Por Mauro Maciel y Francisco Llorens (autores de las entrevistas de este capítulo).
Unilever
Predicar lo que se hace y hacer lo que se dice
“El futuro estará marcado por un modelo de negocios que responde a un nuevo paradigma, que implica que la producción de valor social tiene que incluir tanto a los bienes y servicios producidos, a toda la cadena de valor de la empresa, así como a todos los grupos de interés impactados por las actividades de la compañía”.
Pablo Lacasia
Esa es la definición inicial de Pablo Lacasia, líder de Sustentabilidad Cono Sur, de la empresa Unilever. Es que el cambio de enfoque en la RSE lleva a la innovación y a que las empresas cumplan un rol más activo en la creación de un futuro con mejor calidad de vida para todos.
“En la Argentina muchas empresas y actores recorren el camino de la sustentabilidad”, agrega. “No obstante, aún hay mucho por hacer y encontramos diferentes estadios y mucha confusión. Lo importante es que tanto las empresas como las personas están tomando conciencia y comienzan a realizar los cambios necesarios”.
Lacasia asegura que la política de RSE corporativa desarrollada por Unilever eleva el nivel de reputación corporativo, sin embargo, amén de la reputación, considera que “el crecimiento de su compañía debe ser sustentable”.
“No solo porque es lo correcto, sino porque impacta en nuestro negocio de manera positiva. Tenemos un objetivo claro de crecer y, a la par, disminuir nuestro impacto ambiental y aumentar nuestro impacto social positivo. Para lograrlo planteamos objetivos ambiciosos en el Plan de Vida Sustentable de Unilever. Predicamos lo que hacemos y hacemos lo que decimos”.
–¿Considera la RSE como una oportunidad creativa para fortalecer la marcha de los negocios y contribuir con la sociedad?
–Para nosotros, el concepto de Responsabilidad Social Empresaria está superado en magnitud y en impacto por el de sustentabilidad. Cuando pensamos de manera sustentable miramos la forma de hacer crecer el negocio mientras reducimos nuestro impacto ambiental y mejoramos la vida de las personas. A esto mismo se refiere nuestro Plan de Vida Sustentable.
Trabajamos en integrar la sustentabilidad a las operaciones de la compañía en su conjunto, no se trata de programas o iniciativas aisladas. En este sentido, tenemos en cuenta toda nuestra cadena de valor; desde la obtención de las materias primas, hasta la disposición final del producto por parte de los consumidores. Este punto es uno de los aspectos más complejos y, a la vez, centrales.
Podemos esforzarnos en minimizar impacto, lanzar productos innovadores, contar con nuevas tecnologías, pero estas mejoras también requieren nuevas modalidades de uso y allí el cambio de hábitos de nuestros consumidores es fundamental.
–¿De qué depende la elección de los objetivos de sustentabilidad? ¿Es posible atacar muchos objetivos en forma simultánea?
–A fines de 2010, en Unilever nos comprometimos global y localmente a lograr los objetivos establecidos en nuestro Plan de Vida Sustentable hacia el año 2020, teniendo en cuenta los impactos social, económico y ambiental. Cada línea de trabajo incluye metas cuantificables y un horizonte de tiempo para lograr el crecimiento de la compañía mientras reducimos nuestra huella ambiental y promovemos una mejor calidad de vida de nuestros consumidores y de todos los demás grupos de interés, contemplando la cadena de valor completa.
No nos planteamos solo un objetivo, sino que nos enfocamos en forma simultánea sobre tres ejes de trabajo, que son mejorar la salud y el bienestar de las personas; reducir el impacto ambiental; y mejorar las comunidades.
–A partir del desarrollo de la sustentabilidad, ¿cuál es la meta de Unilever? ¿Mejorar la reputación, incrementar el valor de la marca, retener talento?
–No se trata de ser sustentable solo en el sentido de impacto, sino de generar un negocio sustentable que trabaje sobre esos principios. Buscamos generar valor. Claramente, esta visión tiene un impacto en nuestros resultados de negocio, en nuestra cadena de valor, en el medio ambiente, en la calidad de vida de las personas.
El mundo está en crecimiento, cada vez más personas se vuelcan al consumo. Tenemos que ser capaces de atender la demanda y satisfacer, a través de nuestros productos y servicios, las necesidades pero de tal manera que el crecimiento no se traduzca en un impacto negativo. Es un círculo virtuoso que queremos cuidar y mejorar año a año. Nuestras marcas juegan un papel importante y brindan a los consumidores la posibilidad de que se unan a este movimiento creciente y ayuden a que la vida sustentable se transforme en algo cotidiano.
ABB
Respuestas de valor para los grandes interrogantes
“Hoy las empresas líderes manejan cada vez con mayor grado de profundidad la responsabilidad social como uno de los pilares estratégicos para la sostenibilidad de los negocios, integrando esta dimensión a sus cadenas de valor”.
Javier Mayorca
Así dice Javier Mayorca, gerente de Relaciones Institucionales y Comunicación de ABB, compañía de ingeniería experta en el uso eficiente de la energía eléctrica y el incremento de la productividad industrial.
En su opinión, la RSE como campo de pensamiento ha ido abarcando cada vez más dimensiones que “trascienden a los programas de inversión social” y considera que actualmente, en términos conceptuales, la RSE es mucho más amplia que hace un tiempo atrás, dado que su alcance comprende gobierno corporativo, ética empresarial y transparencia, cuidado del medio ambiente, programas con la comunidad vinculados al core business de la compañía y gestión responsable de los recursos humanos, entre otros.
“Creo que la dirección correcta de la sostenibilidad es lograr rentabilidad económica y al mismo tiempo generar valor a la sociedad, cuidando el medio ambiente. En ABB trabajamos para hacer que cada vez haya soluciones de menor consumo energético para el transporte, las ciudades, la infraestructura y la industria. Eso es justamente lo que plantean los expertos: la necesidad de crear respuestas de valor para los grandes interrogantes que hoy enfrenta el mundo”.
–¿Cuál es el efecto de la RSE aplicada a su empresa? ¿Ha sido favorable en lo reputacional?
–Creo que sí. La reputación se construye siendo consecuente con lo que uno dice. Las políticas no son inocuas, generan un marco de expectativas para cada uno de los grupos de interés. Uno puede certificar normas de calidad, pero si el producto que le llega al consumidor no es el esperado, la reputación se resiente. En nuestro caso, por ejemplo, certificamos normas y procesos de calidad, medio ambiente, eficiencia energética y seguridad ocupacional y gestionamos en función de ello. En general, nuestros stakeholders lo reconocen.
–¿Las acciones de RSE de su compañía deben estar alineadas con el core business o se puede trabajar en las grandes áreas generales como la educación o la salud?
–Nuestra misión es ayudar a nuestros clientes a hacer un uso más eficiente de la energía, que produzcan más, utilizando menos recursos energéticos y redes eléctricas más confiables. Por eso, tenemos un enfoque bastante fuerte en las cuestiones que giran en torno a la eficiencia energética y el cuidado del medio ambiente. A su vez, como desarrollamos muchas obras de infraestructura, ponemos foco en los temas relacionados con la seguridad ocupacional de empleados propios y contratistas, sabiendo que en muchos segmentos falta conciencia sobre el tema. También desarrollamos acciones colectivas con competidores para fomentar la transparencia y la ética en los negocios; todos ellos nacen del core de ABB.
–¿Las empresas deben ayudar a cambiar la forma en que la gente actúa?
–La creación de una cultura socialmente responsable está dentro de los desafíos de las empresas que expresan políticas vinculadas con la RSE. Muchos le llaman “walk the talk”, o hacer lo que decimos, pero creo que esa responsabilidad es inherente a todas las organizaciones de la sociedad civil. Un caso de éxito y para replicar es el paso adelante en términos de seguridad vial, con el uso de cinturón de seguridad, por ejemplo. Allí empresas automotrices, Gobiernos, colegios y ONG trabajan articuladas, o por separado, para generar conciencia. Ese es un comportamiento social que ya cambió.
–¿La RSE se ha convertido en tema central de la conducción de la empresa, se debate en los directorios y en los comités de gerencia?
–Estamos en ese camino. Hoy en ABB todas las reuniones gerenciales comienzan con un tema y análisis de indicadores de seguridad ocupacional. También se tocan temas relacionados con ética en los negocios y transparencia; eso antes no ocurría. Otro ejemplo es la política cada vez más estricta vinculada a los proveedores y contratistas que trabajan con nosotros y la adaptación a nuestro código de conducta y estándares de comportamiento.
–Aun en tiempos de crisis, ¿continúa siendo una prioridad la RSE dentro de los temas que ocupan la atención de las empresas?
–La sostenibilidad ya no es una opción, es una obligación y no depende de coyunturas. En varias dimensiones, la sostenibilidad también refleja beneficios económicos. Por ejemplo, las políticas de eficiencia energética. Por lo tanto, es además una obligación conveniente y rentable.
P&G
Con el propósito de mejorar vidas
La responsable de la Gerencia de Comunicación de esta empresa, Cecilia Bauzá, reconoce que hay en la Argentina un compromiso con la RSE, aunque considera que todavía resta mucho por hacer en la materia.
Cecilia Bauzá
“Las empresas y sus empleados demuestran un gran esfuerzo, estamos comenzando a ser más conscientes del tema. Sin embargo hay una oportunidad aún en materia de sustentabilidad o cuidado del medio ambiente, para trabajar más en lo vinculado con los recursos naturales escasos y vivir más en comunidad con la naturaleza, como el uso de la energía solar y el reciclado del agua”.
–En su experiencia, ¿cuánto hay de mito y cuánto de realidad en torno a la política de RSE que desarrollan las empresas?
–Para P&G la política de RSE es algo serio y real y no es un mito, ni tampoco se la debe asociar con la búsqueda de prestigio y buena imagen. El compromiso con la sociedad debe surgir de ser conscientes con el impacto y la responsabilidad que tenemos en la sociedad, en las comunidades donde estamos presentes y en el medio ambiente. No creemos que la RSE pueda ser considerada una estrategia marketinera, ya que la construcción del prestigio está inevitablemente asociada con la integración de la sustentabilidad a la estrategia de negocio de las compañías, llegando a todas las áreas.
–¿Cree que ha mejorado el nivel de reputación de su empresa como resultado de la política de RSE?
–P&G por política cuenta con programas de RSE y sustentabilidad que van alineados a nuestro negocio. Somos conscientes de la importancia del cuidado del medio ambiente, la protección a las comunidades y del desarrollo sustentable en pos de un mejor futuro para las generaciones siguientes.
La reputación de P&G global y la de P&G Argentina se mantienen si nos aseguramos de cumplir en cada uno de nuestros procesos todas las metas de sustentabilidad, de participar y ampliar nuestro campo de desarrollo en RSE, con más apoyo y más vinculados, para que podamos contribuir a mejorar la calidad de vida de niños, jóvenes y adultos involucrados en nuestros diferentes programas de RSE.
–¿De qué depende la elección a la hora de elegir las políticas o los programas de RSE?
–En línea con el propósito de P&G, de tocar y mejorar vidas, la política de sustentabilidad de nuestra compañía contempla tanto el desarrollo económico como la protección del medio ambiente y la inversión social. Creemos que compartir y comunicar dichos esfuerzos de manera clara y transparente a nuestros públicos de interés genera confianza, fortalece nuestra relación con los consumidores, clientes, accionistas y empleados, y facilita alianzas estratégicas con otros grupos.
Nuestra estrategia global está basada en cinco pilares, que son: desarrollar innovaciones que superen las expectativas de los consumidores y mejoren el perfil ambiental de sus productos; perfeccionar el desempeño ambiental de nuestras operaciones; contribuir a mejorar la vida de las personas a través de programas de inversión social; inspirar a los empleados para que incorporen prácticas de sustentabilidad en su trabajo cotidiano; y trabajar con distintas organizaciones a escala mundial en la búsqueda de nuevas oportunidades y soluciones para los desafíos globales de sustentabilidad que hoy enfrentamos.
–Existe un enfoque que considera a la RSE una oportunidad creativa para fortalecer la marcha de los negocios y contribuir, en simultáneo, con la sociedad. De este modo sitúa a la RSE en un aspecto central para el desarrollo de la estrategia general. ¿Coincide con este diagnóstico?
–Sí. P&G es una compañía que tiene 175 años de existencia y estamos convencidos de que integrar la sustentabilidad a nuestra estrategia de crecimiento garantiza nuestra vitalidad como organización y nos permite seguir entregando resultados consistentes a los diferentes públicos con los que interactuamos. Dados los desafíos de producción que enfrentamos en la actualidad, el éxito económico de una empresa está íntimamente ligado al éxito de sus políticas sustentables.
La sustentabilidad es una responsabilidad y también es una oportunidad, significa hacer más con menos: logramos minimizar el uso de recursos, y al mismo tiempo generamos un ahorro económico. Por otra parte, podemos desarrollar productos que tengan un valor extra para nuestros consumidores. Más allá de coyunturas internacionales, la inversión en la implementación de esta política seguirá vigente.
En cuanto a nuestros programas de inversión social en el país, vamos a seguir creciendo en nuestra asignación de recursos, fomentando que nuestros colaboradores contribuyan con su tiempo y duplicando aportes monetarios.
Cervecería y Maltería Quilmes
Propuestas para un cambio positivo
La expresión –o el concepto– RSE ya se encuentra plenamente instalada en el vocabulario ejecutivo y académico, e incluso no resulta indiferente en ámbitos ajenos. La Responsabilidad Social Empresaria llegó para quedarse, pero deberá enfrentarse a nuevos retos de manera permanente.
Mariano Botas
“Es claro que cada vez se habla más de responsabilidad social en la Argentina”, dice el vicepresidente de Asuntos Legales y Corporativos de Cervecería y Maltería Quilmes, Mariano Botas. “Ahora el desafío para las compañías es trascender la moda e incorporarla como eje central para la estrategia y crecimiento sustentable de sus negocios. En nuestro país existen muy buenos ejemplos y modelos de empresas que están trabajando de esta forma. La clave es generar un contagio positivo, y que cada vez seamos más conscientes de la relevancia de estas prácticas en nuestros negocios”.
Al analizar en forma individual a la compañía que representa, Botas considera que Cervecería y Maltería Quilmes ha adoptado la práctica de la Responsabilidad Social Empresaria “mucho antes de que se acuñara el término”.
“En Cervecería y Maltería Quilmes venimos trabajando con la responsabilidad social desde el inicio de la compañía en 1890. En los comienzos, la sustentabilidad se tradujo en hacer casas para los empleados de la compañía, cloacas para la localidad de Quilmes, crear la dotación de bomberos, hacer llegar el ferrocarril. Hoy en día los ejes son: el consumo responsable, la mejora continua en nuestros indicadores ambientales y un rol activo en las comunidades que operamos. Es imposible analizar nuestra reputación sin tener en cuenta todo esto. Es parte inherente a nuestra reputación, desde siempre hasta ahora”.
–¿Las prácticas de RSE deben estar alineadas con el core business de la empresa o se puede trabajar en las grandes áreas como la educación o la salud?
–Es fundamental que todas las acciones de la compañía, no solo aquellas relacionadas con lo que se denomina RSE, estén estrechamente vinculadas con el negocio. Es la única manera de que no sean eliminadas ante la primera necesidad de realizar recortes de costos, y que se mantengan en el tiempo.
No se puede separar el negocio de la responsabilidad social. Todo el negocio en sí mismo busca crear valor, y el compromiso con la sustentabilidad es parte de eso también. No son dos hechos aislados, y no es responsabilidad de un área específica de la compañía. Toda la compañía debe estar comprometida con las prácticas sustentables, de la misma manera que todos trabajan para el desarrollo del negocio.
El programa “Vivamos responsablemente” es la plataforma integral de sustentabilidad a través de la cual la compañía, desde hace 10 años, se enfoca en tres ejes fundamentales: Consumo Responsable, Medio Ambiente y Comunidad. Desde allí, se trabaja activamente para prevenir el consumo excesivo de alcohol, evitar que manejen quienes hayan bebido y prevenir el consumo de bebidas con alcohol por parte de menores de edad.
También se implementan políticas que apuntan a reducir el impacto medioambiental de las operaciones, a través de un proceso productivo más eficiente en toda la cadena de valor, con foco en cuatro ejes centrales: cuidado del agua, la energía, el CO2 y el reciclado de los envases.
–¿Las empresas deben ayudar a cambiar la forma en que la gente actúa? El mercado, la comunidad, los públicos internos, por ejemplo.
–Sí, las empresas somos parte de la comunidad, por lo tanto, tenemos la responsabilidad de ayudar a elevar a la sociedad, de mejorarla. Desde nuestra compañía desarrollamos una serie de iniciativas que están incorporadas al programa “Vivamos responsablemente”.
Una de ellas es nuestra campaña “Conductor designado”, para promover el consumo responsable de bebidas con alcohol. El concepto propone que en cada grupo de amigos se designe en las salidas a una persona que sea quien maneje y que asuma el compromiso de no tomar bebidas con alcohol. Realizamos una encuesta nacional sobre la figura de Conductor Designado, y 95% de los argentinos consideró positiva la iniciativa. Además, hoy nueve de cada 10 argentinos afirman que es una muy buena idea para prevenir accidentes de tránsito.
Si bien todavía existe una brecha con aquellos que efectivamente la usan, que son cuatro de cada 10, nos muestra un terreno fértil para seguir trabajando en propuestas que contribuyan a un cambio positivo en las conductas de los argentinos respecto al consumo de bebidas con alcohol.
–¿Continúa siendo una prioridad la RSE dentro de los temas que ocupan la atención de las empresas?
–En la medida en que la sustentabilidad esté cerca del negocio, contribuya a crear valor y que los empleados se identifiquen con ella, no corre peligro. Corre riesgo, en cambio, si solamente es algo realizado por un área en particular, sin una consistencia y coherencia que atraviese a toda la compañía.
Kimberly-Clark
Equilibrio entre ganancias y la generación de valor
“Las compañías, junto a las ONG, están logrando buenos resultados en progreso social y ambiental y es para destacar el fuerte compromiso de todos los actores involucrados”, dice el director de Asuntos Legales y Corporativos de esta empresa para la región LAO-Austral, Fernando Hofmann.
Fernando Hofmann
Remarca que en el país se han producido muchos avances en materia de sustentabilidad y que las empresas focalizan cada vez más su trabajo en tal sentido, a partir de la movilización de sus colaboradores, la conformación de equipos y la inversión en programas de impacto social.
También reconoce que quedan aún muchas cosas por mejorar, especialmente en materia ambiental. “Queda un largo camino por recorrer, pero considero que es una tendencia ya instalada y las empresas, por su rol en la sociedad, están avanzando al respecto”.
En el plano global, Hofmann dice que existen muchas iniciativas y experiencias que podrían ser replicadas en la Argentina. “En Kimberly-Clark contamos con la estrategia global Visión 2015-2020, con objetivos concretos y medibles a corto plazo, que también cuenta con una impronta local para adaptarse a las características de nuestro país”.
–¿Cuál es el impacto en la reputación de su empresa como producto de las políticas de sustentabilidad?
–En Kimberly-Clark estamos convencidos de las ventajas que nos ofrece la sustentabilidad para consolidar nuestros negocios y nuestra reputación, y nos guiamos bajo el concepto de que lo que es bueno para nosotros también debe serlo para el medio ambiente y la sociedad.
En la actualidad, nuestra empresa es reconocida a escala local y global por su estrategia de sustentabilidad y por la ética en la conducción de su negocio. Estos criterios de sustentabilidad son a su vez tenidos en cuenta por las nuevas generaciones que los incorporan a la hora de elegir qué producto consumen. Esta actitud nos estimula en la búsqueda constante de mejora en nuestros procesos y propuesta de valor. Y por otro lado, también es notable ver a la hora de buscar trabajo, como la mayoría de los postulantes destinan parte de su tiempo a actividades sociales, colaborando en diferentes proyectos y se muestran conformes al saber que la compañía a la cual están buscando ingresar lleva adelante distintas iniciativas de este tipo por lo que, a futuro, una vez incorporados, ellos podrán seguir desarrollando estas tareas.
–¿Las acciones que desarrolla su empresa, en términos de RSE, o sustentabilidad deben ser necesariamente compatibles con el core business de la firma?
–El programa “Visión 2015-2020” es una respuesta a las necesidades de sustentabilidad a escala global, dado que apunta a la mejora continua en la gestión del medio ambiente y fomenta la sustentabilidad en los productos y procesos. Sus objetivos reflejan nuestra preocupación por las emisiones relacionadas con el sector energético, el cambio climático, la disponibilidad de agua limpia y el uso y la degradación del suelo, entre otros.
Como parte de nuestra estrategia asumimos un fuerte compromiso con las comunidades en donde tenemos plantas: Pilar (Provincia de Buenos Aires) y Bernal (San Luis). Allí desarrollamos programas de salud y de educación. También trabajamos en la promoción de buenas prácticas en nuestra cadena de valor, en especial con nuestros proveedores, a través del programa “Integrity Project”.
–¿Las empresas deben ayudar a cambiar la forma en que la gente actúa?
–Por su rol dentro de la sociedad las empresas son actores claves para promover hábitos sustentables. Desde hace cinco años en Kimberly-Clark llevamos adelante el programa “Sumando valores”, que surge de la misión por mejorar la salud, la higiene y el bienestar de las personas y es por ello que promueve valores que deriven en pequeñas acciones con un impacto positivo en la sociedad. En cada edición se envían más de 1.800 cartas a referentes sociales, académicos, empresarios, periodistas y políticos invitándolos a participar. El objetivo es que cada uno continúe con la cadena que comenzó Kimberly-Clark y que se replique de modo infinito.
–¿Corre riesgo la sustentabilidad en tiempos de crisis?
–Gestionar de manera sustentable en contextos de permanente cambio plantea el desafío de lograr el equilibrio entre las ganancias y la generación de valor para empleados, proveedores y consumidores. Los cambios que puedan producirse no afectan las decisiones que tomamos anteriormente; tenemos en cuenta los desafíos medioambientales y por ello nos desafiamos día a día para optimizar los recursos que utilizamos para la fabricación de nuestros productos.
Rizobacter
Innovación, desarrollo tecnológico e inversión
“En el camino de la sustentabilidad, algunas compañías se vuelcan más hacia acciones medioambientales, otras con mayor presencia en lo educacional o en lo social y también hay quienes impulsan proyectos en diferentes direcciones”, dice la gerenta de Recursos Humanos, María Marta Mac Mullen.
María Marta Mac Mullen
“En la Argentina el nivel de desarrollo RSE se encuentra en franco ascenso. Los últimos años han sido testigos de un destacado impulso, gracias al desarrollo de diversas iniciativas muy interesantes promovidas por empresas y organizaciones sociales”.
Mac Mullen señala que Rizobacter, empresa de origen nacional líder en inoculantes para el agro, cuenta con objetivos claros y una mirada a largo plazo respecto a la importancia de aportar soluciones sustentables en la cadena de producción. “Esta orientación también nos llevó a plantearnos objetivos relacionados con nuestro entorno, la ciudad y la comunidad de Pergamino. Es nuestra ciudad, donde nació y se desarrolló nuestra empresa y queremos ser parte activa en su desarrollo. Es por eso que creamos un programa de voluntariado donde año tras año van creciendo las horas donadas al servicio de la comunidad.
En Rizobacter creemos que las acciones del programa aportan un nuevo impulso a las acciones de RSE y el compromiso de nuestros colaboradores con su comunidad es motivo de orgullo para quienes integramos la compañía”.
–¿La práctica de RSE en la compañía ha favorecido a la reputación de Rizobacter?
–Claro que sí, aporta a la reputación de la compañía porque son acciones genuinas que hablan sobre quiénes somos. De todos modos, como empresa que nació y se desarrolló en la ciudad de Pergamino, y que pasó de cuatro empleados a más de 380 en sus 38 años de vida, para convertirse en el mayor empleador privado de la ciudad, podemos decir que Rizobacter cuenta con un lazo muy fuerte en la población. Somos conscientes de esto y tenemos el compromiso de apostar siempre al desarrollo y al cuidado socio-ambiental.
–¿Existe el consumo responsable por parte del consumidor en la industria a la que pertenece su empresa?
–Creemos que se ha avanzado en este aspecto y que todavía queda mucho por hacer. En Pergamino, formamos parte del grupo Agrolimpio, que tiene como fin difundir las buenas prácticas agrícolas y dar información a la comunidad sobre el uso responsable de los productos agrícolas.
La estrategia empresarial de Rizobacter se basó siempre en el cuidado del medio ambiente. Con la creación de tecnologías microbiológicas podríamos generar productos que reemplacen a los formulados a partir de síntesis químicas.
Estamos convencidos de que la microbiología agrícola tiene mucho que aportar para hacer frente a las problemáticas que marcan un perfil de época. Esto es, al aumento de costos energéticos, la reducida cantidad de áreas disponibles para agricultura y un incremento de la producción en zonas marginales con caracteres adversos.
–Además de la voluntad de las empresas, ¿incide la mayor regulación de Gobiernos y organismos públicos? ¿Cuál es su opinión al respecto?
–Por supuesto que incide y así debe ser. Toda regulación o normativa que avale los procesos de una empresa en expansión resultan importantes y son una demostración del compromiso por la calidad. En nuestro caso, la compañía cuenta con su certificación de normas ISO 9000, que contempla la calidad, ISO 18001, relacionada a la seguridad ocupacional y la ISO 14001, referente a las buenas prácticas medioambientales. Y a eso debemos sumar que estamos en proceso de medir nuestra huella de carbono para certificar y encaminarnos a ser una empresa carbono neutral, dado que Rizobacter Argentina es responsablemente sensible a las cuestiones ambientales.
–¿La meta de la compañía, a partir del desarrollo de la RSE es mejorar la reputación, incrementar el valor de la marca, retener talento?
–Todas las metas mencionadas y también otras forman parte de nuestra estrategia de responsabilidad social, de sustentabilidad. Tener presencia y consistencia en materia social y ambiental puede generar mayor lealtad del cliente y mejorar la reputación, pero creemos que va un poco más allá. Es un círculo virtuoso. Si uno se preocupa por el bienestar de sus colaboradores, por el bienestar y el desarrollo de su comunidad y el medio ambiente, aumentará la reputación y la retención de talentos será más factible. Y si las personas están contentas, seguramente, será más fácil que quieran involucrarse con estas mismas causas y valores. Esto a su vez, sin duda, incrementa el valor y la reputación de la compañía.
Mercedes-Benz
Valores globales, soluciones locales
Para el director de Relaciones Institucionales de la firma, Gustavo Castagnino, las áreas responsables de RSE que forman parte del universo corporativo local están creciendo a la par de la importancia adquirida por las ONG, con el objetivo de enfrentar necesidades básicas insatisfechas de las comunidades en las cuales desarrollan sus operaciones.
Gustavo Castagnino
En esa línea, el ejecutivo considera que el nivel de reputación de la compañía “ha mejorado gracias a la permeabilidad que le brinda a la empresa el trabajo conjunto con organización del tercer sector que realizan tareas de campo, para conocer a fondo el estado de las comunidades en las que operamos”. Y agrega: “Además, la empresa se ha destacado entre sus pares por las permanentes muestras de compromiso con el país, tanto en la producción como en la calidad de nuestros vehículos”.
–¿Cuáles son las principales preocupaciones de la industria en la que se desarrolla la firma Mercedes-Benz, en términos de RSE o sustentabilidad? ¿Deben estar alineadas con el core business del sector o se puede trabajar en las grandes áreas como la educación o la salud?
–Más allá de buscar un aumento exponencial en términos de sustentabilidad y seguridad vial, hay determinados valores que son propios de Mercedes-Benz y que la marca busca defenderlos y potenciarlos a escala mundial. Tal es el caso de la educación, eje que desde la casa matriz, de Daimler, es apoyado de manera global y prioritaria.
Mercedes-Benz Argentina no solo cuenta con su propio establecimiento educativo, Escuela de Educación Técnica Fundación Fangio, la cual es reconocida como una de las institucionales técnicas más importantes a escala nacional, sino que también apoya a fundaciones como Cimientos y Asociación Puentes, que otorgan becas a estudiantes de nivel secundario y universitario.
–Existe una corriente, que pertenece a la vanguardia del mundo de la sustentabilidad corporativa, que destaca la creación de valor por parte de las empresas, frente a los esfuerzos por evitar riesgos o simplemente mejorar la reputación. Es decir, que considera que hacer frente a los objetivos estratégicos, permite crear soluciones a problemas sociales críticos y a desafíos en el desarrollo del negocio.
–La estrategia de RSE dejó de ser evitar riesgos para pasar a ser un proyecto de apertura total a la comunidad. El ideal de Mercedes-Benz Argentina es acompañar el crecimiento de todos sus públicos. Allí están presentes los empleados, los proveedores, los clientes, los miembros de la comunidad en las cuales llevamos a cabo nuestras operaciones, etc. En definitiva, todos los integrantes de la cadena de valor.
–¿Las empresas deben ayudar a cambiar la forma en que la gente actúa?
–Las empresas no deben cambiar la forma en que la gente actúa sino impulsar las ideas y valores que defienden. En el caso de Mercedes-Benz Argentina, lo que se busca es generar espacios de debate, diálogo y puesta en común. El objetivo es compartir su cultura y valores, así como también lo es encontrarse con sus públicos para entender su forma de pensar y trabajar soluciones en línea con la cultura local y los valores globales de la empresa, que son el respeto, la pasión, la disciplina y la integridad.
–En su experiencia personal, ¿se ha convertido la RSE en tema central de la conducción de la empresa? ¿Se debate en los directorios y en los comités de la alta gerencia?
–La RSE se ha convertido en un tema central de la empresa. Esto se evidencia, por ejemplo, en el aumento de los presupuestos correspondientes a los programas y las acciones de RSE y en las autorizaciones de los directores para que gente de su equipo se sume al programa de voluntariado, donando su capacidad de trabajo y su tiempo.
–¿Corre riesgo la sustentabilidad en tiempos de crisis? ¿Continúa siendo una prioridad dentro de los temas que ocupan la atención de las empresas?
–La sustentabilidad está inscripta en el modelo de negocio de la compañía y si entra en riesgo, lo hace tanto la empresa como su propia cultura. Por eso, en tiempos de crisis continúa siendo una prioridad al igual que su interés por la comunidad en la que opera. Mercedes-Benz es consciente de las necesidades que atraviesa la sociedad y en tiempos de crisis se aferra a la convicción de que su crecimiento está íntimamente ligado con el destino de la comunidad. Tal es así que en el año 2001, atravesando un año de crisis muy importante, la empresa renovó su apoyo a la comunidad creando un grupo de voluntariado.
Shell
Desempeño social, más allá de la RSE
El resultado de llevar a cabo una política efectiva de RSE aporta un valor agregado diferencial a las compañías que tienen programas de relacionamiento directo en las comunidades cercanas en donde realizan sus operaciones.
Verónica Staniscia
En tal sentido, Verónica Staniscia, responsable de Inversión Social de la empresa Shell, considera que “el nivel de conflictividad social disminuye para transformarse en proyectos conjuntos, el reclamo de rendición de cuentas se ve reemplazado por el reporte constante y la idea de valor compartido define e impacta en la reputación corporativa de la compañía”. Y sintetiza: “La reputación es el resultado de la identidad corporativa que uno haya construido a lo largo del tiempo”.
Staniscia habla del concepto de “desempeño social”, como una etapa superior a la de responsabilidad social, al referirse especialmente a las empresas del sector, donde a escala local se busca demostrar el impacto que una compañía genera en el ámbito físico y de negocio que se desarrollan las actividades. “Al respecto, si bien existe una conciencia más difundida entre las empresas sobre los impactos y beneficios de sus prácticas sostenibles, aún hay mucho por recorrer tanto en multinacionales como, tal vez en mayor medida, entre las pequeñas y medianas empresas”.
“Desde Shell, trabajar en desempeño social nos permite abordar el tema de manera integral con interacción directa y soporte real al negocio; forma parte del modelo de gestión que la compañía posee para abordar su trabajo en terreno, considerando y fortaleciendo los impactos positivos que tiene nuestra labor y minimizando o revirtiendo los negativos que genera nuestra intervención local”.
–Existe una visión que señala que la RSE es una oportunidad creativa para fortalecer a los negocios y, en paralelo, contribuir con la sociedad.
–Antes que una oportunidad, entendemos el concepto de desempeño social como una manera de hacer negocios, donde la generación de valor para la compañía es indisociable de la generación de valor para las comunidades donde operamos.
–¿De qué manera entiende Shell la idea de crear vínculos con la sociedad?
–Para nosotros, vincularnos con las comunidades significa diseñar e implementar una política de inversión social, desarrollar habilidades y competencias que puedan transformarse en opciones de empleo local, registrar y dar respuesta a las expectativas que generamos y recibir las sugerencias y reclamos sociales de aquellos con quienes nos relacionamos en nuestras operaciones.
–La RSE tiene objetivos múltiples: voluntariado en comunidades locales, foco en los empleados, ayuda a los ciudadanos más necesitados, preservación del medio ambiente, etc. ¿Dónde se debe poner el foco?
–En el relacionamiento con los grupos de interés. Las partes interesadas, sus expectativas respecto a la labor de la empresa en la comunidad y las posibilidades de generar valor compartido entre empresa y sociedad priorizan nuestros objetivos y nos refieren dónde poner el foco. Hablar en términos generales es inadecuado, pues cada empresa deberá hacer su mapeo propio de grupos de interés y ponderar expectativas, para luego decidir el modo más adecuado de focalizar la elaboración de vínculos de confianza y definir juntos en qué programas locales invertir.
Es por ese motivo que el programa “Creando vínculos”, bajo el mismo objetivo, ha generado actividades y tácticas completamente distintas en diferentes comunidades. Se trata de escuchar a las partes interesadas y que la empresa pueda aportar desde su lugar al beneficio compartido.
–¿Incide la mayor regulación de Gobiernos y organismos públicos en materia de RSE?
–La actividad regulatoria del Estado tiene su incidencia pues es la que fija la estabilidad jurídica, que es el marco fundamental para hacer negocios en un país.
En los últimos tiempos, el Estado no ha querido quedar ausente del tema responsabilidad social y en algunas jurisdicciones provinciales ha puesto en marcha diferentes normativas que hablan de una obligatoriedad para las empresas de trabajar en temas vinculados a sus impactos sociales locales.
Eso ha causado cierto revuelo entre muchas compañías que creemos que hay determinadas cuestiones de la inversión social que deben ser definidas por la misma compañía de acuerdo a sus objetivos de negocio, y otras empresas que creen que ceder al Estado dicha facultad las exime de responsabilidades ulteriores de la puesta en marcha de los proyectos a financiar. Sin duda, el modelo debe ser de sumar y articular entre todos los actores, más allá de basarse solo en quién facilita el recurso económico y desde allí gestionar un fondo impersonal, formado por un mandato de cumplir más que de aportar, comprometido con los resultados.
Banco Galicia
Cambio del paradigma
“Cada vez más organizaciones definen su estrategia de RSE, e incluso la mayoría de las empresas ya cuentan con un responsable o una gerencia de sustentabilidad. A su vez, la gran oferta de capacitaciones y encuentros especializados que aumentan exponencialmente, mejoran la profesionalización en esta temática”.
Constanza Gorleri
En consideración de Constanza Gorleri, gerente de Sustentabilidad de Banco Galicia, la Responsabilidad Social Empresaria en la Argentina se encuentra en estado de consolidación.
En el debe, Gorleri señala algunos ajustes que permitan aceitar los mecanismos de un proceso integral de sustentabilidad por parte de las compañías. “El camino que aún falta es incorporar esta estrategia de sustentabilidad en el corazón del negocio, profundizar la gestión de la RSE en la cadena de valor, trabajar más articuladamente entre compañías y fortalecer la articulación público-privada”.
Hay en la actualidad un enfoque dominante en materia de RSE que supone considerar a dicha disciplina como una oportunidad creativa para fortalecer la marcha de los negocios y, en forma simultánea, contribuir con la sociedad. De tal manera que la RSE se convierte en un aspecto central para el desarrollo de la estrategia general de la compañía. Gorleri suscribe a la premisa y la fundamenta: “Coincido porque la responsabilidad social corporativa nos obliga a tener una mirada a largo plazo del negocio. El desarrollo sostenible nos desafía a pensar estrategias innovadoras y nos presenta una oportunidad para crear nuevas iniciativas que nos permitan diferenciarnos de nuestros competidores”.
–¿Cuál es el rol que pretenden asumir las empresas al atender problemáticas sociales, que por lo general son competencia del Estado?
–Cuando las empresas impulsan iniciativas de inversión social privada, buscan dar respuesta a una demanda de la comunidad de la que forman parte y satisfacer sus necesidades. La empresa asume su rol de actor social, contribuyendo al desarrollo social y económico de su comunidad. En ese sentido, complementan el rol del Estado para mejorar la calidad de vida de las personas y el desarrollo de nuestro país.
–Sumado a la voluntad o iniciativas propias de las empresas, ¿incide la mayor regulación de Gobiernos y organismos públicos?
–La sustentabilidad es un cambio del paradigma de hacer negocios que debe estar por sobre la regulación del Gobierno. En todo caso, la legislación debiera acompañar la gestión de las organizaciones sociales para facilitar su nacimiento, agilizar su accionar y los procesos para alcanzar sus objetivos.
–Para ser efectiva, ¿la RSE debe centrarse en áreas claves de la interacción entre una empresa y su entorno?
–Efectivamente. Estas iniciativas deben estar estrechamente vinculadas al core business de la organización y formar parte de su agenda estratégica. En cuanto eso sucede, la empresa puede incidir más fácilmente en el entorno.
–¿Cree que ha mejorado el nivel de reputación de su empresa como resultado de la política de RSE?
–Sí. Anualmente desde la gerencia de Sustentabilidad de Banco Galicia impulsamos una encuesta a más de 2.000 personas de cada uno de nuestros grupos de interés. En la última edición, más de 60% afirmó que toma en cuenta el compromiso social y ambiental del banco a la hora de elegirlo. También 82% de los entrevistados considera que la gestión sustentable del banco mejora su imagen.
–¿Cuáles son los programas de RSE desarrollados por su empresa y cuáles han sido los resultados hasta el momento?
–Nuestra estrategia de inversión social, se basa en tres pilares fundamentales sobre los que desarrollamos programas con la comunidad. Estos pilares son la educación, el empleo, la salud y el ambiente.
En educación, brindamos un programa de educación financiera, en el que impulsamos talleres gratuitos en colegios secundarios y becas universitarias a más de 200 jóvenes en situación de vulnerabilidad social.
En empleo, desde 2007, invitamos a emprendedores a capacitarse sin costo en la consolidación de su negocio y formalizar su actividad. El programa cuenta con una duración de dos años y más de 1.330 participantes fueron capacitados, mientras que otros 300 pusieron en marcha sus planes de negocio.
Por el lado de salud, elaboramos un programa en conjunto con Conin, con el objetivo de capacitar a líderes sociales en nutrición y estimulación temprana. También tenemos un programa que busca favorecer el progreso de las instituciones de salud y promover la calidad de vida de los pacientes.
Finalmente impulsamos un Sistema de Gestión Ambiental que abarca toda la organización. Está certificado bajo la ISO 14001 y comprende los programas de concientización ambiental, optimización de recursos, riesgos indirectos y uso racional de energía, agua y gas.
Bayer
Llevar la práctica a la génesis de la estrategia
“Creo que para graficar el estado de la RSE en la Argentina hay que distinguir dos cuestiones: por un lado, la conciencia ganada sobre la importancia de la sustentabilidad y, por otro lado, la práctica y las estrategias concretas que se diseñan en base a ella”, dice la especialista en Comunicación y RSE de la firma, Agostina Falduti.
Agostina Falduti
“El desafío hoy está en llevar nuestras prácticas a la génesis de las estrategias de cualquier negocio. No solo actuar para solucionar problemas actuales, sino trabajar sobre los futuros problemas que tendrá el mundo en materia de sustentabilidad. Hay que instalar una cultura y hacerla transversal a toda la organización y sus negocios. Y en este punto, hay mucho camino por recorrer aún.
La estrategia correcta es aquella donde una empresa toma 100% de sus decisiones basándose no solo en la preocupación habitual del desempeño económico, sino en el impacto sobre los integrantes de toda la cadena”.
–¿Existe una relación en el grado de reputación alcanzado por la empresa como resultado de la política de RSE?
–La reputación de la empresa es el resultado de un conjunto de variables, que se sostienen entre sí y que por separado, pierden su peso relativo. No podría asegurar que las prácticas de RSE son las que inclinan la balanza. Pero si estoy segura que no pueden faltar y que es una variable que, por suerte, ha llegado para quedarse.
–¿Cuáles son las principales preocupaciones de la actividad en la que se desarrolla su empresa, en términos de RSE, o sustentabilidad? ¿Deben estar alineadas con el core business o se puede trabajar en las grandes áreas, como la educación o la salud?
–Creo que es importante que esté alineado al core business del negocio, porque es desde nuestra expertise que debemos aportar a la sociedad. Nuestro valor agregado. No obstante, en Bayer, como empresa globalizada, creemos que es importante ver las prioridades puntuales de cada sociedad donde estamos. El famoso pensar global, actuar local se aplica a la RSE.
En el caso de la Argentina, trabajamos en salud y en alimentación, que es nuestra actividad esencial, pero también nos focalizamos en educación, porque creemos que es la prioridad para generar el cambio en nuestro país y en la que todos como sociedad debemos poner nuestros esfuerzos.
–¿Las empresas deben ayudar a cambiar la forma en que la gente actúa?
–Las empresas tienen muchas veces la fuerza y los recursos para llegar a la gente. Y esto implica una responsabilidad y también una oportunidad. La comunicación de las prácticas sustentables sin duda son una herramienta de imagen, pero también una oportunidad del efecto multiplicador que necesitamos para expandir hábitos y concientizar.
El aporte individual de cada uno de nosotros suele ser invisible. ¿Qué cambia si dejo correr el agua unos minutos? Debemos derribar esa postura y entender que, como decía Gandhi, “debés ser el cambio que querés ver en el mundo”.
La responsabilidad social tiene que ver con la conciencia del otro y, en este sentido, los argentinos tenemos que aprender a funcionar como equipo.
–En su experiencia personal, ¿la RSE se ha convertido en tema central de la conducción de la empresa, se debate en los directorios y en los comités de gerencia?
–En el caso de Bayer, absolutamente. Es un tema tratado en directorios y desde la presidencia el abordaje en estas cuestiones es prioritario. Desde los negocios, desde las áreas de staff también. Así, nuestras estrategias tienen que ver con procesos de producción responsables con el medio ambiente, oficinas con iniciativas ecológicas, código de ética, buenas prácticas y acompañamiento en el desarrollo de nuestros proveedores, incorporación de proveedores de índole social a la cartera, política de compliance en todas nuestras prácticas, campañas en educación, salud y alimentación, entre otras iniciativas.
–En tiempos de crisis, ¿continúa siendo una prioridad la RSE dentro de los temas que ocupan la atención de las empresas?
–El riesgo dependerá de cómo está planteada la sustentabilidad en la empresa. No veo riesgo si la RSE es parte de la estrategia del negocio mismo de la compañía. Distinto es el caso en que la RSE en una empresa implica, por ejemplo, llevar adelante programas y campañas separadas de la operatoria o cadena de valor de la compañía. De esta forma, probablemente estas prácticas serán más endebles o pueden ser discontinuadas.
Acindar
Una mayor eficiencia económica y energética
“En el mundo y en la Argentina el concepto sustentabilidad tiene apenas una década, por lo que muchas empresas e instituciones han nacido sin un modelo acorde a las necesidades de su entorno y sus diversos públicos”, dice Carlos Alberto Vaccaro, quien además resalta el rol de las organizaciones corporativas.
Carlos Alberto Vaccaro
El gerente ejecutivo de Asuntos Externos de Acindar Grupo ArcelorMittal, considera que la RSE se encuentra a escala global en una etapa de evolución constante y que la Argentina ha avanzado como país, aunque aún restan muchos desafíos debido a las demandas y las expectativas cada vez mayores de la sociedad.
“Un gran acierto, –dice– ha sido el gran interés mostrado por la mayoría de las compañías en identificar las variables necesarias para que cada proyecto e iniciativa sea medible y pueda ser reportada a través de herramientas de comunicación como los reportes de sustentabilidad”.
“También es importante desligar del concepto de RSE interpretaciones que lo reducen a meras acciones de filantropía, asistencialismo o programas que buscan solo mejorar la reputación de una compañía. Estas concepciones desconocen el valor social que la RSE tiene en la manifestación concreta y transparente del compromiso de una compañía con todos sus grupos de interés”.
–Y en el caso de su compañía, ¿percibe un aumento del nivel de reputación como consecuencia de la política de RSE?
–Acindar es una empresa con una visión sustentable desde su etapa fundacional. La sistematización de nuestras acciones y la política de RSE data de 1992, y a partir de 2004 nuestra gestión se documenta a través de reportes de sustentabilidad. Los fundadores de Acindar fueron visionarios al respecto. Fundación Acindar, por ejemplo, es la fundación empresaria más antigua del país. Pero su visión no fue solo filantrópica, sino que la empresa también nació con un profundo compromiso por hacer el acero más sustentable, a partir de las mejoras en los procesos productivos.
Sin dudas, tantos años de trabajo en torno a objetivos sustentables han logrado consolidar los vínculos y la confianza con nuestros grupos de interés y en ese contexto, nuestra política de RSE agrega un valor significativo a la consolidación de la reputación de la compañía.
–¿Qué problemáticas sociales suelen ser las más comunes dentro de la industria en la que se desarrolla su empresa, en términos de RSE, o sustentabilidad?
–La industria siderúrgica es un actor importante para la economía argentina y las compañías que formamos parte de ese rubro, interactuamos en diferentes espacios sectoriales. Uno de ellos es la Cámara Argentina del Acero (actualmente es presidida por el CEO de Acindar, José Giraudo), desde donde trabajamos de forma articulada para aumentar la capacidad de producción de la industria y seguir abasteciendo al mercado interno.
También tenemos como premisa la mejora continua de la calidad de los productos que ofrecemos y el cuidado del medio ambiente. En ese marco, desde la CAA, promovemos prácticas como la construcción sustentable a través del suministro de productos y servicios de calidad que garantizan mayor eficiencia económica y energética. En la actualidad, la contribución de la industria siderúrgica del país a la sustentabilidad del mercado de la construcción es de 50% incluyendo infraestructura, 35% a la industria en general y 15% a agronegocios.
Las compañías de esta industria tenemos el desafío de seguir llevando nuestra visión a la estrategia y al corazón del negocio, considerando las expectativas y opiniones de los grupos de interés, sobre todo en temas tan fundamentales como educación y medio ambiente.
Estrategia clara
Vaccaro descree de las recetas, en materia de sustentabilidad, o en muchos de los temas que involucran variables sociales, ambientales o económicas. “Si bien, algunas experiencias son más exitosas que otras, consideramos que un aspecto clave es tener claro una estrategia que esté alineada al negocio de la compañía. La creación de valor se genera cuando se logra un impacto positivo en el entorno donde opera la empresa. Solo en ese momento una gestión es exitosa.
Por ello, independientemente de la forma en que se implemente, un proyecto sustentable no es exitoso per se; requiere estar alineado a la estrategia de gestión de negocios y responder a necesidades reales de la sociedad para mantenerse a lo largo del tiempo”.
–¿Las empresas deben ayudar a cambiar la forma en que la gente actúa?
–Las empresas tenemos la responsabilidad de contribuir a generar iniciativas que promuevan un cambio social. Por ejemplo hoy hay ciudadanos más conscientes frente a cuestiones como el consumo responsable y el medio ambiente. Pero es necesario seguir insistiendo en la educación como base estructural para el desarrollo integral de un país.