María Martínez
Mercado tiene una gran afición por explorar tendencias, hechos y procesos que moldean el porvenir. Pero esta vez, comienza por analizar el contexto histórico que forjó a la Nación, para así entender primero la actualidad, y luego seguir con ejercicios de predicción.
Es que esta celebración del 47° aniversario de Mercado (casi la cuarta parte de la vida de la Nación independiente, lo que es una impactante medida de la juventud de la Argentina) es realmente singular.
Como siempre en estas ocasiones, se abandona el esquema de secciones tradicionales, y se convierte en una verdadera aventura intelectual para indagar el pasado y para anticipar el futuro, con distinguidos colaboradores que no son exactamente periodistas.
El punto de partida es una conexión con la celebración en la que estamos inmersos. Por eso se llamará: “1816-Bicentenario-2016. Los debates recurrentes”. A lo largo de estas páginas se pasará revista a discusiones tales como: morenistas y saavedristas; Buenos Aires y el interior; unitarios y federales; Rosistas y antirrosistas; Buenos Aires contra la confederación; Alberdi contra Sarmiento; autonomistas versus nacionales; radicalismo y conservadurismo; nacionalistas y liberales; peronismo y antiperonismo, desarrollismo y liberalismo; populismo y neoliberalismo.
En 1910, cuando se celebró el primer centenario, la Argentina estaba en la séptima posición económica entre todas las naciones del mundo. En ese tiempo la gran discusión en Gran Bretaña era ésta: ¿quién se convertirá en el próximo Estados Unidos, Canadá, Australia o la Argentina? Con el tiempo y las frustraciones quedamos afuera de esa carrera.
No estábamos todavía en la categoría de pueblos en desarrollo o emergentes. Eso vino después de muchos fracasos. Entonces todavía estábamos en el pelotón de vanguardia.
Pero el conflicto comenzaba a aflorar. La ficción de Nación inventada por varios intelectuales del siglo pasado y que se había instalado en el poder con la Generación del 80 comenzaba a recibir el embate de nacionalistas, populistas y revisionistas que traían su carga de razón. Las rígidas fronteras donde se libró la batalla permanente entre los mejores intelectuales del siglo 19 comenzaron a cobrarse su cuenta a todo lo largo del siglo 20.
Las “ficciones orientadoras” –como las denomina Nicolas Shumway en Invención de la Argentina– son creaciones artificiales, pero necesarias para darle a los habitantes de un territorio un sentimiento de nación, de identidad colectiva y de destino común. Las del siglo 19 tuvieron su vigencia y permitieron un avance, pero las nuevas “ficciones orientadoras” contrapuestas en el siglo 20 lesionaron la idea original y no permitieron –hasta ahora– el surgimiento de un ideal superador que impulse a moldear el futuro.
Presente y futuro
En cuanto al presente y el futuro se planten diversos interrogantes, que son contestados por empresarios, académicos y consultores.
Preguntas referidas al uso de las redes sociales durante la jornada laboral, el estado de situación en cuanto a equidad de género, cuál es el tema central en el futuro de la empresa en nuestro país, el rol del empresariado y la agenda del porvenir recorren la edición.
Hay también algunas investigaciones especiales.
Una muy particular, con una encuesta incluida, sobre la innovación en distintos aspectos. Y otra sobre la nueva ley del régimen futuro de coparticipación federal.
Un espacio relevante se ocupará de analizar distintas megantendencias, como en diferentes sectores de la economía y la sociedad.
Este es, en síntesis, el corazón de esta provocadora aventura intelectual que recorremos juntos con nuestros lectores.