Crece el mercado de arte contemporáneo

    Hasta
    no hace mucho tiempo el mundo del arte aceptaba que el negocio estaba en
    la adquisición de obras impresionistas y modernas.
    Ya no es así, aunque ambos rubros sigan siendo los líderes
    del mercado.
    El primer gran remate de arte contemporáneo en Sotheby´s -2003-
    vendió US$ 42.5 millones. Esta cifra fue superada por los US$ 81,1
    millones en venta de obra impresionista y moderna. Pero esta situación
    conocida cambió rotundamente dos días más tarde en
    la subasta de Christie´s, donde se registró una importante
    venta de arte contemporáneo: US$ 89,9 millones. La casa de remates
    Philips, que desde 2002 no saca a subasta arte impresionista y moderno,
    alcanzó la módica suma de US$ 14, 1 millones por arte contemporáneo,
    exclusivamente.
    En resumen, estas tres conocidas casas de remate totalizaron en la última
    temporada en Nueva York US$ 145,5 millones en venta de arte contemporáneo.
    Igualmente la suma es menor a la que alcanzaron el arte impresionista y
    el moderno: US$ 153, 6 millones.
    Obras de hace cuatro o cinco décadas alcanzaron los precios mas altos.
    El ejemplo es un clásico de Mark Roothko de 1958, vendido en US$
    16, 3 millones. Pero llama la atención que una obra titulada “Miss
    Ko2” realizada hace siete años por Takashi Murakami genere una
    furiosa competencia por la compra y se venda finalmente por US$ 568 mil.
    El arte contemporáneo está creando su espacio y éste
    vale cada vez más.
    El argentino Guillermo Kuitka y el uruguayo Ignacio Iturria (representado
    por Praxis Argentina) son los latinoamericanos que también marcan
    tendencia en Nueva York haciendo que el martillo tarde mucho en caer.
    Durante 2003 las subastas de arte argentino recaudaron US$ 7,6 millones
    con más de 3.000 lotes de pintura y escultura.
    En el 2002 se habían logrado US$ 6,2 millones en ventas de arte argentino
    lo que refleja un incremento superior a 20% durante el año pasado.
    Límite muy lejano de los US$ 12,5 millones vendidos en 1999, año
    record para el arte argentino en este ámbito.
    Uno de los valores más altos registrados en la temporada 2003 fue
    para el par de naturalezas muertas firmadas por Cándido López
    en 1888, a las que Arroyo les bajó el martillo en más de $
    500.000. Fue la única oportunidad que se superó la marca de
    US$ 100.000. Luego siguieron los infaltables de todas las subastas: Pettoruti,
    Quinquela Martín, Quirós, Soldi y Koek Koek.
    Las colecciones de arte corporativas ayudan a continuar la puja de inversiones
    entre empresas. Los malos tiempos obligaron a firmas como Vivendi, Enron
    e Idemitsu Kosan (segunda empresa refinadora de petróleo de Japón)
    a utilizar el mercado del arte como último recurso para saldar deudas
    o solucionar otros problemas.
    Las palabras de Richard Polsky, empresario de San Francisco y autor de la
    reciente publicación “I Bought Andy Warhol” resumen lo
    acontecido: “Acudimos a la temporada con temor, pero la guerra terminó
    y la bolsa ha dejado de caer. Los compradores fueron selectivos y fue una
    buena temporada para el Arte Contemporáneo. Este es claro un indicador
    de su potencial.”
    Leonardo Avalos