Un sistema energético para 3.000 millones de nuevos usuarios

    Por Lisa Davis*

    Sin energía, el funcionamiento de la sociedad, así como lo conocemos hoy, sería imposible. Hoy en día, una de cada cinco personas, o más de 1.000 millones de personas en todo el mundo, aún no tienen acceso a la energía. En 2015, la ONU estableció las Metas de Desarrollo Sostenible. Para el año 2030, los Gobiernos y sus socios buscarán brindar acceso universal a servicios energéticos asequibles, confiables y modernos, aumentar sustancialmente la participación de las energías renovables en el mix energético global y duplicar la tasa global de mejora en eficiencia energética. Estos objetivos solo se lograrán si todas las partes relevantes– Gobiernos, consumidores y proveedores de tecnología– trabajan conjuntamente en el sistema energético del futuro. La buena noticia es que ya contamos con los medios tecnológicos para suministrar energía sostenible a todos hoy.

    Desafío energético global
    Garantizar el acceso universal a la energía plantea un gran reto a la comunidad mundial. A esto hay que agregar 1.000 millones de personas que todavía no tienen acceso a servicios energéticos modernos y los casi 2.000 millones que, según las estimaciones de la ONU, se agregarán a la población mundial para 2040. El crecimiento económico continuará durante ese tiempo, con un incremento esperado del PBI global de 125%, que será acompañado por el aumento de la demanda de energía. El mayor crecimiento se dará en la demanda de electricidad. ¿Qué significa esto para los planificadores hoy? En poco más de 20 años, el sistema energético global tendrá que duplicar su capacidad, con la mayor parte de la nueva capacidad de generación incorporada en Asia.

    Diferentes puntos de partida regionales
    En el transcurso de esta transformación energética mundial, los países y las regiones partirán de diferentes estadios. Por eso, se necesitarán soluciones individuales para abordar los desafíos locales. A escala mundial, se invierte de 1% a 3% del PIB para desarrollar y expandir la infraestructura energética.
    Para los países productores de petróleo y de gas, el nivel de CO2 relativamente alto del actual mix energético plantea un reto en términos de reducción de las emisiones de carbono, en consonancia con los objetivos consagrados en el acuerdo climático de París. Incluso en América del Norte y Europa, con menores niveles relativos de intensidad eléctrica, todavía hay suficientes posibilidades de optimizar los sistemas para obtener ganancias de eficiencia.

    Sistemas energéticos del futuro
    Lo que sabemos es que los sistemas energéticos del futuro se distribuirán de manera mucho más amplia, principalmente por el aumento de la capacidad de generación renovable. Tecnologías innovadoras y cambios estructurales están acelerando esta evolución. En general, los sistemas se volverán más complejos, pero esta misma complejidad trae consigo muchas nuevas posibilidades de optimización, especialmente a partir de las oportunidades que genera la digitalización.
    Los proveedores de tecnología están trabajando para asegurar que en el futuro la generación y el consumo estén mucho mejor alineados y que un suministro variable de electricidad pueda compensarse más eficazmente integrando servicios adicionales como la calefacción, la refrigeración, el gas y el transporte en el sistema eléctrico. Este evolucionará hacia un sistema energético multimodal más capaz de satisfacer los requisitos en términos de seguridad, economía y, sobre todo, sostenibilidad.

    El trabajo en conjunto es clave
    Estos grandes desafíos solo pueden abordarse con éxito en asociación. Será cada vez más importante que los proveedores de tecnología, los clientes, los políticos y los responsables de formular las políticas, así como la sociedad en general, trabajen más arduamente y de manera más concertada para encontrar soluciones. Se necesitarán nuevas tecnologías, compromisos a largo plazo para garantizar la seguridad de las inversiones y la voluntad de aceptar el cambio.
    El crecimiento de las poblaciones y las crecientes demandas energéticas pondrán a prueba a los líderes mundiales en las próximas décadas. Pero la experiencia con proyectos desafiantes en todo el mundo demuestra repetidamente que es mucho más fácil entregar proyectos, a tiempo y dentro del presupuesto, a través del trabajo en conjunto, como partners.
    Debemos comprometemos a trabajar juntos para buscar soluciones que cierren la brecha de acceso a la energía, mejoren la calidad de vida, para asegurar una economía próspera y un clima seguro para las generaciones futuras. Todas estas cosas deben estar en su lugar si queremos que nuestro mundo disfrute de mayor seguridad, prosperidad y paz.

    * Miembro de la Junta Directiva de Siemens AG.

    Energía eólica: una alternativa poderosa

    En agosto, se llevó adelante Viento & Energía – Expo Argentina 2017, un evento anual organizado por la Asociación Argentina de Energía Eólica (AAEE), que contó con la participación de importantes referentes del desarrollo sectorial.
    En este marco, Juan Carlos Villalonga, diputado nacional por CABA y reconocido promotor de las energías verdes, consideró redundante hablar de las ventajas o las oportunidades que las mismas ofrecen. “Hoy todo eso está más que claro. Después de mucho despotricar, estamos cada vez más cerca de tener un marco regulatorio y una política adecuada en el país”, destacó el especialista ante un nutrido auditorio en la Facultad de Ingeniería de la UBA. En líneas generales, aseguró, el panorama de las energías renovables a escala global luce alentador, pero el desafío que el mundo tiene por delante sigue siendo enorme. “A pesar de las buenas noticias que surgen día a día, todavía no estamos a la altura de las necesidades del planeta ni de los retos que nos impone el cambio climático”, advirtió.
    Por su lado, Juan Ismael Retuerto, director de ENAT y de la firma NRG Patagonia, se refirió a la necesidad de implementar acciones integradas y a largo plazo entre el sector público y el privado. “Las exitosas adjudicaciones eólicas del Plan RenovAr sumaron 1.472 megawatts (MW) de nueva potencia entre las Rondas 1 y 1.5, pero no se observó el mismo impacto positivo en lo tecnológico y socioeconómico. Esperamos y creemos que es posible que la industria nacional crezca mucho más”, opinó. Era lógico, afirmó, que la política de apertura a las fuentes renovables impulsada por la nueva legislación transformara a la Argentina en un destino apetecible para los inversores y que eso se tradujera en ofertas cada vez mejores. “Lejos de rechazar esto, propongo pensar cómo podemos impulsar una mayor inserción del empresariado, la tecnología y el trabajo local frente a un escenario de alta competitividad y precios a la baja”, sugirió. Desde su óptica, las universidades podrían estar más integradas al segmento, para lo cual faltan materias relativas a la temática y un mayor contacto con las demandas del mercado. “Se requiere un plan estratégico con las cámaras empresariales y sindicatos, las instituciones educativas y el Gobierno, que creo que se muestra permeable a este tipo de iniciativas”, reflexionó.
    A su vez, Esteban Van Dam, cofundador de 500 RPM y gerente de Desarrollo de la consultora Aires Renewables, reivindicó el atractivo que la energía eólica de baja potencia posee para el país. “La Argentina tiene una geografía muy vasta, con poblaciones aisladas que no están conectadas con la red nacional. Hay, por ejemplo, 2.700 escuelas rurales sin conexión.
    Esta problemática podría revertirse con aerogeneración de baja potencia”, graficó. 70% del territorio argentino, acotó, exhibe vientos viables para esta clase generación, y la educación técnica está muy expandida (resulta difícil encontrar un pueblo que no tenga una escuela técnica). “En base a estas condiciones, la energía eoloeléctrica de baja potencia puede convertirse en una tecnología de electrificación rural masiva”, recalcó el directivo, quien juzgó vital el acompañamiento comunitario.

    Ciencias de la vida y agronegocios

    Difícil un camino común cuando se actúa en diversas actividades

    La necesidad de gestionar los negocios de manera sustentable se instaló en la agenda corporativa de manera definitiva. Esa es la visión de Grupo Insud. Ya no se trata de una cuestión meramente filosófica ni de una moda que pasará de largo en la siguiente temporada.


    Gabriela Del Ristoro

    “Más bien, –como advierte Gabriela Del Ristoro, jefa de Comunicaciones Corporativas– estamos llamados a atender estas cuestiones desde el momento en que nuestros grupos de interés –proveedores, clientes, empleados, socios y la comunidad– demandan información específica sobre el impacto que tienen nuestras actividades en el medio ambiente y en la comunidad. Y no solamente eso, sino que también les interesa saber qué políticas concretas abordamos para mitigar ese impacto, cómo lo hacemos, cómo lo medimos, cómo lo reportamos”.
    “En ese sentido, en Grupo Insud tenemos el desafío de desarrollar una estrategia de sustentabilidad que sea representativa de las diversas áreas de negocios del grupo. Los sectores en los que opera nuestra compañía (farmacéutico, agropecuario, forestal, cultural) tienen lógicas bien distintas y eso torna complejo el escenario a la hora de trazar un camino común. No solamente generar acciones que se puedan replicar en todas nuestras operaciones sino que a nivel estratégico podamos acordar metas comunes para todos los que integramos el grupo”.
    “Nuestros campos de acción más desarrollados son la salud y la gestión responsable del medio ambiente, en línea con las actividades principales del grupo en la Argentina: las ciencias de la vida y los agronegocios. Por historia y por envergadura de negocios, el área de salud es la más representativa de nuestra compañía, no solo local sino globalmente”.
    “Nuestra fundación Mundo Sano trabaja en la prevención y diagnóstico de enfermedades desatendidas como el Chagas, el dengue, el virus del Zika, la leishmaniosis, entre otras. Su foco principal es la investigación y el trabajo de campo en las zonas en donde residen las poblaciones más afectadas por estas enfermedades. Mundo Sano tiene cinco programas en la Argentina: en Clorinda (Formosa), Pampa del Indio (Chaco), Tartagal (Salta), Puerto Iguazú (Misiones) y Añatuya (Santiago del Estero). También cuenta con una sede en España y realiza proyectos de investigación en Mozambique y Etiopía, entre otros países. Y desarrolla sus tareas siempre en alianza con las propias comunidades, autoridades sanitarias, referentes científicos y organizaciones de la sociedad civil”.

    Un estándar exigente
    “En el área de agronegocios tenemos un camino recorrido que lleva poco más de una década. Las operaciones foresto-industriales de Pomera Maderas están certificadas con el estándar internacional FSC (Forest Stewardship Council) que garantiza el manejo responsable de los bosques, tanto en el aspecto ambiental como social”.
    “Esto representa un gran desafío para el negocio porque implica cumplimentar una larga serie de requerimientos y prácticas que permiten a la compañía conservar la certificación año a año. Sabemos que es un estándar exigente y el esfuerzo para cumplir los 10 principios establecidos por FSC es grande, pero lo vemos estratégicamente como un valor agregado para el negocio”.
    “Lo que tenemos que lograr es que ese sello también se transforme en un valor agregado para el consumidor de productos de la madera. La concientización sobre el consumo es fundamental. Los envases de cartón de muchos alimentos, en los cuadernos y lápices que nuestros hijos usan para dibujar y en tantos otros lugares, encontrar la etiqueta FSC nos garantiza que detrás de ese producto hay una compañía que produce responsablemente”.
    “El consumo responsable es una de las herramientas que tenemos las empresas para tender un puente con nuestros públicos finales que nos permita generar conciencia y modificar hábitos en pos de beneficios para las generaciones venideras. En este punto, los millenials son aliados claves”.
    “Las nuevas generaciones manifiestan mayor conciencia ambiental, lo que se traduce en una mayor empatía con aquellas empresas que realizan acciones de sustentabilidad o cuentan con programas que apuntan a mitigar el impacto de su actividad en la comunidad en donde se desenvuelven. Con el equipo forestal, trabajamos en escuelas primarias y secundarias de Corrientes y Misiones para transmitir los lineamientos básicos del proceso forestal y la importancia del cuidado de los recursos naturales a los más pequeños. Sin duda, estos públicos representan una gran oportunidad para establecer pautas de consumo responsable y conciencia ambiental y social”.
    “El mapa de públicos de cualquier organización es un tablero complejo que puede abarcar una multiplicidad de perfiles, competencias, roles e intereses. Así de amplio debe ser el diálogo de las compañías con sus grupos de interés. A tal punto que ya no basta con hablar sólo con la cadena de valor sino que es necesario comprometer a la comunidad en su conjunto. Los inversores también se constituyen hoy en día como un grupo que demanda información sobre prácticas responsables. Es por eso que una buena estrategia de sustentabilidad debe ser genuina, reflejar el ADN de la compañía y ser, fundamentalmente, integradora”.

    En cada rincón del país

    En el centro de las acciones y decisiones

    La construcción de una sociedad sustentable es un camino que la firma comenzó a emprender hace tiempo. La meta es clara: que las prácticas sustentables sean una realidad y que contribuyan cada vez más al crecimiento y desarrollo de las comunidades.


    Cristian Pérez

    El escenario actual demanda liderazgo y compromisos continuos y permanentes. “En Coca-Cola entendemos que la sustentabilidad debe estar en el centro de todas nuestras decisiones y acciones. Por eso trabajamos con profundo compromiso para generar un impacto positivo en las comunidades en las que estamos presentes, haciendo foco en tres áreas clave en las que podemos lograr un gran efecto multiplicador: Bienestar, Comunidad y Medio Ambiente”. Ese es el prólogo que sobre esta materia elabora Cristian Pérez, gerente de Asuntos Públicos de la empresa.
    “Creamos valor económico, social y ambiental trabajando en colaboración con nuestros socios embotelladores, socios de la industria, organizaciones no gubernamentales, universidades y representantes del sector público, cristalizando sus convicciones, compromisos y visión ética en acciones concretas a lo largo de toda nuestra cadena de valor”.
    “Desde Coca-Cola estamos convencidos de que los negocios exitosos son posibles en comunidades sustentables. En ese sentido, si bien nuestra compañía es líder a escala mundial, tenemos un fuerte desarrollo de operaciones en el plano local. Estamos presentes en cada rincón del país, llegando con nuestros productos y acciones hasta los pueblos más remotos”.
    “El Sistema Coca-Cola tiene un gran impacto en las economías regionales: somos el principal comprador de jugos de limón, naranjas y pomelos, y un cliente fundamental de la industria azucarera y maicera. Anualmente adquirimos 42.000 toneladas de jugo concentrado de naranja, limón, pomelo, manzana, pera, durazno y uva, y derivados, equivalente a 29% de la producción nacional de jugo de limones, 29% de la producción nacional de jugo de pomelos y 60% de la producción nacional de jugo de naranjas, lo que representa US$ 250 millones para las economías regionales”.

    Valor compartido
    “Tener un alcance de tal magnitud conlleva una gran responsabilidad. Por eso nuestro compromiso empieza por lo que producimos y vendemos, y continúa con nuestra visión de crear valor compartido con la sociedad. Un ejemplo de esto son las iniciativas que desarrollamos en la provincia de Entre Ríos, cuya producción citrícola es el motor económico de la región, y donde trabajamos en conjunto con la Asociación de Citricultores de Concordia en la prevención del Huanglongbing (HLB), la enfermedad más destructiva de los cítricos que ya ha destruido 30% de la producción citrícola mundial”.
    “Hemos decidido profundizar nuestro acompañamiento a los productores a través de alianzas estratégicas con el sector público para potenciar el alcance de nuestras acciones. Apoyamos al INTA Concordia en lo que actualmente es el primer trabajo a gran escala que se hace en el mundo para la prevención del HLB a través del financiamiento del monitoreo de la enfermedad y la adquisición de equipamiento que hoy nos permiten cuidar los sueños y proyectos de 37.000 familias”.
    “Entender la importancia de nuestro rol en la sociedad y el alcance del impacto de nuestras operaciones es la clave para alcanzar la meta. Sabemos que detrás de cada número hay familias, sueños y proyectos de vida que queremos seguir acompañando. Ese es el camino para construir sociedades sustentables y en ese sentido continuaremos trabajando”.