Identificación por radiofrecuencia ¿hay límites para etiquetas inteligentes?

En 2004, Wal-Mart lanzó un programa piloto que exigía a sus cien proveedores principales identificar mercaderías por radiofrecuencias. O sea, RFID. Todos debían adherir etiquetas especiales a cajas y otros embalajes destinados a la cadena en el área Dallas/Forth Worth, Tejas. Al vencer el plazo, 100% del grupo estaba cumpliendo...

1 septiembre, 2011

<p>Esta experiencia y otras fueron tiempo despu&eacute;s analizadas por Infosys, una consultor&iacute;a y servicios en tecnolog&iacute;a inform&aacute;tica (TI), para Wharton. Por supuesto, la tecnolog&iacute;a RFID (identificaci&oacute;n por radiofrecuencia) ya estaba en operaciones &ndash;por ejemplo, en la industria automotriz y el Pent&aacute;gono-, pero hac&iacute;a falta un gigante para llevarla al campo minorista.</p>
<p>Pese a ser una tecnolog&iacute;a muy en el candelero, RFID no es novedad. Fue inventada en 1948 por Henry Stockman pero, hasta fines de siglo no exist&iacute;a la infraestructura necesaria para ponerla en funciones. En efecto, hac&iacute;an falta tres componentes: la etiqueta (un chip de memoria integrado a una transponder), un lector y la computadora anfitriona de ambos. A 57 a&ntilde;os de concebida, 2005 era un momento clave para la consolidaci&oacute;n entre tecnolog&iacute;a y vendedores de software. Con par&aacute;metros y protocolos en l&iacute;nea (v&iacute;a EPCglobal network), los proveedores pod&iacute;an ya largarse.</p>
<p>Los clientes que desean ir m&aacute;s all&aacute; de una simple etiqueta se centran en dos estrategias: coto cerrado &ndash;dentro de la empresa- y cadena de abastecimiento. Esta opci&oacute;n abarca proveedores de envases y embalajes, contratistas sectoriales, log&iacute;stica a cargo de terceros y minoristas.</p>
<p>Los sistemas cerrados son un adecuado punto de partida, porque las empresas pueden evitar problemas relativos a normas industriales y sincronizaci&oacute;n con socios externos. Las opciones son ilimitadas. As&iacute;, el departamento de defensa usa esta tecnolog&iacute;a para detectar movimientos de veh&iacute;culos blindados y tropas (como ocurre en Libia v&iacute;a OTAN). Pero m&aacute;s original es su colega de agricultura, empe&ntilde;ado en ponerle a cada vaca una etiqueta RFID con el objeto de localizar f&aacute;cil y r&aacute;pidamente los vectores de cualquier mal bovino.</p>
<p>Naturalmente, la perfecci&oacute;n se lograr&aacute; cuando sea posible monitorear cada componente en cada fase de un proceso. Esto implicar&aacute;, por ejemplo, vincular piezas armadas en China con embalaje o envasado en Jap&oacute;n, env&iacute;os v&iacute;a Uni&oacute;n Europea y distribuci&oacute;n en Estados Unidos. Por lo com&uacute;n, en cada eslab&oacute;n de esa cadena pueden surgir trabas o errores. Aplicar radicalmente la tecnolog&iacute;a RFID a un proceso completo previene esas contingencias.</p>
<p>Sin duda, la informaci&oacute;n por s&iacute; sola no resuelve problemas en la cadena de abastecimiento. En el caso de alimentos envasados, &ldquo;una sola g&oacute;ndola puede tener productos que venzan en dos, diez o quince d&iacute;as. Ser&iacute;a bueno conocer la fecha de expiraci&oacute;n de cada pieza. Pero faltan sistemas aptos para aprovechar bien los datos extra&iacute;dos por RFID.</p>
<p>Un experto de Wharton, Gerard Cachon, es igualmente realista en cuanto a la tecnolog&iacute;a y recomienda no ver en ella una panacea al instante. Bas&aacute;ndose en investigaciones propias, sostiene que obtener m&aacute;s datos no es necesariamente una soluci&oacute;n. &ldquo;La verdadera clave reside en reducir tiempos&rdquo;.</p>
<p>As&iacute;, el procesamiento de &oacute;rdenes es decisivo. En los 80, el minorista las enviaba por nota, fax o tel&eacute;fono. El proveedor las verificaba y las trasladaba al dep&oacute;sito, que juntaba los rubros y los cargaba en un medio de transporte. M&aacute;s tarde, el proceso fue incorporando tecnolog&iacute;a, al punto de permitir que las &oacute;rdenes se transmitan por medios electr&oacute;nicos. Hoy hay m&aacute;s informaci&oacute;n que nunca, s&iacute;, pero no se traduce necesariamente en mayor celeridad.</p>

<p>En tanto las etiquetas RFID se emplean mayormente para embalajes, algunos minoristas han dado un paso adelante y marcan artículos individuales. La cadena británica Marks & Spencer empezó a experimentar con la tecnología en 2008, poniendo etiquetas inteligentes a ropa de hombre en un solo local.</p>
<p>A diferencia de los ingleses, Wal-Mart no emplea RFID para recoger datos adicionales sobre los clientes y sus pautas de compra. Es decir, su sistema no contiene información personal. Ello no significa que haya desechado para siempre el recurso, pues ha dejado la puerta entreabierta a la RFID personalizada. “Obviamente, entendemos las preocupaciones del cliente por su privacidad”, indica Linda Dillon, vicepresidente de la firma. “Por eso, nuestras etiquetas no recogen datos adicionales sobre los compradores. De hecho, en un futuro cercano ni siquiera habrá lectoras RFID en nuestros salones de ventas”.</p>
<p>En noviembre último, Caspian, American Civil Liberties Union (ACLU), Electronic Privacy Information Center (Epic) y otros difundieron una declaración de principios pidiendo frenar el etiquetamiento artículo por artículo. Eso hasta que se hagan evaluaciones serias sobre la tecnología. También proponen leyes federales sobre la cuestión y una medida que obligue a informar públicamente qué productos de consumo o uso final contienen dispositivos RFID.</p>
<p>Mientras no exista ese tipo de recaudos, Caspian recomienda al público “votar con el bolsillo”. De ahí el boicot a Gillette (2007)y otras empresas que emplean etiquetas individuales en Estados Unidos. En el plano mundial, apoyan el boicot a Tesco, cadena minorista británica que aplica RFID personalizada.</p>
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