viernes, 13 de diciembre de 2024

MCI le dijo no a Qwest, pero se vendió a Verizon por bastante menos

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Inesperadamente, Verizon Communications y Mobile Communications International (MCI, ex WorldCom) cerraron trato por US$ 6.700 millones. O sea, 8,2% menos que los 7.300 millones ofrecidos por Qwest. Una diferencia fuera de lo común.

Hasta ahora, Verizon era la segunda telefónica de larga distancia en Estados Unidos. A partir de esta fusión, incorporará una red inalámbrica de voz y datos que abarca cinco continentes.

Al aceptar una oferta que combina efectivo con acciones, MCI descartó los 7.300 millones de Qwest Communications. Quizá la clave de la diferencia sean los US$ 4.000 millones en deuda de MCI que asumirá la adquirente.

Michael Capellas, director ejecutivo de MCI, prefirió a Verizon sobre Qwest, porque “se impuso su tamaño sobre el monto ofrecido por la otra”. Y la deuda, claro. Pero el ex jefe de Compaq (a quien se ve muy feliz tras el despido de Carleton Fiorina en Hewlett-Packard) no mencionó el detalle. Tampoco dijo palabra sobre los pasivos por US$ 17.200 millones que agobian a Qwest.

Hay un tercer detalle: Verizon no tiene ese tipo de lastre porque no pasó por las crisis de las otras dos, escándalos contables inclusive. Al tomar MCI, absorberá una red de fibra óptica que cubre alrededor de 150.000 kilómetros alrededor del planeta. Además de clientes como H-P o Airbus.

“Verizon pintaba mejor para ese matrimonio”, señala Blair Levin, analista sectorial en la agencia calificadora Legg Mason Wood Walker. Levin fue jefe de gabinete en la Comisión Federal de Comunicaciones, Washington. A su vez, la firma tiene en “retención” las acciones de Verizon y Qwest, pero no califica a MCI.

La propuesta de Verizon incluye US$ 4.800 millones en papeles, 488 millones en efectivo y 1.460 millones en dividendos. La deuda va por cuerda separada. Por supuesto, la fusión debe pasar aún por dos filtros: la CFC y la Securities & Exchange Commission (SEC, comisión federal de valores).

Hasta ahora, Verizon era la segunda telefónica de larga distancia en Estados Unidos. A partir de esta fusión, incorporará una red inalámbrica de voz y datos que abarca cinco continentes.

Al aceptar una oferta que combina efectivo con acciones, MCI descartó los 7.300 millones de Qwest Communications. Quizá la clave de la diferencia sean los US$ 4.000 millones en deuda de MCI que asumirá la adquirente.

Michael Capellas, director ejecutivo de MCI, prefirió a Verizon sobre Qwest, porque “se impuso su tamaño sobre el monto ofrecido por la otra”. Y la deuda, claro. Pero el ex jefe de Compaq (a quien se ve muy feliz tras el despido de Carleton Fiorina en Hewlett-Packard) no mencionó el detalle. Tampoco dijo palabra sobre los pasivos por US$ 17.200 millones que agobian a Qwest.

Hay un tercer detalle: Verizon no tiene ese tipo de lastre porque no pasó por las crisis de las otras dos, escándalos contables inclusive. Al tomar MCI, absorberá una red de fibra óptica que cubre alrededor de 150.000 kilómetros alrededor del planeta. Además de clientes como H-P o Airbus.

“Verizon pintaba mejor para ese matrimonio”, señala Blair Levin, analista sectorial en la agencia calificadora Legg Mason Wood Walker. Levin fue jefe de gabinete en la Comisión Federal de Comunicaciones, Washington. A su vez, la firma tiene en “retención” las acciones de Verizon y Qwest, pero no califica a MCI.

La propuesta de Verizon incluye US$ 4.800 millones en papeles, 488 millones en efectivo y 1.460 millones en dividendos. La deuda va por cuerda separada. Por supuesto, la fusión debe pasar aún por dos filtros: la CFC y la Securities & Exchange Commission (SEC, comisión federal de valores).

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