La tecnología es el motor que permite, a través de la transformación digital de todo el negocio, responder a estas demandas. Pero no es el único: debe estar en conjunto con metodologías y procesos ágiles que sean los rectores para la fuerza laboral.
Nuevos riesgos y regulaciones que atender a escala local y también global, más un cliente que desde un teléfono tiene el poder de aceptar o dar de baja a cualquier servicio, son las variables que enfrentan las compañías de seguros, utilizando las herramientas tecnológicas y los procesos ágiles, transformar el negocio para impactar positivamente en esta etapa de disrupción.
Estamos embarcados en esta transformación digital. Pero creemos que, más allá de las ventajas que nos brinda la tecnología de la posibilidad de poder responder asertivamente a cada cliente a través de múltiples canales, la base está también en las personas.
Una organización exitosa es aquella que logra que todos sus empleados, sin importar su rol, cumplan con los requerimientos de su función y colaboren con el negocio. Para ello, es necesario que los talentos que la integran no solo sean elegidos adecuadamente, sino que la empresa debe contar con metodologías y procesos ágiles y lo que hoy es casi un axioma: debe empoderarlos.
Hoy se entiende en el mundo corporativo que dar ese poder a la fuerza de trabajo está integralmente relacionado con la consecución de los objetivos del negocio.
Proactividad, agilidad, rápida toma de decisiones son algunas de las variables clave.
Antes de iniciar el recorrido de nuestro propio proceso de transformación, revisamos algunos conceptos que serían la base para deconstruirnos, referidos especialmente al rol de las personas en el nuevo paradigma. Por ejemplo, cómo cambiar la cultura de los colaboradores para fomentar su compromiso con las nuevas metodologías de trabajo sin perder de vista su tarea diaria, o cómo generar un aprendizaje que abarcara tanto a los líderes en cuanto a la delegación de tareas para que sus equipos se empoderen y tomen decisiones siendo responsables de lo que ellas generan.
A medida que el top management y los mandos medios nos comprometíamos con el cambio, fuimos encontrando las respuestas.
Es clave fomentar el compromiso de los equipos en las tareas y proyectos con una visión compartida; cumplir objetivos en plazos más cortos, que nos permiten aprender y mejorar el ciclo de toma de decisión y contar con feedback temprano sobre los cambios y progresos realizados, abiertos a probar nuevas tecnologías.
Las metodologías del cambio desafían desde los conceptos guía y la visión a pasar rápidamente a los resultados. La premisa es desarrollar nuevas formas de trabajo que propicien la creación conjunta, sobre modelos circulares y colaborativos con líderes que deben ser activos facilitadores.
(*) CEO de BNP Paribas Cardif