Tiempo de la acción para los empresarios -parte 1-

    Con alguna timidez, hay autores y directivos que reclaman –desde hace tiempo– un rol protagónico para la empresa. Los críticos dicen que es lo mismo que encerrar al zorro en el gallinero. Pero la idea de que los empresarios pueden tener un papel determinante en este territorio comienza a ganar adeptos, adentro y afuera del campo de la empresa privada.

    Es que hay una lógica de hierro que vence todos los argumentos en contra del prejuicio. Si ocurre un desastre ecológico, si colapsa el sistema financiero, si hay una enorme desocupación, ¿de dónde vendrán las ganancias corporativas? Más aún, ¿quién podrá garantizar la propia supervivencia de la empresa?
    Es decir, empresas y empresarios no tendrán otra opción más que apoyar de modo activo y decidido todo lo que signifique avances en este terreno, sea por genuina convicción, sea por interés. Así lo acreditan los valiosos testimonios de empresarios locales que ofrecemos a continuación.

    Unilever

    “La sustentabilidad es un buen negocio”

    El planeta enfrenta retos nunca antes vistos y el calentamiento global es tal vez la mayor amenaza en amenaza en ciernes. La posibilidad de que la temperatura promedio aumente cuatro grados para fines de siglo ya dejó de ser un pronóstico agorero y pasó a ser un posible escenario que los Estados, el sector privado y la comunidad científica están tratando de evitar.

    Por Ricardo Quesada


    Miguel Kozuszok

    El presidente de Unilever Latinoamérica, Miguel Kozuszok, aseguró que es necesario que las compañías empiecen a trabajar seriamente para ser sustentables. “Hoy estamos consumiendo los recursos de un planeta y medio”, agregó.
    Según destacó el ejecutivo, es hora de que los líderes empresarios asuman su rol en la prevención del cambio climático y en la elaboración de planes de sustentabilidad, que permitan alcanzar las metas que se proponen en la Cumbre de Cambio Climático de París.
    Sin embargo, para quienes aún se muestran escépticos sobre la necesidad de que las organizaciones empiecen a ser sustentables, Kozuszok fue más allá y aseguró: “La sustentabilidad es, ante todo, un buen negocio que genera un círculo virtuoso de crecimiento permanente”.

    –Cuando los tiempos son difíciles para las empresas, ¿los recursos se ponen en donde realmente lo necesita la compañía o en programas de responsabilidad social empresaria (RSE) o de sustentabilidad?
    –RSE y sustentabilidad no están en la misma categoría. La RSE nace como una necesidad de las compañías de mejorar su imagen, de acercarse un poco más a las comunidades y no a los consumidores, a los stakeholders con los que uno se relacionaba. Es un concepto un poco más viejo si lo compara con el concepto de sustentabilidad.
    La sustentabilidad es parte integral de los negocios, no es un apéndice sobre el cual trato de construir una imagen de compañía, sino que es la forma en la cual hago los negocios.

    –Usted dice que la sustentabilidad es redituable, entonces, ¿ser sustentable es tener ganancia y también un poco más que eso?
    –Claro. Si yo tengo una compañía que no genera ganancias va a desaparecer. Yo tengo la obligación de ser redituable. Pensemos estos dos enfoques: en el mundo ideal todas las compañías vamos a migrar hacia la sustentabilidad y al migrar todas las compañías hacia allí, vamos a generar un espacio mucho más justo y vamos a enfocarnos en erradicar la pobreza, la desnutrición y el cambio climático. Si lo hace una compañía sola, nada va a cambiar. Si la compañía que lo hace no es exitosa, nada va a cambiar.
    Desde que Unilever lanzó su plan de desarrollo sustentable en 2010, la compañía sigue creciendo en la consideración de la gente como empresa en la cual quieren trabajar. Y obviamente cuando uno logra que los mejores o gente que tiene los mismos valores que uno, quiera trabajar con uno, las posibilidades de esto son más grandes.

    –¿Qué objetivos se fijaron y cuáles se cumplieron desde que empezaron con este plan de desarrollo sustentable?
    –En 2020 teníamos un objetivo de reducir a la mitad nuestro impacto ambiental. Uno de esos puntos era la disposición de residuos. El año pasado, antes de lo establecido, logramos alcanzar que todas nuestras plantas del mundo produzcan basura cero para relleno sanitario.
    Ese es un buen ejemplo: cuando uno reduce el impacto de la basura, genera utilidades, porque los costos del desperdicio son muy altos. Y el impacto ambiental es fantástico.
    También desarrollamos productos con menos impacto ambiental. Por ejemplo, lanzamos los desodorantes comprimidos en Europa, en Brasil y en la Argentina. Fue un desarrollo de 10 años para reducir el impacto ambiental por la cantidad de aluminio, de gas propelente y de plástico. Y eso tiene un efecto palanca, exponencial cuando se advierte la menor cantidad de camiones que son necesarios, la menor cantidad de espacio para ubicarlos en los centros de distribución…

    –¿Notan que los consumidores acompañan estas decisiones?
    –Sí, cuando descubren el beneficio. El consumidor no tiene por qué pagarlo. Hubo alguna movida en los años 80 y los 90, que cuando el consumidor quería un producto verde, tenía que pagarlo más caro. Y no funciona así.
    Nuestra obligación es que la innovación tiene que venir acompañada de un beneficio tangible, que el consumidor no tiene por qué pagar.

    –Pero convertirse en una compañía sustentable tiene un costo. Hay que invertir en tecnología…
    –Hay cosas que son inversión y otras que son solo cambios de hábito. Hacer este edificio sustentable significa apagar las luces, usar menos aire acondicionado, no imprimir, separar la basura. Y todo eso tiene una reducción de costos importante.
    Cuando vamos a la tecnología en las plantas, ahí puede haber un costo, una inversión, pero como la que se hace con cualquier lanzamiento de producto.
    Pasarnos de botellas a doypacks (envases plásticos) es un ahorro importante en el consumo de energía, en el consumo de plástico y requiere una inversión. Pero con la visión de negocio de que puedo generar un retorno a partir de esto no es demasiado distinto.
    El problema de no hacerlo es que en el largo plazo me transformo en no competitivo, porque hay otro que lo hizo. Entonces necesariamente vamos a tener que entrar todos.

    Sancor Seguros

    Los clientes eligen empresas sustentables

    En diez años de RSE en la firma, ella logró una entidad formal, tuvo la trayectoria de un proceso sistematizado, con herramientas y medible. Es independiente de los procesos que experimente la empresa. No depende de la situación económica. Cuando la empresa está en una situación económica no tan buena, sirve para crear valor, encontrar mejoras, fortalecerse.

    Por Mauro Maciel


    Betina Azugna

    La empresa Sancor Seguros, oriunda de la ciudad santafecina de Sunchales, adhirió al Pacto Global de Naciones Unidas en el año 2009 y desde entonces ha estado sentada a la mesa directiva, primero como miembros suplentes y a partir de 2011, en condición de miembro titular. Allí, comparte representación junto a grandes empresas multinacionales, Pymes, ONG, universidades y otro tipo de instituciones y en la actualidad ejerce el rol de representante de la Red Argentina, cuyo presidente es el CEO de la firma aseguradora, Néstor Abatidaga.
    “Ello nos volvió en participantes mucho más activos dentro del Pacto Global”, dice la gerente de RSE de Sancor Seguros, Betina Azugna, quien agrega que la Red Argentina, por tercer año consecutivo, fue elegida entre las 10 mejores redes del mundo. “El Pacto Global surgió cuando se definieron los objetivos del milenio que firmaron los gobiernos en vistas al año 2015, con la intención de que empresas y demás instituciones colaborasen con el cumplimiento de tales objetivos. Y la realidad es que muchos de ellos no se cumplieron, se lograron a medias o con algunos desfasajes. Así que en septiembre de 2015 se lanzaron nuevos objetivos sostenibles más ambiciosos que los anteriores”.

    –¿También permite generar reputación?
    –La reputación se genera como una consecuencia del trabajo que uno hace de RSE. A lo mejor en tiempos difíciles uno no puede realizar inversión social, es decir, que no puede invertir en algunos programas de la misma manera que lo haría en otra situación, pero sí puede trabajar la ética dentro de la empresa, puede trabajar con los empleados, puede trabajar en desarrollar proveedores, en mejorar el impacto del medioambiente, que hará que disminuyan sus costos.

    –¿Cómo es posible demostrar los beneficios de las prácticas sustentables frente a las exigencias del negocio?
    –Uno de los resultados es que, tanto los clientes como los proveedores, la elijan justamente por ser una empresa sustentable. Sancor Seguros está entrando en una etapa en la que nuestros clientes, sobre todo grandes empresas, nos contratan porque saben que tenemos un proceso de sustentabilidad.
    Luego, desde el negocio, encarar los procesos de RSE hace que la disminución de los costos sea bastante tangible. Nosotros tenemos un programa de RSE con los clientes donde identificamos a aquellos que tienen alta siniestralidad. Entonces con el programa que implementamos durante uno o dos años medimos la tasa de reducción de siniestros y es impresionante ver cómo de un año a otro se reduce la tasa, en torno a 15%. Allí se ven los números, los resultados y también en términos cualitativos.

    –¿Cuáles son sus expectativas sobre la Cumbre de Cambio Climático en París?
    – Existe mucha ansiedad acerca de los resultados que surgirán de la Cumbre. Esperamos que los países asuman sus compromisos. Desde Sancor Seguros estamos participando en el tema junto con el Pacto Global de la ONU, a través de la Red Argentina. Allí hay 4 grupos de trabajo que están trabajando activamente: Derechos Humanos y Empresas, que preside Sancor Seguros; Empresas por la igualdad; Prevención de la Corrupción; y Cuidando el Clima. En todos ellos se trabaja en torno a una serie de principios que se entregarán en la COP de París.

    –La Agenda 2030 para el desarrollo sostenible habla en uno de sus puntos de los costos que ocasiona al PBI Global el calentamiento climático. ¿Son conscientes de este escenario las empresas?
    – La agenda 2030 se está tratando quizá en ámbitos más cerrados, como el Consejo Empresario para el Desarrollo Sostenible, el Pacto Global de Naciones Unidas, en algunas asociaciones que están muy vinculadas a estos temas.
    El Papa Francisco dio una gran ayuda presentando en su encíclica un mensaje en el que habló del cuidado de la casa y del medio ambiente. Eso llegó a mucha gente que no participa habitualmente de las discusiones del mundo empresario y tuvo mucha más repercusión. Su aporte fue un paso más y ahora hay nuevos interesados en el tema.

    Actividad empresarial, ¿una noble vocación?

    Por Jorge San Martin (*)

    “…Sin dudas es el líder contemporáneo más relevante…”, señalaba una periodista española en una entrevista radial que escuché llegando al trabajo. Y se refería a Jorge Bergoglio, hoy Papa Francisco, conductor de la Iglesia Católica, un argentino con desafíos monumentales en su tarea diaria.
    Un modelo de liderazgo que va ganando espacio en los talleres corporativos, workshops sobre la materia e inspirando el pensamiento y la acción de quienes tenemos responsabilidad en cualquier ámbito directivo.
    Preso de las urgencias me quedé pensando que su Encíclica “Laudato Si” sólo se refería a un enfoque humanitario sobre la ecología. Y cometí un error que quizá otros puedan haber cometido: acomodarlo en la biblioteca sin adentrarme en su lectura.
    Pero llegó el momento de abordarlo y allí me llevé la sorpresa de un enfoque profundo e integral sobre la cuestión de la promoción humana, el progreso y su resignificado y la necesaria búsqueda de una sociedad más justa.
    Y con clarísimas referencias a las empresas, que son necesarias puntualizar. Quisiera señalar al menos dos como un aperitivo del que los invito a disfrutar en profundidad:
    129 (…) La actividad empresarial, que es una noble vocación orientada a producir riqueza y mejorar el mundo para todos, puede ser una manera muy fecunda de promover la región donde instala sus emprendimientos, sobre todo si entiende que la creación de puestos de trabajo es parte ineludible de su servicio al bien común.
    194 (…) Un desarrollo tecnológico y económico que no deja un mundo mejor y una calidad de vida integralmente superior no puede considerarse progreso. Por otra parte, muchas veces la calidad real de vida de las personas disminuye –por deterioro del ambiente, la baja calidad de los mismos productos alimenticios o el agotamiento de algunos recursos– en el contexto de un crecimiento de la economía. En este marco, el discurso del crecimiento sostenible suele convertirse en un recurso diversivo y exculpatorio que absorbe valores del discurso ecologista dentro de la lógica de las finanzas y de la tecnocracia, y la responsabilidad social y ambiental de las empresas suele reducirse a una serie de acciones de marketing e imagen.
    Resulta reconfortante sentirnos parte de una misión orientada a mejorar el mundo y que se reconozca a la actividad empresarial como una noble vocación.
    Pero también resulta un alarmante llamado de atención a los desparejos niveles de compromiso de nuestras empresas en un concepto nuevo de progreso. La empresa como factor relevante en la realización personal de sus empleados y directivos, del cuidado social y ambiental de las comunidades en las que desarrollan sus negocios, de la calidad de los bienes y servicios ofrecidos.
    Habrá que volver a pensar si desde la Alta Dirección de las empresas se están financiando programas de responsabilidad social totalmente embebidos en su estrategia o se deberá redefinir a la empresa en esta tarea de promoción humana, en la que la producción de riqueza impulsa el crecimiento de la empresa y su gente, retribuye el capital invertido adecuadamente, sostiene las comunidades en las que opera, crea valor tangible y construye valores sociales.

    (*) Socio a cargo de RSE en PwC Argentina.

    Sí hay futuro con los “nativos sustentables”

    Por Andrea Avila (*)

    Pareciera que hoy en día el camino de la RSE y la sostenibilidad corporativa es electivo. Sin embargo, no hay que perder de vista que las nuevas generaciones harán que ser más sustentables deje de ser una elección para las empresas en el corto plazo.
    La generación “Y” y los Millenials, vienen con un ADN con mayor conciencia social y por lo tanto son mucho más exigentes, tanto con los gobiernos como con las empresas, en cuestiones vinculadas a la sustentabilidad.
    A diferencia de mi generación, que ha ido incorporando información, conciencia, y finalmente compromiso, con la agenda del desarrollo sostenible, principalmente en los últimos 10 ó 15 años, los jóvenes vienen ya de niños con ese compromiso, inculcado en la educación formal, pero también en la informal y en la cultura que asimilan todos los días.
    Ellos son “nativos sustentables”, y por tanto tenemos un horizonte que nos permite mirar con optimismo los años por venir.
    Los años en que la defensa del medio ambiente se limitaba al accionar de los miembros de algunas organizaciones sin fines de lucro quedaron atrás. Por el contrario, hoy en día cada vez más personas se suman al cuidado del planeta. Los chicos son a menudo, quienes impulsan a sus padres a incorporar hábitos sustentables en sus vidas cotidianas como el reciclado o la separación de los residuos.
    Probablemente haya influido mucho en esa concepción “militante” que traen los jóvenes el haber sido testigos directos del irreparable impacto de la acción humana en la naturaleza cuando no hay preocupación por el medio ambiente. Por esta misma razón, ellos también crecieron en un contexto en el que aumentó la cantidad de campañas de concientización sobre cuestiones medioambientales.
    Y es ese ADN “verde” que traen en el chip los jóvenes, el que terminará impulsando grandes cambios en la sociedad y en el mundo de los negocios.
    Con ese ADN, ellos son ciudadanos más comprometidos que van a “obligar” a los gobiernos a ser más transparentes. Ellos tienen en sus manos la posibilidad de cambiar las viejas formas de la política y la gestión de lo público. De la mano de los jóvenes y del potencial infinito de las nuevas tecnologías, aparece el Open Gov y otras tendencias que plantean un nuevo paradigma a los gobiernos de todo el mundo.
    Son también consumidores más responsables. Sus pautas de “consumo responsable” ya están alertando a las grandes compañías de consumo masivo. Y esto recién empieza. Materiales y packaging más amigables con el medio ambiente, reducción de huella de carbono, productos orgánicos, alimentación saludable, garantía de empleo decente en la cadena de valor, redes de comercio justo y tantos otros conceptos son hoy moneda corriente en el léxico corporativo.
    Esos jóvenes, son también trabajadores que eligen empleadores que operen bajo prácticas de sostenibilidad. Las compañías que enfrentan issues de reputación y los sectores que son cuestionados socialmente están en desventaja en la creciente guerra por el talento. Está claro ya que son los trabajadores quienes, cada vez más, eligen en qué empresas quieren trabajar. Y está claro también que eligen empresas que los hagan sentir orgullosos.

    (*) CEO de Randstad para Argentina y Uruguay.

    Acciones solidarias

    Por Patricio Vezza (*)

    Desde Puente hemos puesto mucho foco en acciones de voluntariado y educación con la comunidad. Aun así, tenemos oportunidad para seguir comprometidos en transformar la responsabilidad social en sustentabilidad corporativa.
    Desde hace unos años llevamos adelante acciones solidarias que reafirman nuestro compromiso con proyectos vinculados al desarrollo social, cultural y económico del país en conjunto con la creación de mejores condiciones de acceso a los derechos a la salud y educación de los niños y jóvenes más vulnerables.
    A través del programa Futuros Egresados de la Fundación Cimientos, becamos a 15 alumnos de entre 12 y 18 años para que puedan finalizar sus estudios. Por otra parte, en colaboración con Fundación CONIN –institución que trabaja para terminar con la desnutrición infantil en la Argentina y América latina– apadrinamos a un niño y su madre durante su tratamiento integral en el Centro de Recuperación de Lactantes Desnutridos.
    Además, participamos hace tres años del Programa de Becas de la Universidad Torcuato Di Tella que otorga ayuda económica a jóvenes para acceder a esta prestigiosa institución, sobre la base de criterios como mérito académico, necesidad y lugar de residencia. En 2015, se otorgaron 733 becas a alumnos de todo el país.
    Este año nos sumamos al programa Amigos de Fulbright, la primera iniciativa público-privada destinada a aumentar la cantidad de argentinos que cursan estudios en Estados Unidos. Nuestro compromiso ayudará a 10 alumnos con alto desempeño académico a acceder a este tipo de viajes.

    (*) Chief Human Resources Officer.

    Walmart Argentina

    Tiempo, recursos y mirada de largo plazo

    La metáfora de un triángulo con los vértices conceptuales de economía, sociedad y medio ambiente y donde el centro es la ética es la figura retórica que seleccionó la compañía para identificarse con los procesos y proyectos de sustentabilidad y RSE.

    Por Leandro Africano


    Hernán Carboni

    Desde el punto de vista de Walmart, el desarrollo sustentable se entiende como el proceso que satisface las necesidades de las generaciones presentes sin poner en riesgo la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer las suyas. La actividad económica tiene consecuencias naturales, sociales y económicas. Para que se cumplan las condiciones de la sustentabilidad, cada uno de los vértices de este triángulo tiene que estar en equilibrio con los demás. A través de un Comité de Desarrollo Sustentable, la compañía identifica iniciativas de corto, mediano y largo plazo que permitan minimizar su impacto ambiental directo e indirecto. En este sentido, Mercado conversó con Hernán Carboni, director de Relaciones Institucionales de Walmart Argentina y responsable de los proyectos de RSE y Sustentabilidad de la compañía en Argentina.

    –La cuestión sobre la utilización de los recursos en tiempos difíciles es un dilema global. En este sentido, ¿se ponen lo recursos donde realmente se los necesita o en programas de RSE?
    –En principio yo no establecería una distinción entre la necesidad y programas de RSE. Por el contrario, en la realidad que nos toca gerenciar hoy por hoy, la RSE pasó a ser una parte integral de la gestión; o por lo menos lo es cuando existen concordancia entre los objetivos declarados, las metas de negocio y los principios que guían a la compañía.
    En Walmart, por ejemplo, ser socialmente responsable significa actuar conforme a cuatro  principios: respeto por el individuo, servicio al cliente, actuar con integridad y búsqueda de la excelencia. Algo que se manifiesta en nuestro operar diario y en diversas acciones e iniciativas que buscan mejorar la calidad de vida,  no sólo de  los más de 12.000 asociados que trabajan en la compañía, sino de todas aquellas comunidades donde tenemos presencia.

    –¿Podríamos hablar de táctica y estrategia de los proyectos de RSE y sustentabilidad de las compañías globales?
    –Cuando la RSE y la sustentabilidad son parte del negocio no existe algo así como la “táctica de la RSE”. Sobre todo, por la connotación oportunista y de corto plazo que tiene. Por el contrario, se trata de un todo integral: todo, cultura, estrategia de negocios, compromiso social y medioambiental, son una sola y misma cosa. En Walmart dado que la RSE y Sustentabilidad forma parte de la gestión del negocio se le destina tiempo, recursos y una mirada de largo plazo.

    –La generación de empresas B tienen un modelo de gestión muy diferente al de las empresas tradicionales. ¿Cree que es un modelo que se expandirá? ¿Puede entrar en conflicto con el accionar de la empresa tradicional?
    –No creo que entre en conflicto con la empresa tradicional. Se trata de modelos diversos de gestión y que se complementan. Insisto en que no creo que se trate de una cuestión excluyente, en el caso de Walmart no somos una BCorp y aun así nuestras acciones, los intereses de los accionistas, nuestro plan de negocios y el gerenciamiento se orientan al beneficio social no sólo con las comunidades con las que trabajamos, sino por ofrecer a nuestros clientes precios bajos todos los días. En Walmart estamos convencidos que si a la comunidad le va bien, a nosotros como compañía nos va bien y, en ese sentido, somos miembros activos de las comunidades tratando de dar respuesta positiva a las distintas necesidades.

    –¿Cuál es su experiencia personal en el tema de las audiencias y destinatarios y los proyectos de RSE y sustentabilidad?
    –En el caso de Walmart, nos enfocamos en todos nuestros stakeholders apalancándonos en nuestra cultura corporativa. En este sentido, hoy por hoy estamos trabajando en diversos ejes para utilizar nuestra escala y capacidades para ayudar a los demás –no solo a clientes y stakeholders– sino también a la sociedad en general. En este sentido, en primer lugar, buscamos crear oportunidades económicas para nuestros asociados, proveedores pequeños y regionales; en segundo mejorar la sustentabilidad de nuestras operaciones y cadena de valor; y en tercero, contribuir con el desarrollo de comunidades fuertes.

    –¿Cómo definiría usted qué es la mirada del consumidor sobre las compañías responsables?
    –Las investigaciones de opinión pública evidencian un crecimiento no sólo de la preocupación por el medioambiente y las problemáticas de orden social, sino también del interés en que las empresas sean responsables con las comunidades donde operan. Si se me permite la expresión, las empresas del 2020 deberán ser socialmente responsables con los ciudadanos del mundo, o no serán.

    –¿Cree usted que hay conciencia en las empresas sobre los escenarios de impacto ambiental de la economía actual?
    –No podría habar por todas las empresas, pero en lo que a nosotros respecta, buscamos mejorar la sustentabilidad de nuestras operaciones y cadena de valor. Sobre todo, en términos de cuidado del medio ambiente, eficiencia en el consumo de energía, optimización de procesos, gestión correcta de los residuos, y contribuir a que todos los proveedores y socios estratégicos de la compañía también lo hagan. Estas buenas prácticas contribuyen además a disminuir costos de gestión e impacto ambiental, y poder ofrecer precios bajos a los clientes.

    Renault Argentina

    A la búsqueda de una movilidad sustentable

    La automotriz produjo en su fábrica de Córdoba 3 millones de vehículos de 25 modelos diferentes desde abril de 1956 cuando salió el primer auto de la línea de montaje. Con esta capacidad productiva y bajo un marco conceptual definido por la compañía a escala global se define el perfil de sustentabilidad y RSE de la compañía.

    por Leandro Africano


    Ethel Zulli

    Según las palabras de Thierry Koskas, presidente y director general de Renault Argentina, “la sustentabilidad consiste en asegurar, a mediano y largo plazo, su perennidad como gran empresa de este país. Esto significa que dentro de 5, 10 o 20 años, Renault pueda contar con empleados formados y motivados que reflejan la diversidad de la sociedad, con productos perfectamente integrados en su entorno y finalmente con clientes que los disfruten. Es un desafío mayor para una terminal automotriz, cuyo proceso de producción y productos pueden tener un impacto potencial importante, positivo y potencialmente negativo, sobre la sociedad y el medio ambiente”.
    En el último informe de sustentabilidad están plasmados los esfuerzos de la compañía en enfocarse más en la reducción de su huella medioambiental, el desempeño de acciones de educación, sensibilización, mecenazgo y la promoción de la diversidad y del crecimiento de sus empleados. Las acciones de reciclaje en su planta de Córdoba, el Instituto Técnico, la educación de miles de chicos en seguridad vial, la construcción de casas en asentamientos vulnerables por los empleados, son las pruebas que expone la compañía del compromiso de Renault Argentina. Ethel Zulli, gerente de Sustentabilidad de Renault Argentina dialogó con Mercado para profundizar diversos aspectos de la problemática.

    –¿Cómo se articulan los recursos destinados a los proyectos de RSE y sustentabilidad cuando la economía atraviesa tiempos difíciles?
    –Desde un punto de vista personal no haría una distinción entre tiempos. Lo cierto es que una vez que una empresa decide trabajar en el eje de la sustentabilidad es un camino a recorrer. Los vaivenes del negocio van más allá de la estrategia, la comunión con la sustentabilidad es indisoluble.

    –A la hora de hacer un análisis de las propuestas de las compañías, es fácil identificar la clara diferencia entre táctica y estrategia en RSE y sustentabilidad. En la táctica se apoyan iniciativas de salud, educación, mejor alimentación. En la política estratégica se requiere tiempo y recursos, y desarrollo de relaciones de muy largo plazo. ¿Cuál criterio prima en la compañía en la que le toca actuar?
    –En Renault, como constructores responsables de automóviles, le hemos dado continuidad a programas puntuales que conforman nuestra estrategia de sustentabilidad. Nuestra guía es la “movilidad sostenible” y aquí se incluyen programas de seguridad vial, educación, movilidad cero emisiones, diversidad, respeto y cuidado del medio ambiente, entre otros. Así, se funden la estrategia y la táctica en una sola dirección.

    –En materia de sustentabilidad, los programas afectan a la performance financiera. ¿Cuál es la perspectiva de la compañía en este aspecto?
    –En nuestra compañía consideramos que alinear la cultura corporativa a la sustentabilidad es el único camino para la perennidad de la organización. Esto puede verse en nuestros tres Reportes de Sustentabilidad donde focalizamos sobre nuestro trabajo en el área social, económica y ambiental y en la coparticipación en la cadena de valor.

    –¿De qué manera se legitima la propuesta de las compañías con relación a sus ideas y convicciones de sustentabilidad y RSE?
    –En mi opinión las empresas llegan a ser consideradas líderes de la mano de la legitimización de la comunidad; la licencia para operar va a estar dada por el producto y servicio que ofrece validado por sus clientes, colaboradores, proveedores y la comunidad, como integrantes de su cadena de valor.
    Todos estos agentes, además de participar en el proceso productivo y de mercado, también son parte activa del proceso de compromiso. En nuestro caso, por ejemplo, la legitimidad social se obtiene porque la compañía ha demostrado estar comprometida del principio al fin del ciclo de vida del automóvil. Por todo esto es que creo que estás investigaciones arrojan resultados a favor del patrón de conducta de Responsabilidad Social Empresaria.

    –¿Cómo definiría usted el grado de maduración de la problemática del impacto de la industria automotriz en el medio ambiente?
    –Hoy podemos decir que se está trabajando a escala global en la concientización y sensibilización hacia adentro de las empresas sobre los impactos que tendrá, a todo nivel, los cambios climáticos. Renault viene trabajando desde hace tiempo esta temática lo que ha derivado en algunos resultados muy palpables como la creación de una gama completa de vehículos eléctricos y su comercialización masiva a partir de 2011. Por ejemplo, hoy, la Alianza Renault-Nissan es el principal comercializador de autos eléctricos en el mundo.

    CCU Argentina

    En el corazón de todo el negocio

    La compañía de capitales originalmente chilenos enfocada en el negocio de la cerveza reporta sus acciones de RSE y sustentabilidad desde hace 10 años. En ese aspecto se muestra pionera porque entendió que esos procesos son parte del ADN de una nueva generación de empresas.

    por Leandro Africano


    Fernando Sanchis

    Según se desprende del último reporte de sustentabilidad de la compañía, en CCU hay tres grandes áreas que conforman la dimensión estratégica de la empresa: económica, social y medioambiental, las cuales apuntan principalmente a lograr un crecimiento sustentable en el tiempo, promoviendo que el concepto atraviese las operaciones de todos los procesos. Además, se propuso ser socialmente responsable para los públicos con que interactúa, potenciando un mejor estilo de vida, entregando productos de calidad y realizando programas que sean instancias de encuentro, junto a una propuesta medioambiental que busca un uso eficiente de los recursos, enfocándose en disminuir la huella de carbono y el consumo de agua e incrementar la valorización de los residuos industriales para hacer cada vez más sustentable la producción en las plantas.
    En el ámbito medioambiental la compañía sigue avanzando en lo que denominó Visión Medioambiental 2020 que tiene tres objetivos claros y medibles: disminuir la generación de los gases efecto invernadero (o huella de carbono) en 20% por hectolitro, incrementar la valorización de los residuos industriales en 100% y disminuir el consumo del recurso hídrico en 33% por hectolitro. Bajo esta dimensión Fernando Sanchis gerente general de CCU Argentina y Juan Pablo Barrale gerente de Relaciones Institucionales de la compañía conversaron con Mercado sobre los dilemas de la RSE y sustentabilidad.


    Juan Pablo Barrale

    –¿Cuál es la dimensión que ustedes definen sobre las políticas de RSE y sustentabilidad?
    –La RSE debe entenderse como un modelo de gestión, la manera de ser de las compañías y no como un programa en particular destinado a trabajar sobre un tema de interés social. Así lo entendemos en CCU y la meta es ir elevando la vara de actuación en todo ámbito: metas medioambientales, calidad laboral, estándares de proveedores, impacto en nuestras comunidades. Trabajar en un marco de responsabilidad es pensar la compañía en términos de sustentabilidad: el largo plazo presenta mejores escenarios en la medida que los intereses y necesidades de los grupos de interés que interactúan con una compañía estén considerados. Es un sistema muy dinámico. Desde esa mirada, no hay un espacio para pensar la RSE como una variable atada a los recursos, sino que es un modelo de comportamiento que se orienta a los consumidores, los empleados, los clientes, los vecinos, los proveedores, las autoridades, organizaciones sociales, entre otros grupos

    –¿Cuál es el criterio que prima en la compañía con relación a la táctica y estrategia de implementación de políticas y proceso de RSE y sustentabilidad?
    –Es el de entender la RSE en el marco de la misión que tenemos hace varios años: ´Trabajo bien hecho, por el bien de las personas, gratificando a nuestros consumidores, marcas de alta preferencia´. Esto quiere decir que más allá de las circunstancias, hay un comportamiento orientado a ser una compañía sustentable que no se discute. Definido el sentido estratégico, luego es entender que tácticas son las mejores para ir detrás de los objetivos. CCU Argentina propone a sus trabajadores actuar siempre de acuerdo a tres valores: excelencia, generosidad y empoderamiento. Eso requiere el mismo comportamiento de la compañía.

    –¿Cuál es su visión sobre los dos modelos de compañías que hoy conviven: el de empresas B y las tradicionales?
    –Los modelos cambian y eso es saludable, porque es la manera de construir mejores prácticas. Si una organización, cualquiera sea su fin, se propone un modelo de gestión con visión de crecimiento en el tiempo, necesariamente debe considerar los movimientos y tendencias sociales. Hoy, estamos en un momento de la historia donde nos toca ampliar la mirada de la gestión hacia distintos públicos y considerando el lugar que ocupamos en el entorno.

    –Hay que trabajar en el paradigma de la alternativa dos: el valor de una compañía está no solo en el producto o el servicio, sino en la capacidad de construir un vínculo robusto con sus grupos.
    El entorno está ultra comunicado y las personas tienen expectativas distintas respecto de las compañías. Esto hace que múltiples disparadores desencadenen efectos negativos o positivos sobre la reputación, el precio de una acción y la confianza de los consumidores o usuarios. En el caso de CCU, dos de nuestras cervecerías están integradas en las ciudades y debemos trabajar proactivamente para conservar esa licencia para operar. Cualquier detalle que no considere ese entorno puede tener un efecto indeseado.

    –¿Cree usted que hay conciencia en las em­presas sobre los escenarios de impacto medioambiental?
    –Desde CCU, hace 10 años que tenemos metas ambientales desafiantes de cara al 2020. Reducir huella de carbono, reducir el consumo de agua en más de un 30% y valorizar el 100% de nuestros residuos sólidos, con la visión de convertirnos en referentes medioambientales. Eso es conciencia y visión sustentable acordada desde el más alto nivel de la organización y con un impacto en nuestro trabajo diario. Es el camino de todas las empresas.

    Coca-Cola

    El foco puesto en cuatro áreas claves

    La firma se propone ser un excelente lugar para trabajar, donde las personas se inspiren para dar lo mejor de sí. Apunta a desarrollar el talento, la cultura y las capacidades para hacer posible el mejor desempeño, y –a corto, mediano y largo plazo– ser el empleador de elección entre las mejores compañías.

    En relación a la sustentabilidad aplicada al entorno laboral, impulsa ambientes de trabajo abiertos y participativos, promoviendo el desarrollo integral y su equilibrio entre la vida laboral y extra laboral (Life balance), aspectos muy valorados hoy por las nuevas generaciones, sostiene Francisco Do Pico, director de Asuntos Públicos y Comunicaciones Argentina, Paraguay y Uruguay.

    –De acuerdo a investigaciones recientes, las nuevas generaciones (millennials) muestran un mayor conocimiento acerca de la sustentabilidad  y exigen a las compañías un accionar responsable, incluso a la hora de elegir un lugar donde trabajar. ¿Percibe esto en los empleados y aspirantes de su empresa? ¿Qué políticas toman al respecto?
    –Sí, absolutamente. Para atraer a estos nuevos talentos es indispensable contar con políticas y prácticas que contemplen la sustentabilidad en su significado más abarcativo. Para Coca-Cola la sustentabilidad está en el corazón de su negocio y es una oportunidad de hacer una diferencia positiva y duradera en las comunidades donde nos desarrollamos. Nuestro foco está en cuatro áreas clave, en las que puede lograr un efecto multiplicador: bienestar, medio ambiente, entorno laboral y comunidad. En estas áreas, llevamos adelante diferentes iniciativas con una política de transparencia y trabajo en red a partir de alianzas con organizaciones de la sociedad civil, lo cual permite implementar una estrategia de inversión social integral con objetivos a largo plazo.
    Entre estas políticas que implementamos, para promover la integración de vida personal-trabajo, contamos con un plan de beneficios que promueve la energía vital de los asociados, basado en un concepto de desarrollo integral de la persona, e incluye entre las más destacadas, por ejemplo:
    My time: medio día libre al mes con posibilidad de juntar dos medios días para lograr uno completo o sumarlo a un feriado puente.
    Flex time: flexibilidad en la hora de ingreso, almuerzo y salida respetando core office hours (10-12:30, 2:30-4:30), a través de un acuerdo con el supervisor. También aplica para viajes u otras circunstancias laborales o personales que ameriten flexibilidad.
    Postnatal flexible: regreso escalonado al trabajo luego de la licencia por maternidad. 4 horas diarias en el cuarto mes del bebé, cinco en el 5° y así hasta el octavo mes. El beneficio alcanza a madres adoptivas.
    Cobertura por maternidad: para que las asociadas que acaban de ser madres puedan cumplir con tranquilidad su postnatal flexible, se implementó la cobertura por maternidad durante la licencia y primera etapa del regreso.
    Job sharing: para dar mayor flexibilidad a quienes están en una etapa en la que requieren mayor atención a su familia o intereses personales. El puesto puede compartirse entre dos asociados part-time, que trabajan medio día cada uno compartiendo tareas.
    Alineados a los pilares de la plataforma de sustentabilidad, en Coca-Cola creemos que cuantas más alternativas de trabajo voluntario de ayuda a la comunidad le proporcionemos a los empleados, mejor le hacemos a nuestra gente y, por ende, a nuestra compañía. Estos programas son:
    • Jornada solidaria: en alianza con una organización no gubernamental, convocamos a los asociados a participar en actividades de ayuda comunitaria.
    • Earth Hour (La Hora del Planeta): proponemos a los asociados que se sumen a apagar todas las luces y desenchufar todo tipo de elementos eléctricos.
    • Día de Limpieza de Costas es la iniciativa más importante a escala mundial para mantener limpias y saludables las costas y riberas de cada gran ciudad.
    • Cooperamos con los pacientes del Hospital Garrahan, sumándonos al programa de reciclado del Hospital de Pediatría.

    –En un contexto de cierta convulsión y restricción económica como el de los últimos años, hay quienes optan por reducir inversiones en iniciativas sustentables o programas de RSE. ¿Cuál es la experiencia que le ha tocado vivir en su empresa o en otras empresas colegas?
    –Podemos hablar de Coca-Cola de Argentina, donde la sustentabilidad es clave para el negocio y por tal motivo, los planes e inversiones se han mantenido para continuar con los proyectos clave.
    Desde hace 73 años Coca-Cola está presente en la Argentina. Desde entonces trabaja con la misma pasión y compromiso en su misión de refrescar al mundo, inspirar momentos de optimismo y felicidad, crear valor y hacer una diferencia positiva en la vida de las personas, las comunidades y en el entorno en el que se desarrolla.

    Odebrecht

    Mirada regional para grandes obras

    La compañía privada más grande de Brasil tiene una fuerte presencia en Argentina a través de obras de alto impacto. Como parte de su visión a futuro, la empresa asumió compromisos y ofrece una mirada global sobre la sustentabilidad y RSE.

    por Leandro Africano


    Lucas Ignacio Utrera

    Odebrecht es una compañía global de origen brasileño que desarrolla negocios diversificados en tres grandes sectores: ingeniería y construcción, inversiones en infraestructura y energía e industria. Recientemente cumplió 70 años y está integrada por más de 190 mil personas en todo el mundo. En Argentina en 2014 logró una facturación de casi $ 4 mil millones y según se desprende de su reporte bajo la modalidad G4 posee un fuerte compromiso con la sustentabilidad en cada uno de los proyectos desarrollados. Lucas Ignacio Utrera, gerente de Sustentabilidad de Odebrecht Argentina, conversó con Mercado para analizar el panorama mundial y los diversos proyectos que ha iniciado la compañía.

    –Según su reporte de sustentabilidad 2014, la inversión en RSE en el último año fue de casi $4 millones. ¿Cómo define la compañía la utilización y reasignación de recursos para el desarrollo de política de sustentabilidad y RSE?
    –La compañía desarrolló en cada una de las obras donde tiene presencia, tres focos de acción: por un lado el Programa Creer en el que capacita a personas desempleadas en oficios de la construcción para favorecer la contratación de mano de obra local en nuestros diferentes proyectos y de esta manera contribuye a la inserción social productiva y el desarrollo regional. Por otro lado brinda apoyo a los proyectos socio productivos de la zona donde está presente con obras y finalmente genera valor social con el scrap, que son los residuos de obra, reutilizando hierro y madera entre otros materiales. Dentro de este contexto cada obra tienen sus desafíos en temas sociales y ambientales y los recursos que están en juegos verían según las dimensiones de las obras. En este sentido no es lo mismo un gasoducto en medio de la nada que una obra dentro de un circuito urbano. Nosotros promovemos la descentralización y así que cada proyecto es como una empresa en sí misma, autónoma. Cada proyecto, en función de los desafíos que tiene en temas sociales y ambientales, genera su estructura. El rol de esta gerencia es el de acompañar cada proyecto para que se cumplan las directrices de sustentabilidad de Odebrecht, para que podamos tener un óptimo desempeño ambiental y para que desarrollemos proyectos sociales.

    –¿Cuál es la visión que ofrece la compañía sobre qué políticas debe implementar y cómo las debe llevar a cabo?
    –En cada uno de los proyectos en que nos involucramos hacemos diversas investigaciones de campo para conocer y entender a esa sociedad. El objetivo central es no afectar los recursos públicos de la comunidad y para eso hacemos estudios de impacto ambiental y social. Y no solo no queremos afectar, sino que pretendemos colaborar con la comunidad llevando a cabo aportes sociales productivos. A partir de allí en gran medida el trabajo nuestro es gestionar las expectativas que se generan en las poblaciones donde estamos en obra.

    –¿Qué grado de maduración tiene para usted la sociedad sobre el vínculo empresa y sus políticas de sustentabilidad y RSE?
    –Las compañías están cada vez más obligadas a prestar atención a los temas sociales y ambientales, ya sea por presión de los consumidores, por requisito de los financiadores, por demanda de los empleados, por cuestiones de reputación frente a los medios de comunicación, por la militancia de las ONG que exigen cada vez más o por convicción. Por ejemplos en el caso de algunos países de America latina el Banco Interamericano de Desarrollo o la Corporación Financiera Internacional no ofrecen sus créditos sino se presentan claramente y con plazos de cumplimiento los proyectos de sustentabilidad y RSE de la compañía.
    Las empresas están siendo cada vez más observadas y cuestionadas, por lo que deben rendir cuentas y desarrollar acciones concretas en términos sociales y ambientales. Sin embargo, en la región de América latina la visión de los consumidores finales no es tan madura sobre estos temas si se la compara con otras regiones del mundo.

    –¿Cómo evalúa usted el desarrollo de las temáticas de RSE y Sustentabilidad como disciplinas dentro de los ámbitos académicos? sobre todo a partir de lo que usted plantea en su libro “RSE y sus mitos. Manual básico para refutar a ingenuos y escépticos”. 
    –En primer lugar hay una escasez de profesionales especializados en la temática. Asimismo, los espacios académicos son insuficientes y la capacitación profesional no abunda. Pero lo más importantes es que hay mucha demanda de profesionales en las empresas y debería haber una mayor conexión entre los ámbitos universitarios y empresariales para generar espacios de debate, intercambios y fundamentalmente capacitación, sobre todo en términos de posgrados y diplomaturas.

    Banco Patagonia

    Se trata de liderar cambios positivos

    “La RSE es el compromiso que asumimos con nuestros grupos de interés de brindar respuestas simples y claras a sus necesidades, garantizar la transparencia de nuestro gobierno corporativo, promover el desarrollo de nuestros colaboradores y acompañar el crecimiento de las economías regionales. Este compromiso es parte de una estrategia integral”.

    por Mauro Maciel


    Marcelo Muzlera

    Una estrategia que se lleva adelante articuladamente por todas las áreas del Banco, según cuenta el Superintendente de Desarrollo Humano y Clima Organizacional de Banco Patagonia, Marcelo Muzlera. Y agrega “Como toda estrategia, se traduce en planes de acción con tácticas concretas”.
    Muzlera marca así las diferencias entre táctica y estrategia, o RSE y Sustentabilidad, donde la cuestión táctica responde a la ejecución de planes y programas de acción y la estrategia está vinculada a un política de largo plazo, que requiere, además de tiempo, recursos y una mirada más amplia. “Por ejemplo, en lo que hace a nuestra inversión social impulsamos y apoyamos proyectos en los ejes temáticos de educación, deporte, cultura y medio ambiente. Para ello, y darle valor a la tarea, se ha conformado un equipo de RSE liderado por Celina Lesta, de gran trayectoria en el área, que comenzó a trabajar en forma integral en todo el país.

    –¿Es posible, reducir o transformar las acciones o los programas de RSE que de algún modo se han convertido en parte de la identidad de la compañía?
    –La RSE debe ser parte de la cultura organizacional de las empresas y, por lo tanto, el proceso natural es seguir consolidándolo, mejorándolo y realizando las adecuaciones necesarias a partir de escuchar las expectativas de nuestros grupos de interés. Sobre todo, en acompañar a las comunidades locales en su desarrollo a través de la educación, el deporte y actividades culturales en alianza con la sociedad civil: ONG, escuelas, clubes de barrio, músicos y artistas, entre otros.

    –Quienes están en contra de las políticas de sustentabilidad creen que los programas pueden ocasionar bajas ganancias o que el excesivo espíritu ecofriendly lleva a ciertas empresas a reducir sus consumos de energía más allá de las regulaciones, entre otras razones. ¿Cuál es su opinión al respecto?
    –La sustentabilidad no es considerada un gasto. Es una inversión necesaria a la hora de pensar en el largo plazo del negocio. Dialogar con los grupos de interés ayuda a construir lazos duraderos que aportan beneficios sociales y ambientales, pero también económicos.  Fidelización de clientes, colaboradores y proveedores, reducción de riesgos operacionales y reputacionales, ahorro debido al consumo eficiente de recursos naturales, confianza de los accionistas, son tan solo algunos de ellos. Aunque muchos no puedan ser percibidos en lo inmediato, no hay dudas que en el largo plazo es una ventaja competitiva.

    –De hecho, hay empresas que encuentran su satisfacción porque sus ganancias no se expresan únicamente en términos financieros, sino que además encuentran que su reputación es socialmente reconocida. ¿Coincide?
    –Las personas hoy no solo buscan productos y servicios que satisfagan sus necesidades, sino que también les importa cómo fueron  producidos así como el bienestar que aportan a su vida, a la sociedad y al planeta. Las personas quieren sentirse bien con sus elecciones de compra y el libre acceso a la información permite que puedan evaluar sobre sus alternativas.

    –Grandes líderes o referentes de negocios en todo el mundo creen que las empresas deben ponerse a la cabeza en la búsqueda de una economía global sustentable. La amenaza de desastres ecológicos, pérdidas de puestos de trabajo o colapsos de los sistemas financieros, significa que las empresas podrían quedarse sin utilidades. ¿Cuál es su opinión?
    –Las empresas tienen una gran responsabilidad en cuanto a proponer y liderar cambios positivos, pero para desarrollar un modelo económico global sustentable se necesita la colaboración de todos los sectores. Para tal fin, a los cambios que las empresas impulsen, se los debe acompañar por leyes locales y regulaciones internacionales que incentiven y acompañen las transformaciones buscadas.
    A ello puedo sumar que hay señales muy positivas de lo que puede llegar a ser el resultado de la próxima COP en París, dado que muchos países han demostrado un gran compromiso al proponer sus reducciones de emisiones de carbono. Además, la definición de los Nuevos Objetivos del Milenio da cuenta de que la necesidad de un desarrollo sustentable ya no puede ser evitada. 

    Honda Motor Argentina

    Un legado hacia las generaciones futuras

    En 2015 ya no se habla de RSE como acciones de filantropía o de relaciones con la comunidad, que en este caso son las más fáciles de modificar en el camino, sino que el concepto se ha ampliado: se habla de generaciones futuras, de sustentabilidad, de compromiso, no solo con el medio ambiente, sino con el entorno, se piensa a largo plazo.

    por Mauro Maciel


    Martín De Gaetani

    Es cierto que, en tiempos difíciles, uno de los primeros cuestionamientos que se producen es con las iniciativas o programas de RSE, cuenta el gerente Senior de Relaciones Institucionales de Honda Motor Argentina, Martín De Gaetani.
    “En primera medida, esto se da porque este tipo de actividades no están relacionadas directamente con el objetivo comercial de la compañía. Si bien en materia de sustentabilidad el país ha evolucionado notablemente en los últimos años, es uno de los aspectos sobre los que debemos trabajar para lograr ser cada vez más conscientes que este tipo de políticas se piensan a largo plazo y no necesariamente tienen un retorno de inversión en las operaciones comerciales, sino que forman parte de una política integral como parte del compromiso con la sociedad”.

    –Frente a ciertas dificultades, pueden reducirse o eliminarse acciones tácticas sin mayor problema. Desde el punto de vista estratégico, se requiere tiempo y recursos, y desarrollo de relaciones de muy largo plazo, lo cual no parece un proceso fácil de detener.
    –En nuestro caso, tanto a escala mundial como local, prima el concepto estratégico y la política de sustentabilidad a largo plazo por sobre todas las cosas. Como parte de nuestra filosofía diaria, cuidamos los procesos de producción y promovemos acciones de contribución social que estimulan la preservación del medio ambiente, la educación, la colaboración con las comunidades del entorno donde están ubicadas nuestras fábricas y la seguridad en el tránsito.

    –¿Coincide con la idea de que las empresas que se volcaron hacia iniciativas sustentables en toda la cadena de valor alcanzaron éxitos comprobables?
    –Definitivamente. Si bien no se debe pensar ni entender la política de sustentabilidad como una retribución directa al beneficio económico de las compañías, el éxito a largo plazo que se genera es aún mayor: la confianza del consumidor, el compromiso con los distintos actores involucrados, el cuidado del medio ambiente y una conciencia mayor hacia las generaciones futuras hablan de un valor intangible invalorable en el accionar diario de la compañía. Por el contrario, aquellas empresas que interpretan a las acciones de RSE como actividades en términos de marketing o bien que no tienen la conciencia ni en foco suficiente a largo plazo registran pérdidas en torno a su imagen y confianza frente a la sociedad en general.

    –¿Son sólidos los argumentos de quienes dicen que los programas de sustentabilidad pueden ocasionar bajas ganancias o insumir mayores costos en la reducción de impactos ambientales por encima de las normas regulatorias, por ejemplo?
    –Las actividades de RSE como así también la política o estrategia de sustentabilidad de la compañía no está directamente relacionada con las ganancias que puedan generar, por eso nuestro desafío es entender que no debemos esperar una retribución económica por estos programas, como así tampoco considerarla como un gasto adicional en las operaciones de la compañía. Se trata de acciones a largo plazo que se materializan en la confianza hacia la empresa y se logran a través de la sinergia que se genera con las diferentes comunidades con las cuales trabajamos. El proceso se inicia cuando una institución nos plantea sus necesidades, la compañía se acerca a estudiar la dimensión del caso y en función de ello, actuamos en conjunto para poder cubrir esa necesidad y dejar un legado a las generaciones futuras.

    –¿Qué expectativas tiene en relación a la Cumbre de París sobre el clima mundial? ¿Cree que habrá avances reales en la visión global del desarrollo sustentable hasta 2030?
    –Confiamos plenamente en las actividades que realizan los diferentes actores alrededor del mundo, cada uno desde su lugar: empleados, proveedores, accionistas de empresas, entidades gubernamentales o asociaciones independientes. Sin lugar a dudas creemos que en los últimos años hemos tomado una conciencia mayor sobre la necesidad de intervenir en estos aspectos y cuidar los recursos, por lo cual estamos convencidos que un trabajo en conjunto entre las empresas, las entidades responsables, el gobierno y los diferentes países entre sí garantizarán un mejor entorno y cuidado hacia la sociedad en general. Tenemos que trabajar cada uno desde su lugar para lograr que se cumpla.

    Con pasión, innovación, desempeño y crecimiento

    Por Ivanna Mandolesi (*)

    En Savant estamos orgullosos de llevar adelante una gestión sustentable y es este camino la esencia de nuestra estrategia corporativa. Es una compañía joven y nos caracterizamos por ser dinámicos y activos, en donde la actitud frente al cambio nos destaca e identifica.
    Pasión, crecimiento, innovación y desempeño son los valores corporativos que han llevado a la compañía a una evolución que, cumpliendo 20 años de existencia, la ha consolidado en la excelencia, acrecentando su potencial.
    La adaptación de nuestra estructura productiva al nuevo contexto económico, con una realidad tan dinámica como la actual, ha sido el foco del negocio y, gracias a ello, logramos cumplir con los objetivos propuestos para 2013 y 2014, y me animo a afirmar que será así a fines de 2015.
    Es así que este año, hemos presentado nuestro primer reporte de Sustentabilidad, dando cuenta de nuestra gestión de los años previos. En 2014 inauguramos nuestra nueva planta de cápsulas blandas, que es una clara evidencia de la apuesta que Savant realiza en el país, así como de su esfuerzo por centralizar toda la elaboración de sus productos. Nuestras instalaciones cuentan con los más altos estándares de calidad mundial para la producción de formas farmacéuticas sólidas, siendo a su vez, una de los complejos industriales más importantes de nuestro país.
    Entendiendo que la sustentabilidad empresarial se traduce en un reto a la innovación, a la creatividad y a la experimentación de nuevas formas de producir y hacer negocios; es en el cumplimiento de esos desafíos que hemos encontrado que existe una tendencia del mercado a preferir marcas comprometidas con el medio ambiente y ahorros significativos al reciclar y gestionar procesos para disminuir el scrap o desperdicio. Somos conscientes de que el costo-beneficio de implementar soluciones ecoeficientes es indispensable para ser competitivos. Por eso, el crecimiento en la reputación de la empresa como una marca ética y ambientalmente consciente, lleva de la mano un crecimiento en las ventas.
    Con estas premisas en cuenta y bajo el paraguas de nuestros pilares de Responsabilidad Corporativa, consideramos como prioridades estratégicas y asuntos claves para el corto y mediano plazo: agregar valor al presente para generar el bienestar de futuras generaciones, colaborando con el progreso de la comunidad en la que la compañía tiene operaciones y motivados por la certeza de que tenemos una obligación ética con la sociedad.
    Hemos creado ActivaRSE SAVANT, que es nuestro programa de Responsabilidad Social Empresaria, en el que concentramos actividades que nos permiten cumplir con el compromiso asumido con pacientes, la comunidad, colaboradores, clientes, proveedores, generando un triple impacto en el ámbito económico, social y ambiental. En ese marco participamos activamente en la solución de los desafíos en donde interactuamos para obtener un entorno más próspero y sustentable.
    El programa cuenta con estos pilares: salud y educación. Como actores y promotores de este modelo de gestión sustentable de negocios, y a lo largo de nuestra trayectoria, hemos fortalecido notablemente los vínculos con nuestros grupos de interés. De hecho la elaboración de nuestro primer reporte de sustentabilidad, del cual participaron la alta dirección y todas las gerencias, significó una excelente oportunidad para actualizar la relación que tenemos con nuestros principales públicos de interés, repasar sus expectativas para con nuestra organización y determinar los aspectos de la sustentabilidad, económica, social y ambiental que son importantes para ellos y para la gestión de la empresa.

    (*) Vicepresidente y Responsable de RSE en Laboratorio Savant.

    Carrefour

    “De la obligación a la convicción”

    Con más de 33 años de presencia en el país la compañía de retail expresa uno de los desarrollos más destacados en materia de RSE y sustentabilidad. Un repaso por la visión de la empresa en la perspectiva del mercado local e internacional.

    Por Leandro Africano


    Leonardo Scarone

    La historia de Carrefour en Argentina comenzó en 1982 con la apertura del primer hipermercado en la localidad de San Isidro en la provincia de Buenos Aires. Desde ese momento la compañía es un referente en el retail y mantiene la posición de liderazgo. A lo largo de los años la maduración del negocio y la importancia y diversificación que fue cobrando el negocio minorista condujo a la compañía a sumir nuevas y mayores responsabilidades en torno a las políticas de RSE y sustentabilidad.
    Según explica el presidente de Carrefour Argentina, Daniel Fernández, en el último reporte de sustentabilidad, “el objetivo de las actividades de Carrefour con relación con la RSE puede resumirse en ´Hacer un buen trabajo´, que declina en tres ejes prioritarios: limitar el uso de los recursos, abastecimiento responsable respetando al planeta, y el apoyo a los socios comerciales”.
    A partir de esta base Leonardo Scarone director de Asuntos Corporativos y Recursos Humanos de la compañía conversó con Mercado para analizar diversos aspectos de la temática desarrollada en su compañía como en el mercado en general.