<p>Estos submarinos privados salen generalmente de Colombia por el Pacífico (valle del Cauca) y el Caribe (Guajira). Vale decir, áreas manejadas por paramilitares y guerrillas varias, coordinadas por el tráfico mismo. La más reciente captura de uno ocurrió la semana pasada a 300 kilómetros de Oaxaca, costa meridional de México. Técnicamente, estas naves se conocen como “semisumergibles”.</p>
<p>Según la fuerza de tareas antidrogas (marina norteamericana), hay casi treinta unidades en operaciones. Otras fuentes hablan del doble. Uno de los grupos mejor pertrechados lo dirige el clan Rayo Montano, dueño de tres islotes a lo largo de la costa pacífica panameña.</p>
<p>Pero es posible que el negocio tenga nexos muy remotos: uno de los apresados el miércoles 16 es un ex guerrillero singalés de la etnia tamil, experto en operar esos semisumergibles. Se trata de naves que se mueven a ras de superficie para eludir radar y sonar, cuya complejidad obliga a venderlos con personal adiestrado.</p>
<p>Por supuesto, el destino final de los cargamentos es Estados Unidos y, hasta cierto punto, Europa occidental. Los propios traficantes colombianos y mexicanos llaman “operación Nemo” a esta forma de “exportación”. En parte financiada por bancas extraterritoriales en las Antillas holandesas, británicas y Bahamas.</p>
<p>Para empezar, el Cauca está segmentado en treinta parcelas, manejadas por fuerzas irregulares. La distante Bogotá no ejerce siquiera un control formal. Volviendo a los submarinos, no se ahorran precauciones. Por ejemplo, se los pinta de azul, verde oscuro o gris petróleo para mimetizarlos y eludir detección visual. De acuerdo con un ex experto antitráfico de la Unión Europea, los acontecimientos tipo operación Nemo han doblado en número durante el primer semestre en el Caribe, tomando como referencia el período 2003-7.</p>
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Submarinos, la última palabra en acarreo de cocaína
Desplazan cuatro a diez toneladas, cuestan entre US$ 500.000 y 950.000, precios vía Liechtenstein o Transdñestria. Pueden cargar hasta doce toneladas. A US$ 15.000 por kilo mayorista, eso suma 200 millones por viaje.