Básicamente, AIG, la mayor aseguradora del mundo por valor en mercado, armó pólizas (ahora las llaman “productos”) que permitían a los tomadores (clientes de la firma, claro) maquillar ingresos u ocultar pérdidas, O sea, una forma compleja de fraude contable y tributario en escala estadual (Spitzer) y federal (SEC).
En otra muestra de escasa imaginación o exceso de confianza, dos características típicas del clan Greenberg –controlante del holding- la compañía recibió esas citaciones a apenas cinco días de haber afirmado que sus propias indagaciones no habían detectado pruebas de maniobras ilícitas. Ahora, la fiscalía abre un expediente separado, que involucra al equipo investigador interno.
Justamente esta semana se cumplen cuatro meses de que Spitzer radicase una demanda acusando a los comisionistas Marsh & McLennan de hacer trampa en licitaciones de pólizas. En ese momento, no había cargos contra AIG, pese a los nexos entre esa firma y el grupo. Al respecto, el 9 de febrero Maurice Greenberg –presidente de M&M- sostenía que las acciones fiscales se centraban sólo en la relación con una subsidiaria, American Home Assurance.
Los exhortos, no obstante, involucran taxativamente a AIG. Este punto preocupa a analistas y consultores del sector en Wall Street, especialmente por el empecinamiento de los Greenberg en negar realidades y retacear datos. Cabe acotar que, salvo muy pocas excepciones, este asunto no ha interesado a los medios en Latinoamérica, pero a los vínculos regionales que tiene AIG.
Básicamente, AIG, la mayor aseguradora del mundo por valor en mercado, armó pólizas (ahora las llaman “productos”) que permitían a los tomadores (clientes de la firma, claro) maquillar ingresos u ocultar pérdidas, O sea, una forma compleja de fraude contable y tributario en escala estadual (Spitzer) y federal (SEC).
En otra muestra de escasa imaginación o exceso de confianza, dos características típicas del clan Greenberg –controlante del holding- la compañía recibió esas citaciones a apenas cinco días de haber afirmado que sus propias indagaciones no habían detectado pruebas de maniobras ilícitas. Ahora, la fiscalía abre un expediente separado, que involucra al equipo investigador interno.
Justamente esta semana se cumplen cuatro meses de que Spitzer radicase una demanda acusando a los comisionistas Marsh & McLennan de hacer trampa en licitaciones de pólizas. En ese momento, no había cargos contra AIG, pese a los nexos entre esa firma y el grupo. Al respecto, el 9 de febrero Maurice Greenberg –presidente de M&M- sostenía que las acciones fiscales se centraban sólo en la relación con una subsidiaria, American Home Assurance.
Los exhortos, no obstante, involucran taxativamente a AIG. Este punto preocupa a analistas y consultores del sector en Wall Street, especialmente por el empecinamiento de los Greenberg en negar realidades y retacear datos. Cabe acotar que, salvo muy pocas excepciones, este asunto no ha interesado a los medios en Latinoamérica, pero a los vínculos regionales que tiene AIG.