La entidad financiera trabaja la RSE desde la cultura organizacional. El foco es generar un entorno sustentable y lograr un impacto real en la sociedad. Para el futuro el desafío estará en repensar los productos y servicios a partir de las necesidades de la población.
Constanza Gorleri
Banco Galicia crea su estrategia de Responsabilidad Social Empresaria (RSE) desde el centro de la organización: la cultura corporativa. Constanza Gorleri, gerente de Responsabilidad Social Corporativa de la entidad financiera indicó que la política en esta materia se basó en “incorporar el criterio de armonía entre los resultados económicos y el impacto social y ambiental”.
La entidad, que en el ranking de “las 100 mejores” figura en octava posición en el listado general, cuarta en el informe de gobierno corporativo, quinta en transparencia y buen gobierno, y tercera en programas con el entorno, construyó el camino hacia el desarrollo sustentable desde la alta gerencia y buscó presencia de estos valores desde la definición de la misión. El objetivo es lograr una “apropiación del tema” y un involucramiento en cuestiones de sustentabilidad en cada una de las personas que trabajan en el banco.
“La RSE no es responsabilidad únicamente de un sector de la empresa, sino que todos los que trabajamos en Banco Galicia nos sentimos responsables”, remarcó. La ejecutiva destacó que existe un involucramiento en temas de RSE desde la alta gerencia y que esta situación facilita la transversalidad.
El banco está adherido a principios internacionales, como la iniciativa financiera del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que establece formas de evaluar la concesión de un crédito corporativo, a partir del impacto que ese proyecto pueda generar en el medio ambiente. En los acuerdos hay incluso listas de exclusión y tipos de empresas que no pueden ser financiadas por el banco.
Inclusión social
“Cuando hay un nivel bajo de bancarización, como ocurre en la Argentina, necesitamos promover el desarrollo de la economía y el entorno para crear las condiciones apropiadas para el crecimiento del negocio”, destacó Constanza Gorleri. Por este motivo, el banco pone el foco en iniciativas de promoción de empleo, emprendimientos, desarrollo de Pyme, empleabilidad, programas de pasantías, entre otros.
Sin embargo, no descuida temas como la problemática de la desnutrición infantil o los programas de hospitales y mejoras en centros de salud. “Todas estas iniciativas generan las condiciones para que una sociedad progrese”, afirmó Gorleri. “Queremos que con nuestra política de RSE podamos aportar un valor real y generar una transformación en el entorno”, agregó. El plan es evitar la dispersión de recursos y crear iniciativas que respondan a necesidades del entorno.
El proceso culmina con un análisis de evaluación de los programas de inversión social, creado especialmente por Banco Galicia. “Podemos crear un análisis certero del impacto de nuestras intervenciones en el corto y mediano plazo y además nos permite obtener datos no solo cuantitativos sino cualitativos del impacto social”, apuntó Constanza Gorleri.
Imagen de marca
La RSE es una tendencia entre las grandes compañías, pero aún no logró generar una demanda real entre los clientes. “La estrategia de RSE todavía no determina una compra de un producto de un servicio pero cada vez más está influyendo en la percepción que el cliente tiene sobre la compañía”, afirmó Gorleri. Las políticas de RSE permiten construir imagen positiva y generar empatía con el cliente. “En 100% de los casos, que los públicos conozcan información sobre las acciones de RSE impacta de manera positiva en la imagen que tienen de la compañía”, destacó.
Hacia el futuro el desafío es continuar en el camino de promover la RSE y llevarla aún más allá: “La creación de créditos, el ahorro, el desarrollo económico, la bancarización y la educación financiera deben ser temas que definan la creación de nuevos productos y servicios que ofrezca el banco para atender a estas cuestiones”, afirmó Gorleri. Para ello, la ejecutiva explicó que el banco deberá estar “más abierto a las expectativas de los públicos” que permita “repensar el negocio en función a las necesidades de la población”.
Cervecería y Maltería Quilmes
Un fuerte impulso al
consumo responsable
Enfocada desde hace casi ya dos décadas en la responsabilidad al beber, la empresa decidió crear el programa “Vivamos responsablemente” que incluyó este año una campaña destinada a prevenir el consumo de alcohol antes de manejar.
Con más de 100 años en el mercado local la empresa cervecera Quilmes es líder en su segmento. Aunque nació de capitales nacionales en el partido del sur de la provincia del que tomó su nombre, hoy forma parte del grupo Amheuser-Busch Inbev, que integra el podio de las cinco empresas de consumo masivo más grandes del mundo. En alianza con otras empresas internacionales como PepsiCo y Nestlé logró producir, distribuir y comercializar no solo cervezas sino también gaseosas, aguas, jugos e isotónicos. Hoy cuenta con casi 5.000 empleados distribuidos en once plantas y ocho centros de distribución. Su facturación es tan sólida que alienta un plan de inversiones hacia 2015 de más de $3.000 millones.
A Mariano Botas, vicepresidente de Asuntos Corporativos de Cervecería y Maltería Quilmes, no le sorprende el reconocimiento de sus pares en cuanto a las acciones de RSE que la empresa lleva a cabo año a año (ocupó la posición undécima en el ranking de las 100 mejores en responsabilidad social y gobierno corporativo).
“Es un indicador de que lo que estamos haciendo está enfocado en los temas que nuestras audiencias claves consideran relevantes. En nuestro rol de líderes del segmento trabajamos desde hace más de 20 años en acciones de consumo responsable de bebidas con alcohol. Las primeras aproximaciones en este tema las dimos allá por la década del 90 con una campaña publicitaria emblemática que transmitía este mensaje, y desde entonces, hemos estado a la vanguardia de esta temática avanzando y profundizando nuestros programas”.
Con el foco del negocio
De alguna manera, entonces, sus programas de RSE en relación con la comunidad tienen que ver con el foco del negocio: sí al consumo de bebidas alcohólicas pero responsablemente. “Creemos en serio que la única garantía de continuidad para nuestras acciones es que estén vinculadas con el negocio. Esta comunión garantiza, de alguna manera, la sustentabilidad de los programas en el tiempo. Si no, no habría motivos suficientes para asignarle recursos y el presupuesto necesario”.
De hecho, RSE pertenece al área de Asuntos Corporativos que tiene rango de Dirección y, por lo tanto, es parte del directorio de la compañía que decide el rumbo de la estrategia. “Esto garantiza, también, que en tiempos de crisis los proyectos sigan siendo relevantes. No son decisiones arbitrarias de una gerencia o el fruto de las expectativas de nuestros grupos de interés”, explica.
Como empresa no pueden eludir que su producto estrella –la cerveza– puede producir efectos negativos en las comunidades en las que se vende. La adicción es una cosa pero, sin los controles adecuados, también puede contribuir al aumento en los accidentes de tránsito y a efectos indeseables por la venta a menores.
En este sentido la empresa se hace cargo de su impacto creando, en 2004, el programa integral “Vivamos responsablemente” que busca promover el consumo y la venta responsable de bebidas con alcohol. Incluyó, a lo largo de los años, diferentes campañas como “Comercios con códigos”, “Bartenders con códigos” –que busca generar conciencia en los comercios y bares sobre la venta de alcohol a menores– y la promoción de mensajes como “Si tomaste, no manejes” y “Conductor responsable” sobre la incompatibilidad de combinar las acciones de beber y conducir y la promoción de valores saludables a través de ciclos de charlas en escuelas.
“Desde hace dos años sumamos la “Semana de la promoción del consumo responsable”, una oportunidad única para mostrar de forma compacta y visible todas las acciones que llevamos adelante durante el año”, explica Botas.
Junto con la Agencia Nacional de Seguridad Vial, Quilmes promueve la figura del conductor responsable. Básicamente el mensaje es: si se va a tomar es mejor que se elija un conductor designado o medios alternativos de transporte. A través de la Cámara de la Industria Cervecera, también apoya al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en la promoción de un programa similar.
Para Botas esta es una responsabilidad ineludible que busca compensar el impacto negativo que las empresas tienen en la comunidad. “Las buenas empresas son sensibles a las expectativas de la sociedad y, por iniciativa propia, se han convertido en actores mucho más relevantes que en meros productores de bienes y servicios. Esta voluntad radica en una mayor riqueza y aporte en las acciones de RSE”, sentencia.
P&G Argentina
Compromiso con
los consumidores
La multinacional de bienes de consumo, que tiene bajo su paraguas a marcas como Gillette, Pampers y Ariel, enmarca sus acciones de RSE en una causa corporativa global. Acompañando a las ONG apuesta, con recursos y acciones de voluntariado, a mejorar la vida de sus consumidores más vulnerables: los niños y adolescentes.
Cecilia Bauzá
Con presencia local desde 1991, la multinacional P&G es quien gerencia algunas de las marcas más presentes en la vida de los argentinos: Pampers, Gillette, Always, Ariel, Oral B, Vick y Duracell. Para ello emplea en nuestro país a alrededor de 1.200 personas en sus tres plantas de producción, centro de distribución y oficinas generales.
Allí se ha impuesto objetivos internos para cumplir con estrictas normas de sustentabilidad: en pocos años lograron reducir el consumo de energía en 16% y las emisiones de carbono en 15%. Fueron reconocidos, también, por alcanzar desempeños sustentables en torno al aprovechamiento del agua de lluvia, el ahorro de energía eléctrica, la utilización de energía solar, la reducción de desechos y el reciclado de materiales.
Cecilia Bauzá, gerente de Comunicación de la empresa en la Argentina, es quien comunica la estrategia de P&G –figura en la doceava posición en este nuevo ranking de “las 100 mejores”– para el país: “Queremos desarrollar innovación para superar las expectativas de los consumidores, mejorar el perfil ambiental de los productos, perfeccionar el desempeño ambiental de nuestras operaciones, inspirar a los empleados a que incorporen prácticas de sustentabilidad en su trabajo y, por último, trabajar con distintas organizaciones en la búsqueda de nuevas oportunidades y soluciones”.
Aunque el medio ambiente es solo uno de los cinco pilares de la compañía tal vez sus acciones de RSE más significativas tengan que ver con la iniciativa que lleva adelante P&G a escala global. Aportando recursos y voluntarios, intenta mejorar la vida de los niños y adolescentes a través de proyectos locales concretos.
Niños y jóvenes
En este último punto hace hincapié Bauzá. “Nuestras acciones se enmarcan dentro de la causa corporativa global. Desde nuestro rol de fundadores acompañamos desde 2008 con recursos y voluntarios los proyectos de Fundación Caminando Juntos, enfocada en primera infancia y juventud. Hacia fines de 2011 la fundación había impactado en la vida de más de 5.000 familias, 10.000 niños y más de 500 jóvenes de bajos recursos a través de diferentes programas en Capital Federal, Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Mendoza y San Luis. También trabajamos en proyectos con organizaciones como Unicef, Sahdes, Fundación Arcor, Redinfa, Banco de Alimentos y Asociación Conciencia”.
La empresa, entonces, elige hacer foco en áreas donde puede hacer la diferencia. “Hemos optado por concentrar nuestros esfuerzos en contribuir a una mejor calidad de vida para niños. Este enfoque parte del convencimiento de que cuanto más temprano se pueda, como sociedad, brindar oportunidades de desarrollo a los niños en contextos vulnerables, más posibilidades habrá de que tengan un mejor presente y futuro como adultos”.
Responsabilidad genuina, no cosmética
Aunque Bauzá es consciente de que estas acciones ayudan a mejorar la reputación de la empresa y sus marcas, entiende que las compañías deben entablar proyectos de RSE con responsabilidad, midiendo el impacto que tienen en la sociedad. “Cada miembro de la sociedad debe adoptar la responsabilidad que le corresponde. P&G es la mayor compañía de consumo masivo del mundo y por eso asumimos una gran responsabilidad, comprometiéndonos a mejorar la vida de nuestros consumidores y sus comunidades”. Pero aclara que “la RSE no debe ser considerada una estrategia marketinera sino que la construcción de prestigio debe estar asociada a la integración de la sustentabilidad en la estrategia del negocio. Cuando una empresa se esfuerza por crecer de manera responsable gana admiración y gratitud y eso genera oportunidades, alianzas y crecimiento. De esta manera los beneficios no son solo sociales sino también económicos”.
Dow
Tres ejes para el
desarrollo de RSE
La educación, la economía y el entorno son tres ejes claves para la estrategia de responsabilidad social de la compañía, donde se afirma que es transversal a toda su actividad e incluye la creación de un código de conducta basado en la cultura corporativa.
Marcela Guerra
Dow –que figura en cuarto lugar en materia de política anticorrupción y en la posición 25 del listado general–, entiende la Responsabilidad Social Empresaria desde un enfoque integral, que involucra al core business del negocio.
“Nosotros ofrecemos ciencia y tecnología para responder a problemas globales, y todo lo que hagamos como empresa tiene que crear valor para el medio ambiente, los ciudadanos y los negocios”, apuntó Marcela Guerra, gerente de Asuntos Públicos del Complejo Industrial Bahía Blanca. “Para nosotros las acciones tienen que estar en el corazón mismo de los negocios; aprovechando el know how. Es un enfoque ganar-ganar” destacó.
La ejecutiva indicó que como la actividad empresarial forma parte de la comunidad y se beneficia de ella, la compañía tiene el deber de ayudar al entorno. Dow se rige por una de las máximas de la RSE que plantea que “ninguna empresa puede ser próspera en un entorno que no lo es” y por lo tanto desarrolla su estrategia de inversión social sobre tres ejes: educación, economía y entorno.
El primer eje se ocupa de promover el interés por la ciencia y la química entre los estudiantes. La empresa realiza cátedras con la Universidad del Sur y la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) para capacitar a los alumnos en habilidades sociales como liderazgo, trabajo en equipo e inglés.
El segundo eje concentra iniciativas de capacitación en oficios industriales. “Ya se capacitaron cerca de 600 jóvenes, y el plan logró una inserción de 50% en el mercado laboral”, afirmó Guerra.
El último eje aborda la problemática del medio ambiente, la seguridad y la salud. En Bahía Blanca y Zárate, por ejemplo, la empresa lleva adelante un programa de separación de residuos sólidos urbanos. “En Bahía Blanca, en donde trabajamos en la industria del plástico, queremos mostrar que este material tiene valor aun después de consumido, y por ello nuestros planes apuntan a concientizar sobre el reciclaje y su correcta disposición final”, explicó la ejecutiva.
Necesidades locales
Los programas se realizan en alianza con sectores gubernamentales, ONG u otras empresas. Para Dow, lo importante es conocer las necesidades de cada localidad para definir los proyectos de RSE. “Tenemos una guía que llamamos 80/20. Esto significa que 80% de nuestros recursos se enfocan a programas estratégicos, mientras que 20% está destinado a acciones filantrópicas y caritativas”, señaló Guerra.
Los proyectos de inversión social buscan la participación de la comunidad. La empresa realiza encuestas de percepción y de expectativas de mejora en la calidad de vida para determinar qué tipo de acciones se llevarán a cabo en cada comunidad. “La realización de un informe de sustentabilidad ayuda a comprender qué es lo que espera la comunidad de la empresa y permite definir qué tipo de información quiere que le ofrezcamos”, resaltó Marcela Guerra. El informe tiene una periodicidad bianual, pero se actualiza anualmente. “Al ser un proceso integral, ayuda a que estas cuestiones se vean como transversales. Además, nos permite conocer cuáles son las áreas en las que hay que mejorar”, afirmó.
A escala global, la RSE es parte de una estrategia que se puede encontrar transversalmente en toda la compañía. La política anticorrupción está asociada a los valores de la empresa; a la visión, la misión y a cómo se define el comportamiento de los miembros de la compañía.
“La cultura corporativa está presente siempre que nos vinculamos con cada uno de los actores del entorno, con clientes, con proveedores y con la comunidad”, remarcó Marcela Guerra. La ejecutiva explicó que el código de conducta es conocido por todos los empleados de la organización y afirmó que “hay recursos definidos para denunciar y reportar situaciones en su contra sin temor a represalias”, subrayó.