La clave de juego es clara: resulta vital para Microsoft absorber Yahoo sin conflictos como los de la etapa anterior. En esa perspectiva, “un pacto de corto plazo funcionará como puente y forma de probar reacciones internas o externas”, señala el informe suizo.
Naturalmente, esta alianza inicial –si cristaliza- se centrará en publicidad. Vale decir, será una alternativa al ensayo de abril entre Google y Yahoo, seguido de un largo silencio de Eric Schmidt y Bostock. Otros expertos sospechan que Microsoft quiere directamente adquirir el motor de búsquedas y su negocio publicitario, dejando a Yahoo independiente pero muy pequeño, limitado a avisos convencionales y otros segmentos de internet.
Había sido fin de semana con sorpresas para Wall Street. Quizás influido por las presiones de Carl Icahn contra Jerry Yang, Steve Ballmer reinició contactos, pero no ya para la toma lisa y llana de Yahoo. En carta difundida el domingo por la noche (¿por qué antes de abrir el mercado? ¿será que Microsoft esperaba respuesta antes de las once a.m.?), Ballmer abrió paso a “una propuesta alternativa”. Pero ya no es aquella oferta por US$ 47.500 millones.
En su momento, Yang y su hombre en el directorio, Bostock, rechazaron esa opción por estimarla baja (pretendían US$ 53.250 millones). Más tarde, Icahn –accionista minoritario pero relevante- exigió aceptar la oferta de Microsoft, so pena de un “golpe de estado” para copar la junta con enemigos de la conducción actual.
De hecho, Icahn oficializó el sábado la lista de diez candidatos propios, encabezada por John Paulson, dueño del fondo homónimo y también accionista. La reacción de Ballmer ha sido veloz, astuta y se explica en virtud de la lucha interna, que empezaba a disgustar a analistas, operadores e intermediarios.
La compañía de William Gates “no tiene intenciones de reiterar la última puesta, ya retirada, ni presentar otra por toda la empresa. En cambio –revela Ballmer-, se reserva el derecho de reconsiderar otras posibilidades”. En otras palabras, tratará “con la compañía o son accionistas por separado”.
Pero la misiva parecía excluir una fusión lisa y llana. Su lenguaje críptico no excluía que Microsoft le ofreciera a Yang una alianza similar a la ensayada por ésta y Google en abril, basada en correr avisos de Yahoo en el megabuscador. Si fuera así, Ballmer estaría aprovechando el hiato es las negociaciones Bostock-Eric Schmidt (Google). O, como creen varios analistas, su meta final final sea absorber lo más posible de Yahoo y dejar el resto caer solo.