combinaciones: lanzamiento de nuevas marcas de bajo precio, alta selectividad de lo que se compra o deja de comprarse y mayor sensibilidad al precio por parte de los consumidores.


    En 1999 ya se observaba que, aun con precios en baja, los volúmenes de ventas seguían el mismo camino descendente. Este año, mientras el arroz pierde participación en facturación, con una baja de precios de algo más de 20%, las golosinas aumentan su gravitación en las preferencias de los argentinos, que en tiempos de recesión se vuelcan a las pequeñas gratificaciones.


    Las gaseosas, por su parte, pierden terreno en la facturación total de las bebidas sin alcohol, en tanto que aumenta la participación de las bebidas relacionadas con la vida sana.


    Durante las etapas iniciales de la recesión, los consumidores venían resistiéndose a dejar de comprar productos para su cuidado personal, que, a pesar de la crisis, aumentaban en ventas. Pero en el primer semestre de este año su resistencia fue finalmente vencida y los que más perdieron fueron las cremas dentales, desodorantes y algodones.


    En cuanto al cuidado del hogar, cada vez con mayor frecuencia los consumidores tienden a resolver las necesidades de aseo de la casa utilizando limpiadores y desengrasantes multiuso, que a fuerza de marcas de bajo precio y envases económicos conquistan las preferencias de los argentinos.


    Pero, cuando de tratamientos para la ropa se trata, los consumidores comenzaron a gastar menos en suavizantes en el primer semestre de este año.


    Ganadores en la adversidad


    Así las cosas, mientras que las ventas de ropa y calzado pierden volumen, el segmento infantil crece a un ritmo de 10% anual.


    Por su parte, las farmacias se consolidan como el principal canal para los consumidores que buscan comprar analgésicos y hepatodigestivos, un mercado que mueve por año algo más de US$ 300 millones. La recesión retrasó el desarrollo local de nuevos canales para fármacos de venta libre, que promete un crecimiento anual superior a 10% gracias al progresivo consumo de suplementos dietarios, productos fitoterapeúticos y alimentos funcionales.


    Uno de los datos más alarmantes se encuentra en el consumo interno de automóviles, que en el 2001 podría alcanzar el nivel más bajo de la última década.


    Los consumos que más sufren son, como era de esperar, los de bienes durables. En los primeros ocho meses del año, las ventas dentro del mercado local disminuyeron 41% con respecto al mismo período del año anterior. El plan de competitividad que benefició a la industria redujo alrededor de 10% el precio de los vehículos pero aún no logró reactivar la demanda interna.


    Por otra parte, el mercado de compra y venta de departamentos, casas, locales y oficinas no logra encontrar el camino de la reactivación. Si bien la sobreoferta de inmuebles alentó la caída de los precios del sector, en los primeros seis meses del año la cantidad de escrituraciones disminuyó a niveles similares a los del tequila.


    A pesar de ello, algunos fabricantes de electrodomésticos apuestan a modernizar al segmento ABC1. En los hogares argentinos más pudientes, los hornos a microondas con múltiples funciones, las cocinas de alto diseño y el DVD, ganan un importante espacio.