Al completar ajustes y trámites ordenados por la Securities & Exchange Commission (SEC, comisión federal de valores), Michael Capellas –CEO de MCI, ex WorldCom- se prepara para emerger del concurso en abril. No menos de US$ 10.600 millones involucrados en el recálculo derivaban de irregularidades contables.
Los quebrantos del grupo entre 2000 y 2002 fueron superados, en ese lapso, sólo por la ex AOL Time-Warner que, sin llegar a la bancarrota, sumaban US$ 108.000 millones. Originalmente, WorldCom declaró ingresos por US$ 54.700 millones en el bienio 2000/1. Nunca presentó el balance 2002.
En realidad, al surgir “errores” por US$ 3.850 millones (julio de 2002), se inició un desbarranque que terminó con un fraude de 10.600 millones, vía asientos ficticios. Esto llevó al procesamiento de Bernard Ebbers, por entonces presidente ejecutivo. Capellas –ex Compaq, que abandonó Hewlett-Packard por diferencias con Carleton Fiorina- reemplazó a Ebbers y devolvió a la empresa su nombre originario.
El recálculo 2000/1 incluye US$ 59.800 millones por liquidación del fondo de comercio y otros activos. También US$ 5.800 millones emergentes de compras mal contabilizadas y 4.800 millones por sobrecostos de acceso a Internet. Ebbers había armado WorldCom mediante 75 adquisiciones en más de veinte años.
El nuevo informe de pérdidas netas especifica US$ 48.900 millones en 2000, 15.600 millones en 2001 y 9.200 millones en 2002. Para 2000-1, las pérdidas brutas representaban US$ 74.400 millones. En cuanto a los ingresos consolidados, suman US$ 109.200 millones en el trienio 2000-2.
Con el amparo concursal abandonado meses antes de salir de la bancarrota, MCI afronta un sector mucho más peleado que en 2002, donde las tarifas telefónicas e informáticas continúan bajando. Para este año, MCI estima que sus ventas cederán 12% y totalizarán unos US$ 21.500 millones. La empresa sigue preparando el balance 2003.
Un tribunal federal de quiebras autorizó a la firma, el 31 de octubre último, a abandonar aquel amparo con anticipación. Además, su deuda pendiente fue reducida de US$ 41.000 a 6.000 millones; vale decir, una quita de 85,4%. O sea, un margen superior al planteado por Argentina, que saca de quicio a acreedores privados, sus amigos en el Senado norteamericano, medios y gurúes locales adictos.
Precisamente, ajustes de último momento en lo tocante a pérdidas contables y quita de deuda demoraron del 27 de febrero a fines de abril el plazo para salir de concurso.
Ebbers (62 años) aún no ha podido ser condenado, simplemente porque faltan pruebas documentales. Por el contrario, su ex director financiero –Scott Sullivan- confesó, involucró a Ebbers y hoy colabora con los fiscales.
Cabe recordar que la auditoría externa, mientras se cometían los fraudes, era el estudio Arthur Andersen. Tras ser acusado de obstruir la justicia, lo substituyó KPMG (marzo de 2002).
Al completar ajustes y trámites ordenados por la Securities & Exchange Commission (SEC, comisión federal de valores), Michael Capellas –CEO de MCI, ex WorldCom- se prepara para emerger del concurso en abril. No menos de US$ 10.600 millones involucrados en el recálculo derivaban de irregularidades contables.
Los quebrantos del grupo entre 2000 y 2002 fueron superados, en ese lapso, sólo por la ex AOL Time-Warner que, sin llegar a la bancarrota, sumaban US$ 108.000 millones. Originalmente, WorldCom declaró ingresos por US$ 54.700 millones en el bienio 2000/1. Nunca presentó el balance 2002.
En realidad, al surgir “errores” por US$ 3.850 millones (julio de 2002), se inició un desbarranque que terminó con un fraude de 10.600 millones, vía asientos ficticios. Esto llevó al procesamiento de Bernard Ebbers, por entonces presidente ejecutivo. Capellas –ex Compaq, que abandonó Hewlett-Packard por diferencias con Carleton Fiorina- reemplazó a Ebbers y devolvió a la empresa su nombre originario.
El recálculo 2000/1 incluye US$ 59.800 millones por liquidación del fondo de comercio y otros activos. También US$ 5.800 millones emergentes de compras mal contabilizadas y 4.800 millones por sobrecostos de acceso a Internet. Ebbers había armado WorldCom mediante 75 adquisiciones en más de veinte años.
El nuevo informe de pérdidas netas especifica US$ 48.900 millones en 2000, 15.600 millones en 2001 y 9.200 millones en 2002. Para 2000-1, las pérdidas brutas representaban US$ 74.400 millones. En cuanto a los ingresos consolidados, suman US$ 109.200 millones en el trienio 2000-2.
Con el amparo concursal abandonado meses antes de salir de la bancarrota, MCI afronta un sector mucho más peleado que en 2002, donde las tarifas telefónicas e informáticas continúan bajando. Para este año, MCI estima que sus ventas cederán 12% y totalizarán unos US$ 21.500 millones. La empresa sigue preparando el balance 2003.
Un tribunal federal de quiebras autorizó a la firma, el 31 de octubre último, a abandonar aquel amparo con anticipación. Además, su deuda pendiente fue reducida de US$ 41.000 a 6.000 millones; vale decir, una quita de 85,4%. O sea, un margen superior al planteado por Argentina, que saca de quicio a acreedores privados, sus amigos en el Senado norteamericano, medios y gurúes locales adictos.
Precisamente, ajustes de último momento en lo tocante a pérdidas contables y quita de deuda demoraron del 27 de febrero a fines de abril el plazo para salir de concurso.
Ebbers (62 años) aún no ha podido ser condenado, simplemente porque faltan pruebas documentales. Por el contrario, su ex director financiero –Scott Sullivan- confesó, involucró a Ebbers y hoy colabora con los fiscales.
Cabe recordar que la auditoría externa, mientras se cometían los fraudes, era el estudio Arthur Andersen. Tras ser acusado de obstruir la justicia, lo substituyó KPMG (marzo de 2002).