Primera empresa no financiera con red de cajeros automáticos

El Grupo Hasar lanzó su propia red de cajeros no bancarios.

14 noviembre, 2019

Según datos del Banco Central, en la Argentina existen unos 20.000 cajeros automáticos. De acuerdo a la autoridad monetaria el número por cantidad de habitantes es menor que en los países vecinos. En la Argentina existen 5 puntos de acceso cada 10 mil habitantes. En Brasil la relación es más del doble y en México también. Ese déficit es un aspecto clave cuando se analizan los problemas de bancarización que afectan a los argentinos. Además, tiene consecuencias en materia de seguridad e inclusión financiera.

Existen ya 8 cajeros de Red Hasar en funcionamiento: 3 de ellos en los aeropuertos de Puerto Iguazú, Tucumán y Salta. Los 5 restantes en locales comerciales de Moreno, La Tablada y Mercedes. El plan de la compañía es cerrar 2019 con entre 45 y 50 cajeros en funcionamiento y unos 200 para fines de 2020.

En los cajeros de la empresa se pueden realizar operaciones como extracción de dinero, consulta de saldo y adelanto de efectivo con tarjeta de crédito. La idea es que en un futuro se puedan realizar también transferencias, depósitos y pago de impuestos, entre otras operaciones.

Mediante acuerdos, pueden instalarse en tiendas, estaciones de servicio, cocheras, hoteles, supermercados o restaurantes. Los comercios serán responsables de la recarga de billetes en el cajero, que se alimenta del flujo constante de dinero de la operatoria del negocio. Al siguiente día hábil, Red Hasar repone al comercio la cantidad equivalente de dinero que retiró la gente del cajero instalado en el local, mediante una acreditación en su cuenta.

De esta dinámica se deducen los principales beneficios que percibe el comercio con la instalación de las unidades. Hay un ahorro en el movimiento de caudales y, también, una mejora en el clearing del comercio. Esto se debe a que el esquema habitual es tener un retiro de dinero dos veces por semana y Red Hasar, en cambio, acredita en la cuenta del comercio el día hábil siguiente.

El usuario de cajeros también se beneficia. Por un lado, contará con más oferta de terminales para realizar sus transacciones sin que esto esté atado a la presencia de una entidad bancaria. Por el otro, tiene la posibilidad de retirar efectivo mientras esté abierto el local donde se encuentre el cajero.

La compañía aporta una red propia de cajeros y garantiza la transaccionalidad con la red bancaria. Sus cajeros pueden cobrar por extracción, pero hacerlo o no es una decisión que dependerá del modelo contractual que se establezca con el comercio adherido.

Los acuerdos de los comercios con la compañía son a medida. Así puede venderle o darle en comodato el cajero. Instalar un cajero cuesta entre 7 u 8 mil dólares.

Esta modalidad interesa a los bancos porque les permite ampliar sus puntos de contacto con los clientes, que tienen más posibilidades de operar con sus tarjetas, a distintos horarios, en sus lugares habituales de circulación y consumo.

“Vimos la necesidad de ampliar la red de cajeros por la baja cantidad que exhibe el país”, explicó Ignacio Viar, director de operaciones de Red Hasar. “Se nos presenta, además, la posibilidad de llegar con un producto nuestro al cliente final, algo que teníamos pendiente”, agregó Viar.

Normativa vigente

El negocio de los cajeros automáticos sufrió profundos cambios a partir de una serie de normativas del Banco Central, un trasfondo que le da marco a la iniciativa que tomó el Grupo Hasar.

La primera fue en 2011, cuando la autoridad monetaria prohibió a las entidades financieras cobrar por extracciones de cuentas sueldo o previsionales (el 75% de la población bancarizada), por hasta el total del sueldo o haber percibido, incluso por retiros en cajeros de otras entidades, independientemente de las redes.

Esto desarmó el modelo de negocio de las primeras redes independientes.Eran dueñas de los equipos pero funcionaban bajo redes bancarias, que tienen vedado la posibilidad de cobro.

Otra disposición clave del BCRA fue en 2017, cuando permitió a locales comerciales tener sus propios cajeros automáticos. Les permitió también la recarga con billetes de su propia recaudación. Estableció que los comercios, en tanto entidades no financieras, sí podrían cobrar cargos por el uso de esos cajeros. No obstante, los obligó a informar previamente y con precisión los costos al cliente para permitirle la posibilidad de desistir de la misma. Las pantallas de los cajeros automáticos no pertenecientes a entidades financieras deben además exhibir una leyenda que diga: “Esta operación en una entidad financiera podría no tener costo”.

Al año siguiente hubo otro avance normativo, que profundizó la disposición anterior. A través de la Comunicación A 6483, se estableció específicamente que las entidades financieras deberán interconectar los cajeros automáticos de empresas no financieras a las cuentas y tarjetas de débito de sus clientes.

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