A la Madre Naturaleza no le importan los rankings

    La vieja crítica de John R. Ehrenfeld se expresa ahora en un nuevo libro que combina sus escritos con conversaciones con su ex alumno Andy Hoffman. El tema central del libro es que los retoques superficiales en el “business as usual” harán muy poco para transformar las falacias estructurales e infraestructurales de la economía global moderna.
    Ehrenfeld, adoptando el papel del viejo gruñón, recuerda que “menos malo” no es lo mismo que “bueno” y tiene el profesionalismo necesario como para desestimar formas analíticamente dudosas de clasificar el progreso en sustentabilidad.
    Sin embargo, poder “florecer” (palabra que elige para evocar un futuro promisorio) la sustentabilidad como camino hacia las ganancias y la participación en el mercado es una estrategia necesaria para encolumnar empresas y capital. También, dice, hay que detener las manipulaciones económicas y políticas que disfrazan los costos del business as usual , invierten en infraestructura ecológicamente inteligente, se las ingenian para alejarse de 80% del combustible fósil que debe permanecer bajo tierra.
    “Lo que las empresas están haciendo cuando promueven sustentabilidad –sostiene en el capítulo cuarto del nuevo libro– es, en el mejor de los casos, algo incremental porque los programas de sustentabilidad están casi todos basados en esfuerzos relativos. En el peor de los casos, están haciendo daño por hacernos creer que estamos resolviendo un problema. Los programas de sustentabilidad están casi todos basados en esfuerzos relativos frente a lo que habrían hecho en el “business as usual” (BAU). Yo llamo a esto business almost as usual (BAAS)”.
    “El conocimiento de las consecuencias no pensadas de la forma en que se hacían los negocios en el pasado todavía no sedimenta, aunque se está conversando en los niveles más altos de las empresas ahora más que antes. El número de libros y consultores que pregonan sustentabilidad tiene una nueva forma hacia las ganancias y la participación de mercado es enorme. Uso el término peyorativo pregonar aquí porque creo que los autores y consultores saben (o deberían saber) en algún punto que la parte ganancias de su discurso puede ser válida, pero la parte de sustentabilidad es fundamentalmente falsa.
    Un aspecto del BAAU que directamente desprecio es la idea de que podemos destilar las características “atractivas” de productos, empresas, escuelas y demás en una única “calificación” que capte la esencia de su sustentabilidad. Walmart anunció planes para calificar los aspectos sustentables de cientos de miles de los productos que vende. Hay universidades verdes, MBA verdes, empresas verdes y productos verdes, éticos o seguros”.

    Problemas con las calificaciones
    “La idea de clasificar cosas es muy vieja y a veces es bastante útil. En cuanto a la veracidad y utilidad de cada plan, sin embargo, el diablo suele meter la cola en los detalles. El resultado de cualquier sistema de calificaciones que combina más de un factor para convertirlo en una calificación depende enteramente de la arbitraria elección de un sistema de medición y de asignación de importancia que se use al combinarlas”. “Para ser perfectamente honesta, la revista Newsweek debería haber titulado su ranking como “Las empresas más verdes de Estados Unidos sobre la base de nuestra subjetiva combinación de los métodos en que tres organizaciones independientes califican impacto ambiental (45%), políticas verdes (45 %), y reputación (10% ), normalizada a 100 como calificación máxima, todo para vender más revistas”. Ellos brindan la información justa suficiente como para permitir que un lector cuidadoso, equipado con datos más detallados, intente interpretar las calificaciones, pero poca gente pone ese cuidado y así los rankings toman vida propia”.
    “Tal vez esto importa a los accionistas o a algún organismo regulatorio o algún futuro empleado. Pero la parte que más interés tiene en esto es la Madre Naturaleza y ella podrá preguntarse si esos números tienen algo que ver con la forma en que ella es tratada. Tal vez en alguna pequeña medida. Las políticas verdes son solo escritos sobre un papel, significan poco hasta que se implementan”.