De una manera tal que antes resultaba imposible, lo que aumenta la confianza de los clientes, pero también de los reguladores y de eventuales inversionistas.
La gran revolución consiste en la inmensa cantidad de data ahora disponible, tanto en volumen como en frecuencia e inmediatez. Este proceso cambia de modo sustancial la forma en que se gestiona las empresas y las técnicas de auditar. Los beneficios son enormes y todavía no se ha visto todo su potencial.
Simultáneamente, es otra la actitud de las empresas clientes. Quieren mayor seguridad, menos riesgo y más información. Pretenden ir más allá de los números y poner foco, por ejemplo, en los intangibles. Hay una sensación que se generaliza: la forma de valorar las empresas está cambiando, y con ella las exigencias a los auditores.
Siempre la auditoría tuvo que dar información confiable para los actores internos y externos de una empresa. Pero las herramientas disponibles ahora y el tipo de resultados que se obtienen, han cambiado sustancialmente.
Ya no se recurre a datos muestra, obtenidos para testear la confiabilidad del total. Ahora son absolutamente todas las transacciones, millares y millares de ellas, que pueden ser revisadas. Esta es la capacidad que provee analytics y big data.
Lo que implica que los auditores en lugar de dedicar tiempo a la pura recolección de datos, se especializan ahora en poner foco en el riesgo, y en las respuestas a darle, cosa que hasta ahora no era posible en esa escala. El análisis que suministra hoy el auditor es mucho más valioso. Los métodos tradicionales no pierden vigencia, pero se ven complementados ahora por un enorme potencial para profundizar el conocimiento.
El aporte de la tecnología es inmenso. Y los auditores deberán desarrollar nueva expertise para adaptarse a esa realidad. Pero al final del camino, sigue siendo el auditor el que le pone sentido a los datos y el que puede sugerir estrategias a la alta gerencia.
(Todas las entrevistas de este Dossier fueron realizadas por la periodista Fabiana Culshaw.)
EY
Crean grupos específicos para detectar el fraude
Las metodologías de auditoría evolucionan y se adaptan a los nuevos modelos de negocios, incluyendo los de la era digital que se vive hoy en día. Al igual que otras grandes auditorías, esta firma invierte fuerte en big data & analytics, como soluciones prioritarias al negocio.
Eduardo Coduri
Eduardo Coduri, managing partner de EY, destaca por su experiencia a cargo de auditorías de estados financieros de compañías en los sectores de telecomunicaciones, telefonía celular, broadcast y TV cable, proveedores de servicios de Internet, y de la industria del entretenimiento. Ha sido asesor en inversiones en materia de logística, diseño e implementación de sistemas de medición de performance financiera.
-¿Se perciben cambios en la forma tradicional de auditar? Más allá de los números concretos, asoma una gran inquietud por los intangibles, los activos no financieros…
-Efectivamente, los activos intangibles, como la marca, los clientes, los talentos, el conocimiento y la sustentabilidad de las operaciones tienen cada vez más importancia en la generación de ingresos y, en definitiva, en el valor de la empresa. Sin embargo, la contabilidad tradicional no necesariamente los reconoce, especialmente si son autogenerados.
En ese sentido, la profesión está en constante evolución, tratando de acercar los conceptos de objetividad que deben considerarse al momento de incorporar un valor a los estados contables, con el aporte de los intangibles al negocio. El reconocimiento de estos intangibles se dará en un futuro, más cercano que lejano.
-Con el auge de las maniobras fraudulentas en el mundo, ¿cómo quedan paradas las firmas auditoras y qué pueden hacer?
-El objetivo de una auditoría de estados contables es brindar una opinión acerca de la razonabilidad de la información obtenida. El auditor realiza una evaluación general de los controles internos para determinar el alcance y oportunidad de sus pruebas de auditoría. Si bien de esta evaluación se puede percibir alguna debilidad indicativa de un fraude, su detección no es el objetivo de la tarea del auditor. No obstante, hemos desarrollado grupos específicos que se especializan en prevenir y detectar fraudes, y las empresas recurren a estos servicios por afuera de la auditoría tradicional para mejorar sus procesos.
-¿En qué consiste ese grupo y cómo desarrollan la función de prevención?
-Son profesionales especializados en la prevención y detección de fraudes. En Argentina son unos 30 profesionales y más de 450 en Sudamérica. Cuentan con un exhaustivo programa de capacitación multidisciplinaria en el exterior en materia de fraudes y utilizan sofisticada tecnología para la identificación de potenciales áreas donde podrían cometerse. Podemos afirmar que EY Argentina está a nivel internacional en esta materia.
-Hay esfuerzos por una mayor uniformidad en las normas contables globales?
-Con la aplicación de los International Financial Reporting Standars (IFRS) en cada vez más países, la profesión se está dirigiendo en ese sentido, con la excepción del mercado estadounidense que hasta la fecha mantiene sus normas propias.
-Desde la perspectiva de su firma, ¿el año 2016 resultó como se esperaba en materia económica y de inversiones? ¿Cómo imaginan que será 2017?
-El año 2016 fue un año de transición entre una economía cerrada y muy regulada a una que se proyecta como más abierta y moderna. Podemos calificar al año como positivo, con cambios que nos permitirán iniciar un crecimiento sustentable a partir del 2017. Somos optimistas respecto de la evolución de la economía, ya que nuestro país sigue siendo un terreno fértil para el desarrollo sustentable.
-Grandes firmas internacionales de este rubro han dado a conocer sus resultados anuales con importantes ganancias. ¿Es producto del tradicional negocio de auditoría, o está creciendo el segmento de consultoría?
-El negocio de consultoría definitivamente está creciendo no solo en las áreas tradicionales de gestión de riesgos, procesos, tecnología y transacciones, sino en áreas críticas como fraudes, cybersecurity, transacciones complejas, y nuevas tecnologías.
-¿Se insistirá en extender los plazos de rotación del auditor? ¿El modelo es el europeo dónde se hace cada diez años?
-El nuevo gobierno dejó sin efecto el proyecto de rotación de auditores, ya que en la medida en que existan buenas prácticas de gobierno corporativo no es necesario generar rotación de firmas de auditoría.
PwC
La evaluación del riesgo de fraude es un paso clave
La firma no piensa que existirá un cambio en la metodología de auditoría; sí en las herramientas que se utilizan para la tarea. Se maneja con “Halo”, un software que facilita el procesamiento y análisis de información en el proceso. Un desarrollo premiado como innovación del año por el International Accounting Bulletin Forum & Award, en octubre pasado.
Martín Barbafina
Martín Barbafina, socio de Auditoría de PwC, especialista en Capital Markets y en normas contables locales e internacionales (US GAAP / IFRS) es miembro del Management Team de la firma y ha participado dando soporte en transacciones de mercado de capitales locales e internacionales de primer nivel.
-¿Se ha vuelto más compleja la auditoría de los activos intangibles, los no financieros?
-Las normas contables solo permiten el reconocimiento de activos intangibles en la medida de que estos hayan sido incorporados en una adquisición de negocios. No está permitido el reconocimiento de intangibles autogenerados. Dependiendo de la industria y el contexto económico en el cual una empresa opere estos intangibles (clientela, marcas, etc.), pueden ser importantes y pueden perder su capacidad de generar ingresos en el futuro. Es por ello que su recuperación es un riesgo típico en un proceso de auditoría.
-¿Qué incidencia han tenido los casos de Panamá Papers en el mundo de las auditorías y controles financieros?
-Contar con mayor información contribuye al proceso de auditoría, facilitando la verificación a realizar con fuentes independientes. La información publicada en los Panamá Papers y otras fuentes ha sido un elemento adicional de utilidad en este proceso.
-Con el auge de las maniobras fraudulentas, ¿Cómo quedan paradas las empresas auditoras y qué pueden hacer?
-Las firmas de auditoría ya desde hace tiempo han tomado nota de estas circunstancias y reforzado los procesos de auditoría, incluyendo un mayor foco en evaluación de los controles y procesos de las empresas. Asimismo, se han mejorado los procesos de capacitación para un mejor entrenamiento del personal y los controles independientes que se realizan sobre los trabajos para asegurar su calidad. Todo ello ha resultado en auditorías de mejor calidad y valor agregado.
-¿Hasta qué punto las firmas auditoras del mercado argentino trabajan en prevención de fraude?
-La evaluación del riesgo de fraude y como mitigarlo o reducirlo es uno de los pasos clave de la auditoría. Se hace mucho foco en esta problemática. Este tema es evaluado al momento de la aceptación inicial de un cliente, anualmente cuando reevaluamos nuestra relación y en el desarrollo periódico de las tareas. Se han incorporado muchos procedimientos adicionales en nuestras auditorías para este propósito.
-Las empresas son ahora capaces de recolectar masiva cantidad de información y analizar esta verdadera revolución en los datos. ¿Está preparada la profesión de auditores para entender y operar en la nueva realidad?
-La tecnología y las comunicaciones han modificado la forma de hacer negocios. La profesión contable en general y la de auditoría en particular no ha estado ajena a este fenómeno. El profesional en ciencias económicas debe formar equipos multidisciplinarios, complementando su conocimiento con el de otras profesiones para hacer una auditoría de calidad. Se espera que en el futuro el desarrollo de inteligencia artificial aplicada permita mejorar la eficiencia y eficacia de la auditoría.
-¿Qué tan importante es la uniformidad en las normas contables globales y cómo se encuentra Argentina en ese sentido?
-Argentina ya ha dado pasos en este sentido obligando la aplicación de normas internacionales de contabilidad (IFRS o NIIF) a compañías que hacen oferta pública de sus títulos valores. Definitivamente, la uniformidad asegura comparabilidad en la medición de la performance de negocios independientemente de donde estos se realicen y facilita la interpretación por parte de los usuarios de la información.
-¿Cómo piensa que será el trabajo de auditoría en unos 20 años?
-El uso de nuevas herramientas y la inteligencia artificial aplicada permitirá mejores auditorías. Sin dudas la forma seguirá cambiando, aunque el concepto y la metodología para realizar este trabajo seguirán presentes.
Deloitte
Inversión en ciber-riesgo, la nube e Internet de las cosas
La firma cuenta con un equipo especializado en data analytics e inteligencia artificial. Lo que antes era un riesgo que afectaba a una población, con las nuevas tecnologías se desgrana en diversos riesgos en sub-poblaciones. Cada uno de estos es luego abordado con procedimientos específicos, que permiten un trabajo de auditoría mucho más eficiente.
Claudio Giaimo
Claudio Giaimo, socio director del departamento de Auditoría de Deloitte, se ha especializado en temas vinculados con contabilización de instrumentos financieros, derivados, actividades de cobertura y en la aplicación de normas internacionales de información financiera.
-¿Qué tanto ha crecido el negocio de auditoría y el de consultoría?
-Deloitte reportó ingresos de su red global de US$ 36.800 millones en su último ejercicio finalizado el 31 de mayo de 2016, con un crecimiento interanual de 9,5%. Se logró crecimiento en las principales líneas de negocio: auditoría, asesoramiento en riesgos, asesoramiento financiero, consultoría e impuestos. Asesoramiento en riesgos creció 22,5%, como resultado de la demanda de servicios de ciber–riesgo y regulaciones. Consultoría creció 10,8%, por la demanda creciente de servicios integrados de transformación digital a gran escala, implementación de sistemas y proyectos estratégicos.
-¿Están invirtiendo en nueva tecnología?
-En auditoría en particular, Deloitte viene invirtiendo globalmente más de US$ 650 millones desde 2008 en inteligencia artificial, data analytics, automatización para re-imaginar tareas rutinarias y otras tecnologías de vanguardia. La firma realiza inversiones estratégicas en todas las líneas de negocio, en áreas como ciber-riesgo, fusiones y adquisiciones, computación en la nube e Internet de las cosas.
-¿Podría citar un ejemplo de nueva tecnología aplicada a la auditoría?
-Mediante el uso de la tecnología NLP (Natural Languaje Processing) se logra la lectura y comprensión automatizadas, y en una fracción de tiempo, de conceptos o terminología clave en documentos y contratos, tareas que antes requerían horas y horas de lectura por los profesionales. Este trabajo no se practica sobre una muestra para extrapolar luego los resultados obtenidos a la población analizada, sino sobre el 100% de los documentos o contratos bajo examen.
-Actualmente existe una gran inquietud por los intangibles, los activos no financieros, y sobre cómo auditarlos…
-Hay un reconocimiento en la comunidad de inversión de que, cada vez más, la información en la que se basan sus decisiones no está contenida en los estados contables que auditamos. Una cantidad significativa de la información puede ser encontrada en comunicados de prensa (press releases) o en presentaciones directas a inversores.
Éstas incluyen “mediciones no contables” (non-GAAP measures) e “indicadores claves de desempeño” (key performance indicators, o KPI) que los inversores desean conocer y que mueven a los mercados, pero que no son parte de la información tradicional regulada sujeta a auditoría. Los reguladores y los auditores deberán dedicarse más a estas otras importantes fuentes de información de los mercados.
-¿Se insistirá en extender los plazos de rotación del auditor? ¿El modelo es el europeo, dónde se hace cada diez años?
-Al respecto, se incluye un extracto del documento “Contabilidad, Auditoría y Desarrollo Económico”, publicado por el Foro Argentino de Firmas de Auditores Externos en mayo de 2014: “No se ha podido probar que la rotación de las firmas de auditoría mejore la calidad de la auditoría y, de hecho, se ha demostrado que en la mayoría de los casos la afecta negativamente, en especial si la rotación ocurre con alta frecuencia, dadas las dificultades que enfrenta el auditor de tener que conocer, en un período breve, la operatoria de una entidad compleja…”
-¿Hay posibilidades de que se incorpore ahora “el ajuste por inflación”? ¿Usted cree que sería conveniente?
-Desde el punto de vista del país tratando de insertarse en los mercados de capitales, el ajuste por inflación de estados contables, como resultado de una economía designada como inflacionaria de acuerdo con las normas contables, no es conveniente. Sin embargo, el ajuste por inflación de estados contables deberá incorporarse cuando, como resultado de monitoreos periódicos, se concluya que estén claramente presentes los factores cuantitativos y/o cualitativos previstos por las normas contables.