Para un vendedor de electrodomésticos, una mujer de más de 45 años puede representar un duro desafío. A esa edad, es muy probable que esté por comprar su tercera heladera, o su segundo lavarropas automático, de modo que se concentrará en las funciones de los aparatos que más utiliza y no estará dispuesta a pagar más por una sofisticada pantalla en el horno a microondas.
Los expertos del sector aseguran que la decisión de los electrodomésticos es compartida entre ambos sexos, pero los papeles suelen estar bien definidos: las mujeres presentan una terna de opciones y los hombres deciden sobre la forma de pago.
“Antes, los hombres solían observar la parte técnica, sobre todo en las heladeras, pero ahora son las mujeres las que seleccionan el electrodoméstico que desean, de manera que la decisión de compra se vuelca, con el tiempo, hacia ellas”, señala Sergio Soliño, gerente de marca de Whirlpool.
En la Argentina, la empresa comercializa, además de su propia marca, la tradicional Eslabón de Lujo y su nueva línea Cónsul, con las que controla 21% del mercado de electrodomésticos y factura en el país algo más de US$ 130 millones al año.
“Las mujeres de más de 45 años no compran por impulso”, resalta Soliño que dice tenerlas bien estudiadas y asegura que 30% de las ventas de la marca Whirlpool proviene de ese segmento.
Pero admite que, en los productos de alta gama, los hombres están participando con más frecuencia en las decisiones de compra. “Muchos hombres ahora son gourmets y están dispuestos a pagar más por una heladera con dispenser de hielo, o una cocina que se adapte a la decoración del ambiente en el que recibe a sus amigos”.
Por otra parte, las mujeres mayores parecen buscar el consejo de sus pares a la hora de elegir electrodomésticos. Al menos eso es lo que surge de los estudios de Whirlpool entre las consumidoras con experiencia, que prefieren encontrar en los locales a vendedoras de su edad.
En opinión de Soliño, hay que tener en cuenta que las mujeres mayores de 45 años están dispuestas a pagar más por dos razones: funcionalidad y seguridad. “No pagarán un centavo más por un horno a microondas con pantalla digital, pero sí por uno que descongele más rápido, porque saben que, por su modo de vida, las funciones que necesitan son las esenciales. Por otra parte, son muy fieles a las marcas que siempre les demostraron ser confiables, especialmente en el servicio de posventa”.
Magdalena
Ruiz Guiñazú (66)
“Somos la generación
de la píldora”
Carlos Ulanovsky
cuenta en su libro Estamos en el aire que en 1969 Bernardo Neustadt
buscaba una productora para su programa Tiempo Nuevo. Le presentaron
a una traductora que había colaborado con la revista Vosotras
y con Buenas tardes, mucho gusto. Así ingresó Magdalena
Ruiz Guiñazú en los medios argentinos. Construyó
rápidamente un espacio propio en el mundo de la radio y participó
en la Comisión Nacional Sobre Desaparición de Personas (Conadep)
de donde surgiría el legendario informe Nunca más.
Hoy, a los 66 años, se sigue levantando Tempranísimo,
prepara nuevos documentales para televisión y ostenta uno de los
mayores índices de credibilidad entre el escéptico público
argentino.
-¿Qué
es lo que en mayor medida ha marcado a las mujeres que hoy tienen más
de 45 años?
-Somos la
generación de la píldora. Los años ´60 cambiaron
totalmente el mundo de la mujer, que pasó a decidir sobre su propio
cuerpo, a manejar su sexualidad; y esto fue fundamental en nuestra historia,
porque desde entonces pudimos decidir la extensión de nuestra familia,
saber que un encuentro amoroso ya no entrañaba el riesgo de quedar
embarazada. Por otra parte, creo que hombres y mujeres, a partir de los
45 años entran en una etapa de la vida en la que los hijos son
más autónomos y uno mismo tiene apuro en concretar sus planes,
tanto personales como laborales. En última instancia, sabe que
el final se acerca, de modo que las metas se hacen más acuciantes
en las personas activas y el desaliento se hace fuerte entre quienes no
se encuentran activos, y sufren los avatares de una mala retribución
social. Los países ricos tienen para sus ancianos jubilaciones
dignas, mientras que en la Argentina los miembros de la tercera edad pasan,
en su mayoría, situaciones muy penosas.
-¿Se
siente discriminada por marcas o por empresas?
-Bueno,
en cuanto a indumentaria se refiere, es difícil encontrar los talles
apropiados. En las boutiques donde hay ropa de moda no es común
encontrar un talle 10, mucho menos un 12, que en Estados Unidos son los
más vendidos. Esto me llama mucho la atención, no sólo
porque es discriminatorio, sino porque los fabricantes parecen ignorar
que las mujeres de más de 45 años, cuando están en
una posición económica aceptable, tienen una situación
mucho más asentada que la mujer joven, que muchas veces pasa por
el sobresalto de quedarse sin empleo.
-¿Por
qué cree que entre las cinco mujeres más admiradas del país
hay cuatro que tienen más de 45 años?
-Se trata
de mujeres muy activas y con una trayectoria profesional muy fuerte, que
trabajaron toda su vida y lo siguen haciendo en el mismo nivel y con la
misma actividad de siempre. Se trata de mujeres que, junto con su trabajo,
llevan una vida familiar, hacen las compras y le dan mucha importancia
al hogar, como se ve en los casos de Norma Aleandro y Mónica Cahen
D´Anvers.