Reinventarse y seguir creciendo

    ESTRATEGIA | Empresas

    Por Francisco Llorens


    Santiago Tarasido

    Fundada por los hermanos Alberto y Jorge Tarasido hace 60 años, Criba mantiene las raíces familiares que la llevaron a convertirse en referente del sector. La presencia de los dueños en los puestos gerenciales y la cercanía tanto hacia los empleados como hacia los clientes son facetas fundamentales de la forma que tienen de entender el negocio.
    La evolución de 1952 a esta parte resulta ine­ludible: “A lo largo del tiempo hemos hecho muchísimas cosas. Empezamos con obra pública y planes de vivienda. Diversificamos nuestro servicio con distintos hitos. En los 90, con el crédito hipotecario, construimos mucho en torres y viviendas premium”, desarrolla Santiago Tarasido, nieto y sobrino nieto de los fundadores.
    Actualmente, cuenta con una gran cantidad y diversidad de obras: “Lo que hemos logrado en los últimos años es una diversificación muy grande en el tipo de trabajo y en el tipo de obra, que nos ha hecho posicionarnos en un lugar privilegiado. Estamos haciendo obras comerciales, viviendas, torres, obra industrial, oficinas, obras de salud, hotelería. Se ha diversificado mucho el tipo de construcción. Además, hemos aumentado la envergadura promedio de las obras. Hace 10 años nuestra escala tipo de edificio promedio estaba en alrededor de 7.000 m2. Hoy tenemos un promedio de 20.000 m2”.
    El proyecto más emblemático que está llevando a cabo es el edificio del Banco Ciudad en Parque Patricios, diseñado por el arquitecto británico Norman Foster. Se sumaría al edificio de YPF de Puerto Madero –donde también participó– como las obras más audaces de la compañía.
    Otro dato que resalta es la permanencia de muchos empleados: “Tenemos gente que está con nosotros desde hace 10 o más años. El capataz de la obra del Banco Ciudad está hace 18 años en Criba. Eso hace a la identificación y al compromiso con la empresa, que son muy valiosos y se van logrando con el tiempo”.

    –Luego de 60 años de trayectoria, en los que siempre se ha mantenido como una empresa familiar, ¿cómo ha cambiado el modelo de gestión de Criba de tantos años a esta parte?
    –Desde los orígenes como empresa familiar hemos tratado de mantener las raíces, que se basan en poder estar encima del negocio. Los dueños de Criba trabajan en el día a día, ocupan lugares no solo directivos sino también gerenciales. Eso genera cercanía y contacto directo con la gente que trabaja en la empresa, los clientes, y los estudios de arquitectura.
    Sí se ha cambiado mucho en otros aspectos, por supuesto. Es una empresa que empezó con un puñado de gente, y ahora tiene 1.200 personas propias. Con lo cual el modelo de gestión es totalmente diferente: se ha profesionalizado mucho, se dictan capacitaciones permanentes, se busca formar equipos motivados.

    –¿Cómo se organizan internamente, cuál es la estructura?
    –En el directorio tomamos las decisiones estratégicas. También, hay una participación muy importante de un comité ejecutivo que trata la parte gerencial. Está involucrado en la función ejecución de la empresa, y allí se tratan las problemáticas del día a día. Estamos además organizados en varias gerencias.
    Por supuesto que el foco está puesto en el manejo de las obras, ahí está la mayor cantidad de gente. Hay varios gerentes de obras que manejan más de una obra en simultáneo y son encargados de seguir la evolución del proyecto del inicio hasta el fin. Y por debajo, dentro de cada obra, hay una estructura para cada una de ellas. Después, en el soporte, que es centralizado, se encuentra abastecimiento y compras.

    –¿Cómo es el proceso de incorporación y de adaptación a las nuevas tecnologías?
    –Es un punto al que nosotros le damos mucha importancia. La construcción es una industria que sigue siendo artesanal: los ladrillos se siguen colocando de la misma manera que hace miles de años y varios procesos siguen siendo artesanales. Pero también es cierto que la tecnología ha ayudado en gran medida a producir de una manera mucho más eficiente, rápida y segura.
    Creemos en eso: tal es así que somos la primera empresa argentina que compró encofrado racionalizado. Hemos invertido en equipamiento y en torres grúa. Pensar en construir con los plazos que el mercado hoy necesita sería realmente imposible de otra forma. Antes llevaba mucho más tiempo construir, había obras que llevaban 10 años. Y hoy se hacen obras de 50.000 m2 en dos años, tiempos realmente bajos para la envergadura de la obra.

    –Si, por ejemplo, yo quisiera hacer un edificio, ¿por qué tendría que elegir a Criba? ¿Cuál es el diferencial que ofrecen?
    –Hace un tiempo nos propusimos ser la empresa más confiable para construir edificios de gran escala en el país. Es un desafío gigante. La confiabilidad viene a través del cumplimiento de plazos y de la calidad. También es importante el trato directo con nuestros clientes, el respaldo técnico y el respaldo económico.
    Un cliente deposita mucha confianza en nosotros cuando nos encarga un proyecto. Se confía en nosotros una cantidad de dinero muy grande que se da como anticipo. Cuando comienza una obra, sin hacer nada el cliente anticipa 30 ó 40% del valor de algo que se debe construir en dos o más años. Evidentemente la confianza hace a todo eso.
    Los 60 años de historia creo que también marcan algo. Criba ha podido resistir a innumerables crisis del país y a escenarios diferentes. Ha podido reinventarse todo el tiempo, porque uno no se mantiene en una posición haciendo siempre lo mismo, sino que debe reinventarse y buscar siempre las mejores posibilidades en cada momento.

    –¿Cree que es un buen momento para in­ver­tir en la Argentina?
    –No creo que la coyuntura sea la mejor. Pero para una empresa que vivió 60 años, su estrategia no está puesta en cómo subsistir al mes que viene. Las miradas son de largo plazo y tienen que ser así. Independientemente de los contextos que en algún momento pueden ser más o menos favorables, la verdad es que la construcción es una actividad que conceptualmente, y no solo en la Argentina, se considera como una reserva de valor importante y una inversión segura.
    Por supuesto que hay ciclos y que si se logra entrar en el valle de un ciclo el rendimiento va a ser mucho mejor que si se entra en el pico. Hoy no podría asegurar en qué etapa del ciclo estamos. Creo que los países emergentes están con un gran potencial, y esto era impensado hace 10 o más años. Hay, y va a seguir habiendo, muchas oportunidades, está todo por hacerse en materia de infraestructura, de construcción y de desarrollo.

    –¿Cómo tomaron la decisión de tener presencia en Facebook? ¿Cree que en el futuro las redes sociales van a ser un canal importante para la comunicación del sector?
    –Tratamos de ser innovadores en ese sentido. La nuestra es una actividad muy tradicional y muy conservadora y quizás todavía no está adaptada a los cambios tan vertiginosos en cuanto a la manera de comunicarse, a las redes sociales y a las nuevas plataformas que evidentemente en otras partes del mundo o en otras industrias nadie discute.
    Entonces puede sonar raro que una empresa como la nuestra esté incursionando en este tipo de cosas, y esto ha provocado ciertas discusiones internas, pero creo que las obras hay que mostrarlas. Sobre todo cuando lo que tenemos para mostrar es interesante y atractivo.

    –En el desarrollo de sus proyectos, ¿intentan adaptarse a las necesidades del desarrollo sustentable?
    –Se está empezando a pensar en eso como un tema realmente serio y se están implementando muchos proyectos que tienen que ver con lo sustentable. La construcción deja cosas concretas a la sociedad y está muy bien pensar qué estamos dejando.
    Si es un edificio costoso de mantener, poco eficiente desde el punto de vista energético, que no aprovecha los recursos. Tal vez con muy poco esfuerzo adicional inicial se puede pensar de otra manera y lograr un edificio que aproveche mejor las horas de luz, que necesite menos climatización y que su costo de mantenimiento sea menor. Por otro lado, los cambios de materiales y la tecnología han ayudado en este aspecto.

    –¿Qué relación tienen hoy por hoy con la UOCRA?
    –Hay en el país una efervescencia sindical grande en todas las industrias y actividades. Pero los fines últimos tienen que asegurar que la gente trabaje en mejores condiciones y dignamente. Tienen reclamos que están más allá de alguna lógica.