En realidad, ¿que hay tras la disputa China-EE.UU.?

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Ante perspectivas de una guerra monetaria mundial sin desenlace a la vista, Occidente acusa a China de intervenir para mantener el yüan más bajo de lo normal. En Estados Unidos, sostienen que ello atenta contra sus exportaciones y fomenta desempleo.

<p>Pero &ldquo;las controversias van m&aacute;s all&aacute; y hacen a pol&iacute;ticas y actitudes que remiten a d&eacute;cadas&rdquo;, se&ntilde;alaban dos expertos de Wharton, Franklin Allen y Mauro Guill&eacute;n. Se trata, entonces, de un conflicto arduo de resolver. En lo tocante a China, por ejemplo, &ldquo;existe manipulaci&oacute;n de paridades, pero &ndash;apunta el primero- este tipo de pr&aacute;cticas ha sido com&uacute;n a muchos pa&iacute;ses en la historia. De hecho, durante la vigencia de los acuerdos de Bretton Woods (1944 a 1971) as&iacute; proced&iacute;an todos los pa&iacute;ses&rdquo;. <br />
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Ahora mismo, como subraya Guill&eacute;n, &ldquo;se manipulan al extremo divisas en la Eurozona. En este sentido, no hay gran diferencia entre ambos mecanismos. Mucho menos la hay si se recuerdan las maniobras que condujeron al euro a la categor&iacute;a de circulante &uacute;nico en diecis&eacute;is pa&iacute;ses&rdquo;. Por eso, Allen se resiste a emplear el t&eacute;rmino &ldquo;manipulaci&oacute;n&rdquo; y prefiere un viejo tecnicismo, &ldquo;tasa de cambio fijo&rdquo;.<br />
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Sea como fuere, Knowledge@Wharton se&ntilde;ala que &ldquo;la intenci&oacute;n parece ser mantener el y&uuml;an d&eacute;bil ante el d&oacute;lar y se pregunta cu&aacute;l ser&aacute; el motivo de fondo. &ldquo;Originalmente &ndash;cree Guill&eacute;n- la raz&oacute;n era la misma que explicaba la Eurozona. Si la idea es exportar, seguramente convendr&aacute;n los cambios fijos. China vio el recurso como ideal hace ya un tiempo, pero sin la inclusi&oacute;n de enormes super&aacute;vit en cuenta corriente ni la acumulaci&oacute;n desmedida de reservas&rdquo;. <br />
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Pero sobrevino la crisis sist&eacute;mica de 1997/8, detonada por Malasia, Tailandia, Indonesia, Filipinas, Surcorea y contagiada a Rusia, Turqu&iacute;a, Nigeria, M&eacute;xico, Argentina, etc. China empez&oacute; a atesorar activos externos, en particular d&oacute;lares y letras del tesoro norteamericano. Pero no era la &uacute;nica, pues siguieron Jap&oacute;n &ndash;que ven&iacute;a haci&eacute;ndolo desde 1990-, Surcorea, Taiw&aacute;n, Singapur y otros. <br />
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Las causales del fen&oacute;meno eran varias, observaba Allen. &ldquo;En buena medidas, influ&iacute;an las pol&iacute;ticas que el Fondo Monetario Internacional impon&iacute;a o trataba de imponer durante aquella crisis. Uno de sus efectos fue hacerles sospechar a varios pa&iacute;ses golpeados que, como la entidad estaba dominada por occidentales, el resto de sus socios no recib&iacute;a trato justo&rdquo;<br />
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Entre 1998 y la crisis sist&eacute;mica de 2007/09, que no alcanz&oacute; a China, Brasil, India, Rusia ni otros emergentes, la acumulaci&oacute;n de reservas duras no se interrumpi&oacute;. M&aacute;s a&uacute;n, Beijing descubri&oacute; que esas tenencias le confer&iacute;an creciente poder pol&iacute;tico… sobre EE.UU. Por ello, las visitas de autoridades norteamericanas al Celeste imperio &ndash;del presidente Barack Obama al &uacute;ltimo funcionario- no incluyen alusiones p&uacute;blicas a temas como derechos civiles, censura en Internet ni Tibet: US$ 2.500 billones pesan mucho m&aacute;s que la antigua hegemon&iacute;a estadounidense. <br />
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Si la visi&oacute;n occidental de China suele ser sobresimplificada, dice K@W, &iquest;ser&aacute; posible que la visi&oacute;n occidental tambi&eacute;n lo sea? Allen no lo descarta, pero prefiere centrarse en el largo plazo, donde &ndash;concluye- &ldquo;ambos contendientes probablemente est&eacute;n desubicados. Por ejemplo, los chinos entregan a los norteamericanos bienes, cosas reales, a cambio de papeles coloreados. Esto es, d&oacute;lares y letras, cuyo valor a largo plazo es incierto&rdquo;. <br />
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Precisamente, el jueves arreciaba una corrida internacional contra el d&oacute;lar, vinculada a un viejo tab&uacute; del monetarismo: la Reserva Federal como &ldquo;maquinita&rdquo; de imprimir moneda con decreciente respaldo.<br />
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