El frigorífico Swift Armour decidió ayer (martes 27) adelantar los periodos de vacaciones de 1.154 de los 1.630 empleados que trabajan en la factoría que la empresa posee en la ciudad de Rosario.
Los problemas derivados de la reaparición de la fiebre aftosa, que ha afectado masivamente a las haciendas locales, limitaron la salida al exterior de la carne argentina.
Este es el principal negocio de Swift, que pudo ver como su faena diaria, que ascendía a 1500 cabezas, se redujo drásticamente a 900 por día.
Las restricciones sanitarias establecidas por las autoridades locales generaron también una reducción en la hacienda disponible para la faena que llevó a Swift a tomar la determinación de adelantarle las vacaciones a 70% de su personal estable.
El personal que no será licenciado, se ocupará de las tareas de distribución para el mercado interno, mientras que los voceros de Swift aseguraron que si seguirán exportando productos termoprocesados ya que estos no fueron alcanzados por las limitaciones dispuestas por los países compradores.
Las vacaciones se extenderán hasta dentro de tres semanas para unos 800 empleados, mientras que el resto quizás permanezca licenciado durante un mes, aunque Swift apuesta a que los mercados se reacomoden pronto si es que Europa decide revisar las restricciones a la carne roja argentina.
La empresa también espera algunas señales de ayuda por parte del gobierno nacional y el de la provincia de Santa Fe, de la cual sale 47% de las exportaciones cárnicas del país.
Se sabe que los representantes empresariales y sindicales mantendrán una reunión con la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, para pedir subsidios para los trabajadores despedidos del sector y, en el caso de las empresas, exenciones fiscales a raíz de la crisis.
Swift tiene una facturación anual cercana a los US$ 200 millones, y hasta la clausura de los mercados externos exportaba carne por US$ 125 millones.
Poco menos de un tercio de sus ventas son productos termoprocesados, es decir que entran al proceso de empaquetado tras un periodo de cocción, por lo cual no forman parte de los productos afectados por la restricción de la aftosa.
Desde que el Gobierno nacional confirmó la reaparición de fiebre aftosa en el ganado local el pasado 14 de marzo, los mercados externos se cerraron y empresas como Quickfood, Friar, Cepa, o la marplatense Sadowa, debieron suspender a gran parte de su personal o directamente detener sus actividades.
El frigorífico Swift Armour decidió ayer (martes 27) adelantar los periodos de vacaciones de 1.154 de los 1.630 empleados que trabajan en la factoría que la empresa posee en la ciudad de Rosario.
Los problemas derivados de la reaparición de la fiebre aftosa, que ha afectado masivamente a las haciendas locales, limitaron la salida al exterior de la carne argentina.
Este es el principal negocio de Swift, que pudo ver como su faena diaria, que ascendía a 1500 cabezas, se redujo drásticamente a 900 por día.
Las restricciones sanitarias establecidas por las autoridades locales generaron también una reducción en la hacienda disponible para la faena que llevó a Swift a tomar la determinación de adelantarle las vacaciones a 70% de su personal estable.
El personal que no será licenciado, se ocupará de las tareas de distribución para el mercado interno, mientras que los voceros de Swift aseguraron que si seguirán exportando productos termoprocesados ya que estos no fueron alcanzados por las limitaciones dispuestas por los países compradores.
Las vacaciones se extenderán hasta dentro de tres semanas para unos 800 empleados, mientras que el resto quizás permanezca licenciado durante un mes, aunque Swift apuesta a que los mercados se reacomoden pronto si es que Europa decide revisar las restricciones a la carne roja argentina.
La empresa también espera algunas señales de ayuda por parte del gobierno nacional y el de la provincia de Santa Fe, de la cual sale 47% de las exportaciones cárnicas del país.
Se sabe que los representantes empresariales y sindicales mantendrán una reunión con la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, para pedir subsidios para los trabajadores despedidos del sector y, en el caso de las empresas, exenciones fiscales a raíz de la crisis.
Swift tiene una facturación anual cercana a los US$ 200 millones, y hasta la clausura de los mercados externos exportaba carne por US$ 125 millones.
Poco menos de un tercio de sus ventas son productos termoprocesados, es decir que entran al proceso de empaquetado tras un periodo de cocción, por lo cual no forman parte de los productos afectados por la restricción de la aftosa.
Desde que el Gobierno nacional confirmó la reaparición de fiebre aftosa en el ganado local el pasado 14 de marzo, los mercados externos se cerraron y empresas como Quickfood, Friar, Cepa, o la marplatense Sadowa, debieron suspender a gran parte de su personal o directamente detener sus actividades.