{Management} Las crisis autoprovocadas

Muchas veces son las mismas empresas las que provocan sus peores crisis. Si estuvieran un poco más conscientes del ADN de la propia organización, podrían evitarlas.

29 agosto, 2011

<p>La lista de calamidades con resultados muy da&ntilde;inos que ocurrieron en las empresas durante los &uacute;ltimos a&ntilde;os incluye explosiones de pozos petroleros, retiro de autom&oacute;viles de la calle, demoras de producci&oacute;n, esc&aacute;ndalos financieros o de tel&eacute;fonos pinchados. A veces miembros del personal pudo haber dado la alarma pero esas alarmas nunca llegaron al n&uacute;mero uno de la compa&ntilde;&iacute;a. A veces quienes toman las decisiones o ignoraron, o malinterpretaron o suprimieron las malas noticias, y eso finalmente les jug&oacute; en contra. Luego de los desastres, muchos terminaron admitiendo que les cab&iacute;a mucha responsabilidad, dice Eric Kronenberg, de Booz &amp; Company. <br /> <br /> Las consecuencias no buscadas que se derivan de un esc&aacute;ndalo autoinfligido pueden ser devastadoras. Sea en publicidad negativa, enormes costos o p&eacute;rdida de ganancias, juicios y multas. Un an&aacute;lisis de los precios de las acciones en compa&ntilde;&iacute;as que sufrieron esos acontecimientos en 2009 y 2010 en los sectores petrolero, automotor, financiero y de aeronavegaci&oacute;n muestra que dos meses despu&eacute;s de una crisis autoinfligida, &eacute;stas pierden un promedio de 18% del valor para el accionista. Con el tiempo, el desempe&ntilde;o de los papeles sigue bajando hasta llegar a 33% en un a&ntilde;o. <br /> <br /> Casi siempre estas crisis tienen un factor com&uacute;n, y es que si bien el disparador inicial parece ser un acontecimiento ex&oacute;geno, las decisiones claves estuvieron casi siempre en manos de la gerencia. Siempre hubo dentro de la compa&ntilde;&iacute;a un determinado n&uacute;mero de gente que conoc&iacute;a la situaci&oacute;n y las consecuencias que pod&iacute;a traer. Si se hubiera actuado sobre ese conocimiento con velocidad y decisi&oacute;n, el problema podr&iacute;a haberse evitado. Casi siempre, esas compa&ntilde;&iacute;as tienen procedimientos formales dise&ntilde;ados para evitar esos riesgos, pero los procedimientos muchas veces suelen ignorarse. <br /> <br /> &iquest;Por qu&eacute; caen en esas trampas las organizaciones? Porque la percepci&oacute;n del riesgo, opina el ensayista, disminuye con el tiempo. Algo bastante parecido a lo que ocurre con el peligroso h&aacute;bito de escribir mensajes de texto mientras se conduce un auto. Si lo hacemos una vez y no pasa nada, nos decimos que no lo volveremos a hacer pero si nunca pasa nada, terminamos creyendo que la recomendaci&oacute;n no tiene sentido. Pero al sentirnos con suerte, corremos el riesgo de provocar un accidente ignorando las pr&aacute;cticas de manejo de riesgo. <br /> <br /> <strong>El ADN de la organizaci&oacute;n </strong></p> <p>Todo l&iacute;der se pregunta en alg&uacute;n momento si la compa&ntilde;&iacute;a es vulnerable en alg&uacute;n punto. Si hay caracter&iacute;sticas sist&eacute;micas de la organizaci&oacute;n, que forman parte de las pol&iacute;ticas y la cultura de la compa&ntilde;&iacute;a y que contribuyen a generar desastres autoinfligidos. Si las pr&aacute;cticas de seguridad y de manejo de riesgo realmente son buenas o si aumentan el peligro dando un falso sentido de seguridad.</p>

<p>Las respuestas var&iacute;an seg&uacute;n la empresa. Lo primero que hay que hacer es reconocer los modos de operar de la compa&ntilde;&iacute;a, o sea, los elementos del ADN de la organizaci&oacute;n.<br />
<br />
La estructura del ADN organizacional es un veh&iacute;culo para entender los elementos formales e informales que impulsan y limitan la conducta cotidiana en la compa&ntilde;&iacute;a. La estructura elaborada por Booz &amp; Company a principios de los a&ntilde;os 2000 fue usada por casi 200.000 individuos para mejorar la salud de sus organizaciones. Como un ADN molecular, el de las organizaciones tiene cuatro bases o componentes de actividad que encajan como ladrillitos de Lego. Esas cuatro bases, que determinan c&oacute;mo ejecuta la compa&ntilde;&iacute;a, son:<br />
<br />
&bull; Derechos y normas de decisi&oacute;n. Las reglas y pr&aacute;cticas que gobiernan c&oacute;mo se forman y enfocan las acciones.<br />
&bull; Motivadores y compromiso. Los valores y principios que impulsan la conducta de los empleados.<br />
&bull; Flujo de informaci&oacute;n y mentalidades. Los patrones de pensamiento y comunicaci&oacute;n que informan lo que hace la gente en una organizaci&oacute;n.<br />
&bull; La estructura y redes organizacionales. Las conexiones que gu&iacute;an la forma en que trabaja la gente entre s&iacute; a trav&eacute;s de las capas jer&aacute;rquicas<br />
<br />
Las empresas con crisis autoprovocadas suelen tener elementos formales destinados a ayudar a la organizaci&oacute;n a evitar accidentes y problemas: informes, procedimientos expl&iacute;citos y vigilantes y medidas de prevenci&oacute;n que impiden cat&aacute;strofes. Pero son los elementos informales los que muchas veces determinan la pol&iacute;tica que se implementa. Las reglas no escritas, los valores, est&aacute;ndares y rutinas de trabajo que tratan esos procedimientos formales como una carga burocr&aacute;tica. Los informes se ignoran, y los procedimientos se siguen s&oacute;lo para guardar las apariencias. Como el conductor que textea en el tr&aacute;nsito, la compa&ntilde;&iacute;a tiene suerte durante mucho tiempo, mientras la eficacia de sus procedimientos se va erosionando cada vez m&aacute;s. La crisis no ocurre hasta mucho tiempo despu&eacute;s de que comenz&oacute; el no cumplimiento de las reglas.</p>

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades