¿Por qué se fue Fiorina?

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Quienes recuerden la dura lucha que libró la CEO de HP para anexar Compaq contra la voluntad de muchos accionistas, pueden pensar que aquellos argumentos esgrimidos en su contra fueron ratificados por la realidad y la desplazaron de su cargo.

Dos semanas antes ya sonaron las alarmas. El 24 de enero, el Wall Street Journal
decía que los directores de Hewlett-Packard estaban estudiando una reestructuración
gerencial para delegar algunas de las responsabilidades diarias de la presidente
y CEO Carleton (Carly) S. Fiorina a tres altos ejecutivos de HP: Vyomesh Joshi,
Ann Livermore y Shane Robison. HP negó la versión, pero quedó
instalada la sensación de que no todo eran rosas entre Fiorina y el directorio
de HP. El 9 de febrero resignó el cargo que ocupara en HP desde 1999 aduciendo
diferencias con el directorio sobre cómo ejecutar la estrategia HP.

¿Qué fue lo que pasó? Un factor importante fue, sin duda,
el pobre desempeño de la compañía después de la controvertida
fusión con Compaq en mayo 2002. La fusión, que según la CEO
era la carta de triunfo para el futuro de HP, resultó un fracaso. Aquella
fue una compra que produjo una profunda división
entre los accionistas: los que estaban a favor y los que estaban en contra de
anexar la empresa rival Compaq Computer. Quienes se oponían eran los herederos
fundadores de la compañía, William Hewlett y David Packard.

Walter Hewlett encabezó la campaña anti-fusión sugiriendo
que la incorporación de Compaq sólo añadiría grasa
inútil a la parte más débil del negocio ((216855). Hewlett
peleó con uñas y dientes para impedir la fusión y cuando
después de largos meses de tira y afloje llegó el día de
la votación,
la perdió por un escaso margen de 2,8. La estrechez de esa diferencia dejó
las cosas pendientes de acción judicial, cosa que aprovechó ewlett
para acusarla de “maniobras
electorales
“.
La compra se cerró, las empresas se fusionaron pero las promesas de sinergia
no se vieron. HP no sólo no vio los beneficios prometidos sino que en los
tres últimos años perdió considerable valor.

Dos semanas antes ya sonaron las alarmas. El 24 de enero, el Wall Street Journal
decía que los directores de Hewlett-Packard estaban estudiando una reestructuración
gerencial para delegar algunas de las responsabilidades diarias de la presidente
y CEO Carleton (Carly) S. Fiorina a tres altos ejecutivos de HP: Vyomesh Joshi,
Ann Livermore y Shane Robison. HP negó la versión, pero quedó
instalada la sensación de que no todo eran rosas entre Fiorina y el directorio
de HP. El 9 de febrero resignó el cargo que ocupara en HP desde 1999 aduciendo
diferencias con el directorio sobre cómo ejecutar la estrategia HP.

¿Qué fue lo que pasó? Un factor importante fue, sin duda,
el pobre desempeño de la compañía después de la controvertida
fusión con Compaq en mayo 2002. La fusión, que según la CEO
era la carta de triunfo para el futuro de HP, resultó un fracaso. Aquella
fue una compra que produjo una profunda división
entre los accionistas: los que estaban a favor y los que estaban en contra de
anexar la empresa rival Compaq Computer. Quienes se oponían eran los herederos
fundadores de la compañía, William Hewlett y David Packard.

Walter Hewlett encabezó la campaña anti-fusión sugiriendo
que la incorporación de Compaq sólo añadiría grasa
inútil a la parte más débil del negocio ((216855). Hewlett
peleó con uñas y dientes para impedir la fusión y cuando
después de largos meses de tira y afloje llegó el día de
la votación,
la perdió por un escaso margen de 2,8. La estrechez de esa diferencia dejó
las cosas pendientes de acción judicial, cosa que aprovechó ewlett
para acusarla de “maniobras
electorales
“.
La compra se cerró, las empresas se fusionaron pero las promesas de sinergia
no se vieron. HP no sólo no vio los beneficios prometidos sino que en los
tres últimos años perdió considerable valor.

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