ESTRATEGIA | Empresas
Por Rubén Chorny
Por Rubén Chorny
A excepción de ese 12% hidráulico, “la luz mala” cubre casi toda la torta energética nacional, ya que depende de insumos que se extraen de la naturaleza y no se reponen (como los hidrocarburos y mineros), además de socavar el medio ambiente a cambio de encenderlo.
Desde hace tres años, las aceiteras opusieron a esa “matrix” una parte de la soja acopiada a los productores, que ordeñaron para transformarla en biodiésel e incorporar 7% de ese fluido orgánico al gasoil que mueve vehículos y maquinarias, ahorrando importación, y exportar el resto sobre todo a Europa.
Pero con 2012 resplandeció en la vasta geografía argentina otro nuevo jugador, limpio, ecológico, renovable, originado en los molinos movidos por el incesante viento chubutense, al que la empresa estatal Energía Argentina S.A. (Enarsa) dio la bienvenida con bombos y platillos.
“El Parque Eólico Rawson, el primero de gran escala en la Argentina, ha generado y aportado al sistema interconectado nacional 15.500 MWh al cabo de enero, equivalente a un ahorro para el país de más de US$ 3 millones en importación de combustibles y de 7.500 toneladas de dióxido de carbono no emitidos a la atmósfera”.
Han sido los épicos molinos de viento que representaban a las utópicas gestas del Quijote protagonistas del sueño superador energético en este siglo de las luces tecnológicas. Iniciaron su derrotero global hace cinco años en Estados Unidos cuando los precios de la electricidad saltaron y los del gas natural se fueron a las nubes.
El naciente negocio de la energía limpia floreció de la mano de compañías transnacionales de fuste, como Iberdrola, GNF, Gamesa y Abengoa. Y en el orden local, las siguieron nombres de no menor prosapia internacional como Dow Chemical, Emgasud, Dupont, Impsa, Invap, Schottsolar, Vetas, Eeolica y Patagonia Bioenergía (reconocida por la Universidad de Hohenheim, en Alemania), entre otras.
Las unidades de esta nueva generación, continuadora de la iniciada en los 80 en California con desechos de madera y residuos, no solo ocupan segmentos, por ahora, del firmamento petrolero, sino que juran defender el medio ambiente y dar soluciones a medida a viviendas, Pyme y hasta campos alejados de la civilización, como a los casi 2 millones de argentinos y 2.000 escuelas rurales a los que no llegan los tendidos de cables del sistema interconectado nacional.
Pioneros e incentivos
La Argentina sancionó en 2006 la Ley de Biocombustibles (Nº 26.093), que establecía que a partir de 2010 todos los combustibles líquidos comercializados en el país deberían ser mezclados con un mínimo de 5% de biocombustibles, y el Régimen de Fomento Nacional para el uso de fuentes renovables de energía (Ley Nº 26.190), el cual estipula que para 2016, 8% de la electricidad deberá generarse a partir de diversas fuentes renovables.
Diversos incentivos fiscales se dispusieron para atraer inversiones, como el reintegro anticipado del Impuesto al Valor Agregado (IVA), la amortización acelerada de los bienes de capital e infraestructura en el impuesto a las Ganancias, y la exención al impuesto a la Ganancia Mínima Presunta, al impuesto sobre los Combustibles Líquidos y el Gas Natural y a la tasa de Infraestructura Hídrica.
Y con los organismos dependientes del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva se construyó un complemento indispensable para el desarrollo de proyectos que introduzcan nuevos aportes tecnológicos.
En poco tiempo la Argentina logró convertirse en el primer exportador mundial de biodiésel, con más de US$ 1.500 millones anuales, y con 26 plantas productoras, que suman inversiones por US$ 900 millones, se erige en el cuarto productor del planeta.
En cambio, la experiencia eólica nacional venía de larga data: en 1994 se había instalado en Comodoro Rivadavia uno de los primeros parques eólicos del mundo. Pero la explotación está recién despegando, dado que anteriormente la infraestructura del tendido de cables de alta tensión no estaba preparada.
Hoy ya se cuentan en el país 29 empresas, que inclusive han conformado un cluster para empezar a actuar en conjunto y con un conocimiento específico.
Esta historia arranca hace apenas dos años, cuando el Gobierno nacional, junto con Enarsa, la empresa pública de energía, lanzan el programa GENREN, que ofrecía comprar 1.000 MW de energías renovables mediante contratos fijos a 15 años. En junio de 2010, se conocieron los ganadores y se aprobaron un total de 895 MW.
La mayoría de las ofertas fueron precisamente por energía eólica, fenómeno que se completó con la incorporación de medianas y grandes empresas nacionales que fabrican aerogeneradores con componentes locales.
Programas diversos
Una artillería de acciones, que van desde pequeñas obras hidroeléctricas, un envión al plan nuclear y el mayor aprovechamiento de Yacyretá, a la generación de electricidad en base a energías renovables (GENREN), apunta al crecimiento y diversificación de la matriz energética nacional.
El funcionario más comprometido con la ejecución del aumento y cambio de la matriz es el subsecretario de Energía Eléctrica, Luis Beuret, quien afirma que “el fuerte crecimiento de la economía arrastra una demanda adicional de 5 a 7% en la energía. Son 1.000 megavatios adicionales por año, que desde el Estado y el sector privado estamos cubriendo mediante la promoción y ejecución de importantes inversiones, que en el caso de la energía, se están haciendo vía Enarsa a través de generación eólica, con biomasa…”.
Desde la Cámara de Energías Renovables, que agrupa a las empresas que participan en esta nueva actividad, su presidente, Alfredo Langesfeld, expresa: “Las empresas que apuesten a invertir en el país obtendrán importantes ganancias en el mediano plazo, ya que cuando disminuyan los subsidios se expondrán los verdaderos costos de producción de la energía y entonces las energías renovables serán competitivas, y será rentable económicamente su desarrollo y producción”.
El dirigente, que además representa a la empresa Gea Biodiésel, pondera en tal sentido los programas GENREN y PERMER, que contaron con amplia participación privada, y vaticina: “Este proceso se irá consolidando en la medida que se regularicen los precios internos que paga la demanda por la energía eléctrica, que siguen siendo bajos comparados con precios en países vecinos de la región y a escala internacional, y en muchos casos inferiores a los costos razonable de operación y reposición de las instalaciones”.
Las demás fuentes
Las inversiones para cambiar la matriz ascienden a US$ 2.280 millones, que en la siguiente etapa privilegiarán proyectos de energía geotérmica, solar térmica, y a partir de biogás y residuos sólidos urbanos.
Néstor García, a cargo de la Industria de Energía y Recursos Naturales de la auditora y consultora KPMG, señala que la mayoría de las opiniones para una encuesta de Energía y Recursos Naturales 2011, “han coincidido en que dentro de las energías renovables, la eólica, la solar y los biocombustibles serán las de mayor desarrollo”. Y que “esto está en concordancia con la tendencia mundial”.
El biodiésel que usa la soja como insumo ya cumplió ese mandato. La energía eólica va en camino, al bioetanol le falta poner primera, sobre todo, por trabas en el abastecimiento de materia prima azucarera y la solar venía relegada hasta que San Juan inauguró hace un año la primera planta fotovoltaica de Latinoamérica en Ullum, que genera 1,2 MW de energía limpia. Y hay11 provincias potenciales más en lista de espera para instalar paneles fotovoltaicos.
Los sanjuaninos van por más y se largan a fabricar equipos para sustituir los onerosos importados desde China, España y Estados Unidos.
Y como si algo sobra en la inconmensurable geografía nacional es el sol, su Dios, Helios, lo desparrama generosamente sobre los 3.761.274 kilómetros cuadrados entre continente e islas que la componen.
“Nuestro país tiene el potencial para desarrollar energía solar térmica que sustituya el uso de electricidad y gas”, sería una sentencia casi de oráculo.
GENREN, el pilar de los cambios La Cámara Argentina de Energías Renovables realizó, a pedido de Mercado, un relevamiento de los proyectos e inversiones en las fuentes alternativas a los hidrocarburos, en el marco del plan de Generación en base a Energías Renovables (GENREN). |
La soja alimenta los fierros Destacan José Luis Martínez Justo (Jymsa), Pablo de Lorenzi (Benito Roggio Ambiental) y Alfredo Langesfeld (Gea Biodiesel), por CAER, que “la industria del biodiésel alcanzó un importante desarrollo en el país gracias al esfuerzo de la inversión privada, que ha construido plantas de última tecnología que permiten una capacidad de producción que alcanzaría los 5 millones de toneladas/año para 2015. Actualmente estamos en 3.500.000 toneladas/año, lo que equivale hoy a un ahorro entre importación y uso en el mercado local de US$ 3.000 millones anuales para el 2011, y en aumento progresivo”. |
Vientos cosechados “Existe potencial eólico prácticamente en todo el país y no solo en la Patagonia, como la mayoría de la gente cree. Hay vastas zonas de la provincia de Buenos Aires, de la región del Comahue y de las regiones de Cuyo, incluyendo San Luis y Córdoba, que presentan muy buenas oportunidades para desarrollar este tipo de energía y aplicar las últimas tecnologías disponibles en el mercado”, afirman Mauro Soares (Tecpetrol) y Oscar Balestro (Emprendimientos Energéticos), en nombre de CAER. Y detallan: Turbinas Eólicas, el desarrollo a escala nacional de tecnología de punta, ha permitido la fabricación de esos elementos por empresas nacionales como Impsa, socia de la cámara, e involucrada en varios proyectos como los parques Malaspina en Chubut (de 50 y 30 MW) y Koluel Kayke en Santa Cruz (de 50 y 25 MW), obra para la cual instalará 12 aerogeneradores de desarrollo propio en la Argentina. |
Dejar que entre el sol “Falta desarrollo para la fabricación de paneles locales en el país, que permitirían mayor cantidad de obras. Casi toda la tecnología fotovoltaica utilizada es importada (China, España, USA, etc.)”, sostiene Marcelo Alvarez (Aldar) de CAER. Y precisa: |
Las energías del futuro Enumera CAER las fuentes de generación de energía renovable menos difundidas a abordar en los próximos años, ya que dependen del desarrollo tecnológico y la inversión necesarios para poder conectarlas a la red eléctrica y permitir su aprovechamiento en beneficio de muchas ciudades y pequeñas poblaciones: |