Según trascendió en la procuraduría general de Milán, Tanzi declaró que Geronzi le había hecho comprar muy caro la firma Ciappazzi (agua mineral y gaseosas), del grupo Ciarrapico. También reveló que Banca di Roma lo había inducido a adquirirle el holding Eurolat a Cragnotti. Lo malo es que, por entonces, Geronzi presidía esa banca.
La venta de Eurolat a Parmalat data de 1999, justamente mientras el grupo contrataba como auditor al estudio Deloitte & Touche SpA. Casi cinco años después, esta operación vincula la crisis del grupo familiar Cirio -.su controlante original- con el escándalo Tanzi. En aquel momento, Eurolat –es decir, Parmalat- incorporó dos compañías ligadas a Cirio: Polenghi Lombardo y Centrale del Latte (Roma).
En realidad, las dos compras “impuestas” a Parmalat beneficiarían sólo a los acreedores; esto es, Capitalia (Ciappazzi) y Banca di Roma (Eurolat). Pero el doble paquete era una bomba de tiempo y, a fines de 2000, Tanzi resolvió desprenderse de Polenghi. La semana pasada, Enrico Bondi –interventor del grupo parmesano- pidió que Eurolat fuese declarada insolvente.
Pero el comportamiento de los Tanzi nunca fue tan claro como, ahora, las acusaciones a Geronzi y Cragnotti. En efecto, en febrero de 2002 la familia –no ya el grupo Parmalat- entró en el negocio de aguas minerales y gaseosas, vía Ciappazzi y sus dos marcas estelares (Artemisia, Roccabianca).
En resumen, los Tanzi se asociaron a Giuseppe Ciarrapico y su compañía siciliana, Acque Minerali di Terme Vigliatore (Messina). A esa altura, eso funcionada ya como una serie de cajas chinas –viejo hábito de don Calisto y Fausto Tonna, su eminencia gris-, que combinaba catorce sociedades controladas directa o indirectamente. Pero Parmalat avaló en apariencia hasta € 470 millones en emisiones de bonos (deuda) y Capitalia tiene hoy acreencias residuales por 70 millones sobre Eurolat.
Según trascendió en la procuraduría general de Milán, Tanzi declaró que Geronzi le había hecho comprar muy caro la firma Ciappazzi (agua mineral y gaseosas), del grupo Ciarrapico. También reveló que Banca di Roma lo había inducido a adquirirle el holding Eurolat a Cragnotti. Lo malo es que, por entonces, Geronzi presidía esa banca.
La venta de Eurolat a Parmalat data de 1999, justamente mientras el grupo contrataba como auditor al estudio Deloitte & Touche SpA. Casi cinco años después, esta operación vincula la crisis del grupo familiar Cirio -.su controlante original- con el escándalo Tanzi. En aquel momento, Eurolat –es decir, Parmalat- incorporó dos compañías ligadas a Cirio: Polenghi Lombardo y Centrale del Latte (Roma).
En realidad, las dos compras “impuestas” a Parmalat beneficiarían sólo a los acreedores; esto es, Capitalia (Ciappazzi) y Banca di Roma (Eurolat). Pero el doble paquete era una bomba de tiempo y, a fines de 2000, Tanzi resolvió desprenderse de Polenghi. La semana pasada, Enrico Bondi –interventor del grupo parmesano- pidió que Eurolat fuese declarada insolvente.
Pero el comportamiento de los Tanzi nunca fue tan claro como, ahora, las acusaciones a Geronzi y Cragnotti. En efecto, en febrero de 2002 la familia –no ya el grupo Parmalat- entró en el negocio de aguas minerales y gaseosas, vía Ciappazzi y sus dos marcas estelares (Artemisia, Roccabianca).
En resumen, los Tanzi se asociaron a Giuseppe Ciarrapico y su compañía siciliana, Acque Minerali di Terme Vigliatore (Messina). A esa altura, eso funcionada ya como una serie de cajas chinas –viejo hábito de don Calisto y Fausto Tonna, su eminencia gris-, que combinaba catorce sociedades controladas directa o indirectamente. Pero Parmalat avaló en apariencia hasta € 470 millones en emisiones de bonos (deuda) y Capitalia tiene hoy acreencias residuales por 70 millones sobre Eurolat.