Menos mujeres en la cima, pero hay empresas con políticas positivas

Sin duda, en las economías centrales se ha progresado mucho en materia de trabajo femenino durante las últimas décadas. No obstante, sigue siendo verdad que, cuanto más arriba se sube en la escala jerárquica, menor es la proporción de mujeres.

17 febrero, 2010

<p>Sin embargo, hay empresas que han logrado aumentar sin problemas la toma, la promoci&oacute;n y la retenci&oacute;n de ejecutivas.</p>
<p>Una serie de investigaciones y sondeos se&ntilde;ala que la discriminaci&oacute;n por g&eacute;nero suele tener implicaciones negativas para el desempe&ntilde;o de una empresa. Al respecto, &ldquo;varias firmas est&aacute;n adoptando medidas para mejorar la paridad laboral&rdquo;. As&iacute; sostienen Georges Desvaux y Mary Meaney, de McKinsey, al iniciar un informe que sintetiza cuatro a&ntilde;os de indagaciones.<br />
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Las iniciativas b&aacute;sicas incluyen esfuerzos para asegurar que las pol&iacute;ticas de recursos humanos no discriminen inadvertidamente contra ellas o el trabajo de medio tiempo. Entre otras cosas, alentar redes de tutelaje, establecer (y monitorear consistentemente en nivel superior) metas de diversidad o de equilibrio trabajo-hogar. Cambios de ese tipo tienen un precio, claro, pero producirlos comporta ventajas para el negocio, m&aacute;s all&aacute; de la imagen, que muestra a una compa&ntilde;&iacute;a socialmente adelantada.<br />
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Investigaciones en la Uni&oacute;n Europea y Estados Unidos revelan, por ejemplo, que empresas con varias ejecutivas superiores tienden a desempe&ntilde;arse mejor en materia financiera. Contratar y retener mujeres en todos los niveles, de&nbsp; paso, incrementa las reservas de talento en tiempos cuando surge d&eacute;ficit de oferta en diversos sectores.<br />
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&iquest;Por qu&eacute; ellas? </strong><br />
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Pocas mujeres llegan a ejecutivas. En EE.UU. representan apenas 11% en cuerpos de conducci&oacute;n como directorios o comit&eacute;s supervisores. En esto coinciden, con variantes, casi todos los trabajos sobre el tema.<br />
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Siguiendo con la mayor econom&iacute;a mundial, casi un tercio de las 1.500 compa&ntilde;&iacute;as de primera l&iacute;nea no ten&iacute;an en 2008 siquiera una sola mujer en elencos jer&aacute;rquicos. As&iacute; han descubierto las universidades de Columbia y Maryland. Las cosas marchan peor en otras partes del mundo. En Surcorea, por ejemplo, 74% de firmas encuestadas en 2008 carece de ejecutivas superiores. Los autores, empero, creen que semejante disparidad no soportar&aacute; el paso del tiempo y no s&oacute;lo por ser injusta.<br />
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Hasta la recesi&oacute;n occidental y la consiguiente crisis financiera (2007/9), algunos pa&iacute;ses y regiones mostraban d&eacute;ficit de talentos y profesionales en todos los niveles. A medida como se deje atr&aacute;s el fen&oacute;meno, las brechas entre oferta y demanda laboral reaparecer&aacute;n y se ampliar&aacute;n.<br />
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Hacia 2040, en la UE faltar&aacute;n 24 millones de trabajadores de quince a 65 a&ntilde;os. Aumentar la proporci&oacute;n de mujeres en las plantillas respecto de los varones podr&iacute;a achicar la brecha a tres millones.<br />
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En EE.UU., el paulatino retiro de los nacidos desde 1945 probablemente implique que las empresas pierdan alto n&uacute;mero de personal jer&aacute;rquico en un lapso relativamente corto. Alrededor de 20% de poblaci&oacute;n activa (con diecis&eacute;is a&ntilde;os o m&aacute;s) habr&aacute; cumplido 60/65 a&ntilde;os en 2010/15. En tanto, el desempleo a picos de 10%, por falta de demanda, ser&aacute; temporario.<br />
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Al margen de la crisis 2007/9, los desajustes entre empleo y preparaci&oacute;n tambi&eacute;n pueden causar d&eacute;ficit en mano de obra. En Gran Breta&ntilde;a, los sectores dominados por hombres, con d&eacute;ficit de oferta laboral, abarcan t&eacute;cnica, ingenier&iacute;a, tecnolog&iacute;a inform&aacute;tica, ciencias y otros rubros especializados. No obstante, 70% de mujeres con grados o calificaciones en esa gama no trabaja en esos campos, excepto en entes estatales.<br />
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Aparte de permitir al sector privado cubrir d&eacute;ficit de personal, la diversidad de g&eacute;nero puede atraer y retener gente capaz de cumplir otras necesidades de los negocios. Un estudio de la Comisi&oacute;n Europea (Bruselas) se&ntilde;ala que 58% de empresas con programas pro diversidad de g&eacute;nero declar&oacute; haber logrado mayor productividad, como resultado de motivar mejor a las empleadas. Entretanto, 62% de la muestra atrajo y retuvo mujeres altamente calificadas.<br />
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<p><strong>Desempeño </strong><br /> <br /> En los últimos años hasta 2007, McKinsey realizó detalladas investigaciones sobre los nexos entre desempeño organizacional/financiero y cantidad de ejecutivas en las compañías analizadas. Esos trabajos demostraron que, en primer lugar, las firmas con las mejores calificaciones en nueve aspectos relevantes –desde dirección o liderazgo hasta motivación o diversidad- tenían más posibilidades de elevar márgenes operativos que el resto de su sector. <br /> En segundo término, entre compañías que dan datos sobre género de mandos superiores, las que tienen tres o más mujeres en altos cargos obtuvieron mejor puntaje en los nueve criterios organizacionales aplicados.<br /> Estos factores sugieren que las sociedades con mayor cantidad de mujeres en altos mandos son, también, las de mejores resultados en lo operativo y financiero. Si bien los análisis no establecen vínculos causales, otras investigaciones dan nuevos argumentos en favor de la diversidad de género en las cúpulas empresarias.<br /> En rigor, sondeos hechos por las escuelas universitarias de negocios (Columbia, Maryland) coinciden en ese punto. Empleando datos sobre mil firmas norteamericanas, de 1992 a 2006, Cristián Deszö y David Gaddis Ross demuestran “la fuerte asociación positiva entre retornos sobre activos/capital y participación femenina en la alta gerencia de una empresa”. Ambos hallaron “por lo menos evidencias indicativas de que una mayor presencia ejecutiva de mujeres genera mejor desempeño y no es su resultado”.<br /> <strong><br /> ¿Qué hacer? </strong><br /> <br /> Algunas compañías han conseguido incorporar, ascender y retener más personal femenino que otras, Las investigaciones de McKinsey y otras instancias sugieren que existen ciertas medidas claves adecuadas a esos propósitos.  <br /> Hay que repensar el área de RR.HH. Ciertas políticas pueden, involuntariamente, desalentar mujeres. Por ejemplo, los procesos internos para ubicar gente de alto potencial suelen centrarse en gerentes que tienen 28 a 35 años. Ampliar el parámetro para incluir más años de labor –contando licencias por maternidad, que pueden alcanzar dos años en la UE- asegurará que los procedimientos de evaluación no excluyan mujeres ni las discriminen. <br /> Algunas organizaciones, como JPMorgan Chase, adiestran reclutadores y gerentes operativos para percibir la importancia de la diversidad de género y detectar prejuicios sexistas que afectan sus decisiones. Junto con una superioridad comprometida a retener y promover mujeres, este sistema ha dado excelentes resultados. En 2008, pese a la crisis, JPMCh tenía 48% de mujeres en sus elencos ejecutivos y 27% en los de mayor jerarquía, contra 19% en ambas categorías hacia 1996.<br /> Tutelaje. Preparar programas de adiestramiento y tutelaje en red ha probado ser bastante exitoso en cuanto a ayudar a que las ejecutivas salgan adelante. Por ejemplo, alentarlas a mejorar posiciones en la compañía, sin arredrarse<br /> Una investigación interna de Hewlett-Packard, reveló que las mujeres solicitan puestos sólo si creen satisfacer 100% de las condiciones requeridas. Por el contrario, a los varones les basta suponer que cumplen con 60%. Por lo mismo, Lloyd’s encontró que, si bien ellas tenían 8% más probabilidades de satisfacer o superar expectativas, ni siquiera se presentaban al certamen.<br /> Antes estas cosas, los altos mandos tienen la obligación de motivar a mujeres de talento para que asciendan en una estructura. Eso presupone adiestrarlas y, por otra parte, desarrollar planes de sucesión o reemplazo que las incluyan.  <br /> En el banco británico la receta funcionó. En dos décadas, las ejecutivas pasaron de 15 a 39% en el elenco gerencial. Mientras, la presencia femenina en estratos superiores subió de 9 a 21%. La entidad  cuenta con cuatro mujeres sobre un total de nueve miembros en la junta supervisora.</p>

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