Los que deciden

    El presidente Fernando de la Rúa encabeza la lista general de personalidades con mayor influencia, según los empresarios consultados, aunque tal elección parece fundamentarse más en la importancia que se le asigna a su cargo que en las características generales de su gestión gubernativa o en sus atributos personales. En un cercano segundo lugar se ubica el ex vicepresidente Carlos Chacho Alvarez, pero a diferencia de lo apuntado con respecto a De la Rúa, la mayoría de las menciones hace referencia a su desempeño, concentrándose en el escándalo del Senado y en la posterior renuncia a su cargo. Si se analizan desde el punto de vista valorativo, las opiniones están divididas y en una buena parte de quienes manifiestan acuerdo con su actitud aparece algún grado de recriminación por las consecuencias político-económicas que se le adjudican a su dimisión.


    El ministro de Economía, José Luis Machinea, con una valoración ligeramente positiva, ocupa el tercer puesto debido a la importancia que se le asigna a la cartera a su cargo, en un año que ha sido percibido como pleno de dificultades.


    La disputa por el cuarto lugar se establece entre el ex presidente Carlos Menem y quien fue superministro de su administración: Domingo Cavallo. Las referencias al último mandatario justicialista están asociadas mayoritariamente a la permanencia de su protagonismo y al afianzamiento de su papel opositor. Su influencia actual se considera no a partir de la actuación que le cupo durante el pasado año, sino de las consecuencias de su gestión presidencial. En cuanto a Cavallo, se lo valora como un referente de las reformas emprendidas, que goza de prestigio nacional e internacional, garantiza la estabilidad y genera permanentemente ideas y proyectos. La colaboración que le brindó al Gobierno hacia fines del 2000 es valorada positivamente por los consultados y sustenta gran parte de las elecciones.


    Los lugares más destacados del ranking general corresponden a personalidades del ámbito político o vinculadas con la función pública, razón por la cual el segundo cuadro ­políticos y funcionarios públicos­ no ofrece demasiadas diferencias en lo que respecta a los primeros puestos.


    En el referido a periodistas y personas con desempeño en los medios de comunicación es clara la ventaja de Jorge Lanata sobre quienes lo suceden. Puede conjeturarse que se deba a que exhibe un perfil más cercano a lo que habitualmente se asocia con la actividad periodística ­información, investigación­, mientras que Joaquín Morales Solá y Mariano Grondona son percibidos como analistas que se expresan a través de los medios pero con un grado de influencia que trasciende ese ámbito.


    El camionero Hugo Moyano, líder del Movimiento de Trabajadores Argentinos, es considerado el dirigente sindical de mayor peso, tal vez porque fue el principal protagonista de un exitoso paro general. Carlos Perro Santillán, mentor de la Corriente Clasista Combativa, y Víctor De Gennaro, principal referente de la Central de Trabajadores Argentinos, tuvieron también una decisiva participación en la motorización de la medida de fuerza, lo cual explicaría que ocupen el tercer y cuarto lugar. La razón del encumbramiento de los representantes de los sectores combativos en detrimento de la vieja guardia podría estar ligada con la conflictividad social existente, pero también con la percepción de la pérdida de representatividad y capacidad operativa de la dirigencia tradicional.


    Los mayores porcentajes de sin mención aparecen en los cuadros de personalidades vinculadas con el ámbito religioso (28%) y con las Organizaciones No Gubernamentales (41%), lo que evidenciaría la desinformación de los entrevistados en lo que hace a estos temas. En el terreno religioso ­donde pesan la credibilidad, la labor social y las ligazones personales con los factores de poder­ la falta de respuestas muestra la dificultad para seleccionar una figura prominente o especialmente destacada dentro de un episcopado renovado y de relativo bajo perfil. Llama la atención, además, que Herman Schiller, dirigente del Movimiento Judío por los Derechos Humanos y candidato de Izquierda Unida en las últimas elecciones, haya sido mencionado en este terreno que nada tiene que ver con su actividad y trayectoria. En el caso de las ONG se estaría expresando la baja capacidad de influencia que se les atribuye. Si al porcentaje de no respuesta se le suma que las ONG arrojan el más bajo promedio en la cantidad de menciones por entrevistado ­y que muchas veces se las clasifica mal­, queda claro que se trata de un universo distante y desconocido.


    El cuadro específicamente referido a la dirigencia empresarial exhibe pocas sorpresas. Los tres primeros puestos son ocupados por Franco Macri, Gregorio Pérez Companc y Juan Navarro, pero es destacable la aparición en los lugares 10, 11,12 y 13 de Marcelo Tinelli, Carlos Avila, Adrián Suar y Eduardo Eurnekian, lo que implicaría una alta valoración del papel que juegan actualmente los medios de comunicación, idea que se refuerza si se observa que éstos obtienen 52% de las menciones en el ranking de instituciones (agrupado), posiblemente debido a su capacidad para operar sobre la opinión pública y, en especial, para determinar la agenda de temas. El Senado de la Nación ­seguramente por las consecuencias de la crisis que se desató en los últimos meses del año­, la Presidencia, las organizaciones sindicales ­pese al desprestigio ya apuntado­, la banca, las empresas privadas y el Ministerio de Economía encabezan el cuadro de las instituciones a las que se considera más influyentes en el 2000.


    Es factible que la baja cantidad de menciones que obtienen las empresas y bancos estatales y la administración en su conjunto esté expresando la percepción de un Estado disminuido como agente económico en el mercado. Sin embargo, el volumen de las referencias a los órganos de poder político, a la cartera económica y a la Jefatura de Gabinete ­especialmente valorada a partir del nombramiento de Chrystian Colombo en ese cargo­ demostraría que es mucho lo que se espera aún de la función pública en el terreno económico y que la imagen del piloto automático, o la creencia de que es posible lograr la estabilidad y el desarrollo al margen de las vicisitudes políticas, está lejos de reflejar la opinión de los dirigentes empresariales.


    El 2001 es percibido como un año decisivo durante el cual se tomarán determinaciones que signarán las etapas posteriores. En este marco, cobra importancia la inminencia de un acto electoral al que se le asigna la posibilidad de abrir el camino hacia la consolidación de las instituciones democráticas. Pero las miradas están puestas en el nuevo escenario que se montó a partir del blindaje financiero y en la capacidad que demuestren los funcionarios para aprovechar las condiciones externas, que se estiman relativamente mejores que las del 2000.


    Domingo Cavallo, Carlos Ruckauf, Chrystian Colombo, José Manuel de la Sota y Carlos Reutemann son las personalidades que, a juicio de los encuestados, incrementarán su capacidad de influencia en el 2001, mientras que Carlos Chacho Alvarez y Hugo Moyano descienden varios puestos en la clasificación. En el terreno institucional, el Poder Ejecutivo Nacional en su conjunto ­sostenido por el Ministerio de Economía y la Jefatura de Gabinete­ sigue ocupando el primer lugar. Se prevé un mayor protagonismo de los partidos políticos y el decrecimiento de la incidencia de la Cámara de Senadores, las organizaciones sindicales y los medios de comunicación.


    El ranking de influencia publicado por MERCADO en 1977, a un año y medio de la entronización de la dictadura militar, estuvo dominado por los integrantes de las Fuerzas Armadas, que desempeñaban funciones públicas. Sólo rompían la monotonía unas pocas menciones a miembros de la Iglesia Católica y a personalidades de la ciencia y la cultura. Empero, resulta interesante observar la clasificación de algunas instituciones u organizaciones en términos de influencia atribuida. La comparación de aquellos datos con los actuales es técnicamente posible debido a que el sistema de puntaje utilizado en aquella oportunidad fue replicado con exactitud, a este único efecto, en el presente estudio. Sin embargo, algunas instituciones de aquella etapa ­como la propia Presidencia de la Nación o los gobiernos provinciales­ comparten solamente el nombre con las que hoy rigen y no son equiparables en términos de funciones. Otras, como la Junta de Comandantes o la Comisión de Asesoramiento Legislativo, fueron criaturas dictatoriales que desaparecieron con el regreso de la democracia. De modo tal que las comparaciones se limitarán a las instituciones equivalentes.


    En el caso de las empresas privadas, el ranking de 1977 establecía dos categorías: las extranjeras, con mayor puntaje, y las nacionales. Se intentó repetirlas, pero la mayoría de las respuestas ignoraban o no ponían énfasis en la diferenciación ­lo que no es un dato menor­ y al intentar discriminar la información se corría el riesgo de obtener respuestas poco genuinas. Se optó, pues, por agruparlas en una sola categoría general y hacer lo propio con las menciones de 1977.


    El dato más evidente que surge de la constatación de ambas encuestas es la desaparición de las Fuerzas Armadas como factor de poder, al menos en la percepción de los dirigentes empresariales. También es destacable la disminución de la capacidad atribuida al Estado como agente u operador económico, ya sea a través de la banca estatal o de la actividad de las empresas públicas. Las privadas y las asociaciones empresariales, en especial las que agrupan a productores rurales, también han perdido influencia desde 1977. Otro tanto sucede con la Iglesia Católica, la cual aparece jugando un papel relativamente menor que el de casi un cuarto de siglo atrás, y con la universidad, cuyo peso actual es insignificante según el sondeo.


    Las finanzas y la banca privada ­asociadas con el manejo de la inversión y del crédito­ mantienen la influencia que se les atribuía hace 24 años. En cambio, es significativa la caída de la Bolsa de Comercio, posiblemente debido a la crítica situación de los mercados emergentes.


    En cuanto a los partidos políticos, su posicionamiento no es mucho más favorable, aun cuando son sus principales referentes quienes ocupan los primeros lugares en el ranking de fin de siglo. Tal vez porque son percibidos como organizaciones cerradas que dirimen en cenáculos sus disputas y liderazgos pero no generan propuestas ni inciden en las grandes decisiones.


    Los medios de comunicación, las organizaciones sindicales y, en menor medida, el Poder Judicial, aparecen como las instituciones de mayor crecimiento en lo que hace a capacidad de influencia, aunque como ya se aclaró no se trata necesariamente de valoraciones positivas.

    Por fin, es conveniente subrayar la necesidad de relativizar las comparaciones
    y asignarles un mero carácter descriptivo, ya que la población
    de la que proviene la información ha cambiado sus costumbres y comportamientos
    al compás de las transformaciones socioeconómicas. Muchos de quienes
    respondieron en 1977, moldeados entre los ´50 y los ´70, no integran hoy el
    mundo ejecutivo empresarial, y gran parte de los que lo hicieron ahora estaban,
    por entonces, terminando sus estudios secundarios y, algunos, los primarios.
    De la confrontación de datos entre ambas encuestas pueden extraerse conjeturas
    razonables, pero no conclusiones sólidas.

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    Sobre los rankings
    de influencia

    Los resultados
    de las encuestas de opinión no hablan de los objetos o categorías
    de indagación sino de sus respondientes. Consecuentemente, los
    rankings de influencia elaborados a partir de los datos recogidos
    en el presente estudio no dicen quiénes son las personalidades
    e instituciones con mayor capacidad de influir en “los procesos de tomas
    de decisiones que afectan al país en su conjunto”, sino que ofrecen
    una aproximación al mapa de la estructura de poder en la Argentina
    que ha construido en su mente un sector de la sociedad; en este caso,
    quienes tienen la responsabilidad de dirigir o tomar decisiones de envergadura
    en las medianas y grandes empresas.

    La importancia
    del mismo no radica en su justeza, en su aproximación a la realidad
    ­aunque muchos de los respondientes puedan ser considerados como
    informantes clave en el tema­, sino en sus características,
    ya que de una forma u otra afecta, incide e incluso explica parcialmente
    muchas de las decisiones que se toman en el ámbito empresarial.
    Los rankings de influencia no deben ser considerados, entonces,
    como cuadros de honor, ya que la justificación de las menciones
    no necesaria ni mayoritariamente son valoraciones positivas.

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    Los encuestadores

    Eduardo
    Lauzán es licenciado en Relaciones Internacionales. Hasta 1992
    fue copropietario y director de Mercados y Tendencias, empresa dedicada
    a la investigación de mercado y opinión pública.
    Actualmente preside Lauzán y Asociados, consultora dedicada al
    asesoramiento en marketing y comunicaciones estratégicas. Dirigió
    las campañas legislativas y presidenciales de Acción por
    la República desde 1997, y en 1998 la del Partido Colorado-ANR,
    del Paraguay. En el área comercial efectuó el diagnóstico
    y propuesta de reposicionamiento y reconversión del Jardín
    Zoológico de la Ciudad de Buenos Aires. Entre los años 1994
    y 1999 se ocupó de la construcción de un brazo multimedial
    para el grupo paraguayo Domínguez Dibb, centrado en actividades
    industriales y agropecuarias, y desde 1995 y hasta 1998 participó
    en el diseño del proyecto del matutino La Nación.
    Publicó el libro Estrategia de medios, en colaboración
    con Horacio Rival, Fermín Alfonso y Jorge Alberto Alisio, y tiene
    actualmente en preparación Detrás de la escena, en
    el cual narra la experiencia recogida en las diferentes campañas
    que ha coordinado.

    Diego Palacios
    es licenciado en Sociología. Se desempeña desde 1992 como
    docente en el seminario Metodología de la investigación
    social en el ámbito de la opinión pública
    y en
    la materia Muestreo aplicado a ciencias sociales, en la carrera
    de Sociología de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Durante
    1999 integró los equipos técnicos del comité nacional
    de campaña Cavallo presidente, en el que se responsabilizó
    de las investigaciones cuantitativas y sondeos preelectorales. Como codirector
    de la consultora Aristos dirigió proyectos para empresas líderes,
    tanto en la Argentina como en Latinoamérica. Además, realizó
    estudios de opinión pública y evaluación de gestiones
    políticas en la mayoría de las provincias del país.

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    La encuesta

    Objetivo
    de la investigación
    Replicar el estudio Los argentinos más influyentes,
    publicado en MERCADO de agosto de 1977.

    Población
    considerada en el estudio

    Presidentes, directores y gerentes de grandes y medianas empresas (clasificadas
    a partir de la información de la base de datos de MERCADO). Nota:
    el trabajo publicado por la revista en 1977 incluyó también
    a funcionarios públicos y personalidades en general.

    Diseño
    muestral y recolección de datos

    Durante enero del 2001 se efectuaron 289 entrevistas telefónicas
    (utilizando un cuestionario semiestructurado) a partir de una muestra
    polietápica, estratificada, de selección sistemática
    y con probabilidades proporcionales a la magnitud de las empresas,

    Características
    generales de la indagación

    Los encuestadores comenzaron la entrevista resaltando que se entendía
    por influencia no el grado de popularidad de una persona o institución
    sino la capacidad de incidir en los procesos de tomas de decisiones que
    afectan al país en su conjunto
    , utilizando la misma definición
    que en la encuesta de 1977.
    Posteriormente se solicitó a cada entrevistado que indicara quiénes
    habían sido, a su criterio, los argentinos más influyentes
    durante el año 2000, mencionándolos en orden decreciente
    de importancia (primero a la persona con mayor influencia, luego a la
    que ubica en segundo lugar y así sucesivamente).
    A continuación, y con los mismos criterios, se le pedía
    que mencionara a las personas que habían tenido mayor influencia
    en el país, con desempeño en los ámbitos: Político
    y función pública / Empresarial / Periodístico y
    medios de comunicación / Sindical / Religioso.
    También a las personas que consideraba que tendrían mayor
    influencia en la Argentina a lo largo del presente año.
    De forma similar se indagó sobre las instituciones u organizaciones
    consideradas con mayor influencia durante el año 2000 (se preguntó,
    además, en particular, sobre las ONG) y las de probable mayor influencia
    en el 2001.
    Es importante destacar que se solicitó que fueran consideradas
    sólo aquellas personas, instituciones u organizaciones con desempeño
    dentro del territorio nacional (o que lo hayan hecho en el exterior pero
    representando a la Argentina), por lo que la influencia de personalidades
    u organizaciones extranjeras no aparece representada en el ranking.

    Confección
    del
    ranking

    Para confeccionar una clasificación similar a la utilizada en el
    estudio realizado en 1977, a cada persona, institución u organización
    mencionada en primer lugar se le asignaron 8 puntos, a las mencionadas
    en segundo lugar, 7 puntos y así hasta llegar a la octava mención,
    a la que le correspondió 1 punto. El ranking por puntaje
    surge de la suma de puntos recibidos por cada persona/institución
    u organización.
    Sin embargo, aunque es una síntesis aceptable, significa adjudicar
    un nivel de medición mayor al de la simple ordinalidad derivada
    de la indagación, por lo que es aconsejable también tener
    en cuenta el ranking elaborado atendiendo a la cantidad de menciones,
    con independencia del orden de las mismas.
    Otro ordenamiento (que no agota todas las posibilidades) es a partir del
    resultado de una razón cuyo numerador es el valor (puntaje o porcentaje)
    alcanzado por cada persona/institución, y el denominador es el
    valor obtenido por quien encabeza el ranking. De esta forma, quien
    ocupa el primer lugar se convierte en la medida de referencia para todos
    los demás.
    Un promedio ponderado de estos cocientes es el tercer dato que aparece
    en los cuadros, y nos aproxima al grado de influencia asignado a cada
    persona/institución, con relación a la de mayor influencia
    de cada ranking.

    Razones
    de elección

    Las razones, solicitadas para las tres primeras elecciones del ranking
    general (personas o instituciones) y para la primera elección
    de las clasificaciones vinculadas con el 2001, no tienen la misma base
    que la cantidad total de menciones. Su análisis tuvo un carácter
    más cualitativo, con la aspiración de contar con algunos
    elementos que aportaran a la interpretación de los resultados.