<p>Pocas veces un desastre haya sido tan reiteradamente anunciado, tras el derrame de la BP. A diferencia de abril y según urgente comunicado de la empresa,“esa plataforma se había desactivado”. Igual, empero, el almirante Thaddeus Allen –asesor de Barack Obama para estas emergencias- voló a la zona, unos 190 km al sudoeste de Nueva Orleáns.<br />
<br />
Sea como fuere, subsiste un grave problema subrayado por Giovanni Gregori, geofísico italiano consultado por Washington. “El potencial para este clase de incidentes ha sido hasta ahora groseramente subestimado. Pero sus efectos concomitantes resultan invariablemente severos, cuando no catastróficos”.<br />
<br />
A su criterio, “los derrames de hidrocarburos en el mar significan cuatro tipos de riesgos. El primero atañe a la ecología, pues genera desequilibrios que afectan la vida y el ciclo alimentario de la fauna íctica y de superficie. El segundo es económico porque, como sucede en el golfo de México (o el Mediterráneo central, donde opera BP), hay una amplia gama de actividades dañadas en agua y tierra”.<br />
<br />
La tercera categoría de riesgos, agrega el científico, “resulta potencialmente peor y consiste en la acumulación de crudos a diversas profundidades en altamar. Ocurre que la zona genera huracanes vinculados al calor submarino. Además, los hidrocarburos depositados en el fondo pueden ser alzados por el tifón y arrastrados en el aire hacia tierras remotas, donde dañen plantas, animales y gente, en grado superior al de una erupción volcánica”.<br />
<br />
En cuanto al cuarto peligro, Gregori lo refiere “a la parte liviana de los crudos, que se dispersa en la superficie creando una fina película recubierta de agua. En el caso de Macondo, se ha comprobado que buena parte del Atlántico septentrional presenta un velo de hidrocarburos. Al evaporarse, altera la circulación atmosférica y el clima. Hasta el momento, estos cuatro efectos colaterales no han sido tenidos en cuenta”. <br />
</p>
Otra plataforma que explota sobre las costas de Luisiana
La Vermillion 380, propiedad de Mariner Energy, estalló a unos 130 kilómetros del litoral y 250 km al oeste de donde se hundio la Deepwater horizon de British Petroleum el 20 de abril sobre el pozo Macondo. Esta vez no debieron lamentarse muertos.