El matrimonio AOL Time Warner perjudicó especialmente al ex hijo prodigio: Time Inc. Considerada la estrella del grupo, la venerable editorial hoy siente el desconcierto de tener que pelear otra vez por un lugar.
Este año, las tres publicaciones semanales más reconocidas de la editora Time, People y Sports Illustrated han sufrido una importante caída en la sección publicitaria, al igual que Fortune. Otras empresas ya han adquirido participación en esta última revista y se han reducido algunos puestos de trabajo. Posiblemente renuncie más de la mitad de los célebres 14 editores estables de Time Inc. Además, se esperaba que las empresas controlantes presentaran más de 800 ofertas a los 13.000 empleados de la editorial a fines de mayo, y el personal sospecha que habrá más reducciones para fin de año. Don Logan, presidente y CEO, se niega a descartar esa posibilidad. “No tenemos idea de cuántos acepten las ofertas”, aclara. (Un ejecutivo de Time comentó que la empresa espera que lo haga un tercio del personal.) “Una vez que esto pase, decidiremos si habrá más recortes o no”, señala Logan.
El personal interno culpa a la nueva compañía, antes que a la economía. “La gerencia sufre de una terrible jaqueca por culpa de AOL”, indica un ejecutivo de Time Inc. Por eso, abundan las expresiones de desconcierto, enojo y nostalgia. Fuera de la empresa, en un entorno de confusión y decepción, se tiene la idea de que AOL Time Warner no ha tenido ninguna consideración con la joya del mundo de las revistas. Según observadores y empleados de la empresa, Time Inc. amasó un crecimiento récord dentro de una sociedad cotizada en bolsa, con múltiples y costosos lanzamientos al año, mucho antes de que AOL apareciera en escena. Tuvo 37 trimestres consecutivos en alza.
Logan señala que esa información es “errónea”, y agrega: “Time sigue desempeñándose de la misma manera que lo hacía antes. Sólo se tratará de un ligero cambio de ritmo”.
AOL Time Warner no intenta destruir a Time Inc., como sugieren algunos. “Lo más importante de nuestra cultura”, asevera Logan, en referencia a la parte editorial y periodística, “sigue siendo sagrado”.
Pero no todas son malas noticias. Bob Pittman, codirector operativo, le atribuye a Time el aumento de suscriptores de America On Line, gracias a la distribución de sus CD a los suscriptores de la revista. A su vez, AOL proporciona a Time una nueva fuente de suscripción para sus títulos. Logan afirma que la fusión “permitió a la revista desarrollar una estrategia de Internet sin gastar una fortuna”.
Pero los cambios previstos para este año podrían afectar significativamente a la antigua Time caracterizada por eximios periodistas, retribuciones generosas y extensas carreras profesionales, que ya pareciera lista para ser atesorada en algún rincón de los recuerdos, como las famosas fotografías en blanco y negro de Time y Life que decoran las paredes de la empresa.
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