Pese a todo, Qwest Communications insistirá en comprar MCI

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Luchando para sobrevivir ante pesos pesados y sus propios problemas, Qwest está por mejorar la oferta hecha por Mobile Communications International. Pero hay demasiados analistas escépticos.

Según allegados a la firma, la idea es elevar el valor de la propuesta. Ésta podría ser de US$ 26,50 la acción, contra los 24,60 anteriores. Eso equivaldría a poco más de US$ 8.000 millones en total. Además, la suma adicional sería en efectivo (curiosamente, algo que no abunda en Qwest).

Sin duda, la oferente necesita aumentar de volumen. En la situación actual, figura cuarta, distante, en una lista encabezada por Verizon, SBC y la eventual unión Sprint-Nextel. De hecho, Verizon ha ofrecido alrededor de US$ 6.750 millones por MCI pero, si bien el monto es inferior al de Qwest, la solidez de Verizon tienta a Michal Capellas, ex presidente de Compaq y actual de MCI (ex WorldCom).

Richard Notebaert, CEO de Qwest, opone una objeción que bien pudiera ser compartida por la Comisión Federal de Comunicaciones. “Una fusión Verizon-MCI (sostiene) generará un virtual duopolio, cuyo otro componente resulta del acuerdo SBC-AT&T”. Es muy buen argumento.

Por otro lado, la junta directiva de MCI prefiere fusionarse con Verizon debido a su situación financiera, muy superior a la de Qwest. Esta firma viene afrontando desde hace años un escándalo contable y, esta misma semana, la Securities & Exchange Commission (SEC, comisión federal de valores) acusará formalmente de fraude a su ex conducción. Además, la empresa tiene US$ 17.000 millones en deudas.

En verdad, ya hay un preacuerdo con Verizon-MCI. Si Capellas se diera vuelta y optase por Qwest, debería pagar al gigante neoyorquino una multa de US$ 200 millones. Pero un grupo de accionistas –que sólo ve el lado pecuniario del asunto- presiona para que MCI escuche la nueva propuesta de Qwest.

La cuestión reside en hasta dónde iría Verizon para quedarse con MCI. Su propia solidez económica la exime de llegar al precio –actual o potencial- ofrecido por Qwest. Allegados a Capellas recuerdan que es muy buen vendedor de paquetes, como lo demostró al obtener de Carleton Fiorina (ex Hewlett-Packard) una suma a todas luces desmedida -US$ 18.300 millones- por Compaq. Pero había una diferencia clave: H-P tenia fondos disponibles suficientes para la operación, algo que Qwest no posee. La puja por MCI, si la gana Verizon, puede tener un segundo efecto: Qwest quedará expuesta a una compra hostil por parte de algún otro rival (dentro o fuera de Estados Unidos).

Según allegados a la firma, la idea es elevar el valor de la propuesta. Ésta podría ser de US$ 26,50 la acción, contra los 24,60 anteriores. Eso equivaldría a poco más de US$ 8.000 millones en total. Además, la suma adicional sería en efectivo (curiosamente, algo que no abunda en Qwest).

Sin duda, la oferente necesita aumentar de volumen. En la situación actual, figura cuarta, distante, en una lista encabezada por Verizon, SBC y la eventual unión Sprint-Nextel. De hecho, Verizon ha ofrecido alrededor de US$ 6.750 millones por MCI pero, si bien el monto es inferior al de Qwest, la solidez de Verizon tienta a Michal Capellas, ex presidente de Compaq y actual de MCI (ex WorldCom).

Richard Notebaert, CEO de Qwest, opone una objeción que bien pudiera ser compartida por la Comisión Federal de Comunicaciones. “Una fusión Verizon-MCI (sostiene) generará un virtual duopolio, cuyo otro componente resulta del acuerdo SBC-AT&T”. Es muy buen argumento.

Por otro lado, la junta directiva de MCI prefiere fusionarse con Verizon debido a su situación financiera, muy superior a la de Qwest. Esta firma viene afrontando desde hace años un escándalo contable y, esta misma semana, la Securities & Exchange Commission (SEC, comisión federal de valores) acusará formalmente de fraude a su ex conducción. Además, la empresa tiene US$ 17.000 millones en deudas.

En verdad, ya hay un preacuerdo con Verizon-MCI. Si Capellas se diera vuelta y optase por Qwest, debería pagar al gigante neoyorquino una multa de US$ 200 millones. Pero un grupo de accionistas –que sólo ve el lado pecuniario del asunto- presiona para que MCI escuche la nueva propuesta de Qwest.

La cuestión reside en hasta dónde iría Verizon para quedarse con MCI. Su propia solidez económica la exime de llegar al precio –actual o potencial- ofrecido por Qwest. Allegados a Capellas recuerdan que es muy buen vendedor de paquetes, como lo demostró al obtener de Carleton Fiorina (ex Hewlett-Packard) una suma a todas luces desmedida -US$ 18.300 millones- por Compaq. Pero había una diferencia clave: H-P tenia fondos disponibles suficientes para la operación, algo que Qwest no posee. La puja por MCI, si la gana Verizon, puede tener un segundo efecto: Qwest quedará expuesta a una compra hostil por parte de algún otro rival (dentro o fuera de Estados Unidos).

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