El número 1 del grupo formalizó su interés en Nueva Delhi, tras conversar con Sergio Marchionne, director ejecutivo de la firma italiana. El principal objeto de la compañía es –como en la alianza internacional con Fiat- diversificar mercados. Al momento, 90% de la facturación (un total de US$ 22.000 millones en 2002, +23% sobre el año previo) es en el subcontinente indio.
En cuanto a Ford, la venta de algunas marcas de alto precio ayudará poco a encarrilar las cuentas, tras el rojo de US$ 12.500 millones registrado en 2006, máximo nominal en su historia. Sólo resignándose a desprenderse de Volvo (cuya capitalización bursátil roza US$ 8.000 millones) mejorará el balance en forma perceptible.
Por cierto, algunos en Detroit soñaban con venderle Volvo a Fiat, pero Marchionne los desilusionó semanas atrás. La idea pudo haber seducido al presidente del directorio, Luca Cordero Montezemolo, pero el jefe de Confindustria se dedica actualmente a desalojar a Silvio Berlusconi como adalid de la derecha y eventual reemplazante de Romano Prodi.
De la boca para afuera, Ford no parece apurada en vender Land Rover, Jaguar ni Volvo. Pero es una táctica para ganar tiempo y negociar precio. Otros círculos se ilusionan con dos fondos extrabursátiles expertos en compras apalancadas: Cerberus Capital –hoy no logra reunir US$ 10.500 millones para completar la toma de Chrysler- y Ripplewood holdings, manejada por un ex presidente de esa misma automotriz.
El número 1 del grupo formalizó su interés en Nueva Delhi, tras conversar con Sergio Marchionne, director ejecutivo de la firma italiana. El principal objeto de la compañía es –como en la alianza internacional con Fiat- diversificar mercados. Al momento, 90% de la facturación (un total de US$ 22.000 millones en 2002, +23% sobre el año previo) es en el subcontinente indio.
En cuanto a Ford, la venta de algunas marcas de alto precio ayudará poco a encarrilar las cuentas, tras el rojo de US$ 12.500 millones registrado en 2006, máximo nominal en su historia. Sólo resignándose a desprenderse de Volvo (cuya capitalización bursátil roza US$ 8.000 millones) mejorará el balance en forma perceptible.
Por cierto, algunos en Detroit soñaban con venderle Volvo a Fiat, pero Marchionne los desilusionó semanas atrás. La idea pudo haber seducido al presidente del directorio, Luca Cordero Montezemolo, pero el jefe de Confindustria se dedica actualmente a desalojar a Silvio Berlusconi como adalid de la derecha y eventual reemplazante de Romano Prodi.
De la boca para afuera, Ford no parece apurada en vender Land Rover, Jaguar ni Volvo. Pero es una táctica para ganar tiempo y negociar precio. Otros círculos se ilusionan con dos fondos extrabursátiles expertos en compras apalancadas: Cerberus Capital –hoy no logra reunir US$ 10.500 millones para completar la toma de Chrysler- y Ripplewood holdings, manejada por un ex presidente de esa misma automotriz.