Spitzer: Invesco, comprometida en una amplia maniobra

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Según el fiscal Eliot Spitzer y la SEC, Invesco Funds Group –división del mayor administrador europeo de inversiones- privilegiaba a “clientes especiales” en perjuicio del resto. Lo hacía mediante transacciones a corto plazo.

Así lo confirmó días atrás un comunicado conjunto de la fiscalía estadual neoyorquina y la Securities & Exchange Commission (Comisión Federal de Valores). Básicamente, la firma maximizaba retornos de corto plazo, en favor de fondos de cobertura –especulan con derivados, el segmento financiero más volátil-, a costa de las ganancias a largo plazo que precisan los fondos mutuales y sus aportantes.

Invesco y su CEO, Raymond Cunningham, “hacían frecuentes maniobras a expensas de fondos jubilatorios en combinación con clientes privilegiados”. En la demanda civil, Spitzer y la SEC exigen que la compañía –con sede en Denver- pague multas y resarcimientos a inversores perjudicados, empleando comisiones obtenidas vía “negocios especulativos impropios”.

“En este caso, las pruebas hablan solas”, sostiene el fiscal. “Los ejecutivos superiores saben que el cortoplacismo extremo (market timing) afecta los intereses de quienes mantienen sus colocaciones. Pero prefieren el lucro fácil y rápido”. Por lógica, los cuotapartistas de un fondo mutual piensan en el futuro retiro, no en especulaciones día a día.

Invesco, propiedad de la británica Amvescap, es el cuarto administrador grande de fondos envuelto en este escándalo que afecta un sector cuyo giro alcanza US$ 7,1 billones. Los otros casos son Putnam Investments, Pilgrim Baxter & Associates y Security Trust.

Así lo confirmó días atrás un comunicado conjunto de la fiscalía estadual neoyorquina y la Securities & Exchange Commission (Comisión Federal de Valores). Básicamente, la firma maximizaba retornos de corto plazo, en favor de fondos de cobertura –especulan con derivados, el segmento financiero más volátil-, a costa de las ganancias a largo plazo que precisan los fondos mutuales y sus aportantes.

Invesco y su CEO, Raymond Cunningham, “hacían frecuentes maniobras a expensas de fondos jubilatorios en combinación con clientes privilegiados”. En la demanda civil, Spitzer y la SEC exigen que la compañía –con sede en Denver- pague multas y resarcimientos a inversores perjudicados, empleando comisiones obtenidas vía “negocios especulativos impropios”.

“En este caso, las pruebas hablan solas”, sostiene el fiscal. “Los ejecutivos superiores saben que el cortoplacismo extremo (market timing) afecta los intereses de quienes mantienen sus colocaciones. Pero prefieren el lucro fácil y rápido”. Por lógica, los cuotapartistas de un fondo mutual piensan en el futuro retiro, no en especulaciones día a día.

Invesco, propiedad de la británica Amvescap, es el cuarto administrador grande de fondos envuelto en este escándalo que afecta un sector cuyo giro alcanza US$ 7,1 billones. Los otros casos son Putnam Investments, Pilgrim Baxter & Associates y Security Trust.

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