En primer lugar porque la coloca en el primer lugar de las empresas norteamericanas acusadas de evasión masiva de impuestos en un momento profundo descontento con la globalización. Lo segundo y más importante, es que esto seguramente marca el comienzo de una batalla legal larga y difícil que tendrá a los directivos concentrados en ese tema y sin poder dedicarse a la innovación.
A solo siete días del lanzamiento de la nueva versión del iPhone la comisión acusa a Apple de haberse beneficiado durante 25 años de ayuda estatal ilegal en Irlanda. Si se tiene en cuenta que el iPhone representa dos tercios s de los ingresos de la compañía y que Apple considera cada lanzamiento es fundamental para el futuro, la noticia de que se inicia una larga batalla legal con la Comisión europea es un baldazo de agua fría. Toda la compañía, desde el CEO hasta la plana mayor de los gerentes, se apresuraron a descalificar la decisión de la Comisión Europea por improcedente y peligrosa, pero de todos modos la multa ha reavivado las iras de muchos europeos indignados desde hace rato con el modus operandi de las empresas norteamericanas.
Pero hay otro tema. Además la Comisión Europea está analizando acusaciones de competidores europeos que dicen que las tácticas de venta del grupo norteamericano podría estar abusando sus poderes.