Aspirantes al cuadro de honor


    La otra, con manifiesta ansiedad, que esperan a ver en qué posición figura su empresa, si lideran el sector, si están por encima o por debajo de un reconocido competidor. Rivalidades donde a veces hay más pasión que en el fútbol.

    Pero aunque desapercibida, hay una tercera categoría de lectores. Los que esperan figurar aunque sea en las últimas posiciones; las empresas que buscan ingresar en los anales del selecto pelotón del empresariado local.
    Es que es evidente el magnetismo que provoca entre los lectores la aparición de cada versión de “las 1.000” como ya se llama sintéticamente a esta investigación periodística anual. Es la edición más leída del año, la más consultada y conservada. Su versión en PDF está almacenada online en cada oficina.
    Es que el ranking sigue siendo el instrumento más apreciado de la economía privada argentina. El barómetro que se consulta para detectar cambios, transformaciones, surgimiento de nuevas tendencias, alzas y bajas en los protagonistas de la actividad. 
    Sin embargo, y ocurre cada año, hay un conjunto interesante de empresas que tiene legítimas aspiraciones de figurar, ya que han cumplido con el requisito exigido de una facturación mínima. Pero que ante la intensa competencia, frustrados, quedan muy cerca de aparecer, pero no logran. El único consuelo es renovar la esperanza y el esfuerzo a fin de intentarlo de nuevo el año próximo.
    Pero esta vez Mercado decidió hacer algo distinto. Por eso, y por primera vez, un mes después, publicamos el listado ordenado de 86 empresas que estuvieron arañando los últimos puestos del ranking y que por escasa diferencia en cifras, fueron postergados. Todas ellas renuevan su esperanza de ingresar en el listado mayor, el año próximo.