<p>Desde que los chinos comenzaron a usar un tipo de moneda hace 3000 años que las diferentes sociedades han tratado de convertir a la vieja moneda, pesada, a otra forma más portátil, durable y divisible. A lo largo del tiempo, de hecho, aquella moneda se fue volviendo menos tangible y más simbólica: el oro dio paso al papel y el papel a cifras en una pantalla.</p>
<p>La proliferación de la comunicación digital significa que hoy se pueden organizar con velocidad las diferentes cuentas de una persona a través de telefonía móvil, mostrando una tarjeta de crédito o revisando la información por Internet. Pero más allá de la velocidad de las transacciones, las cosas no han cambiado mucho desde la época antigua. <br />
A pesar de la comodidad de la banca electrónica, los servicios que se encuentran en cualquier portal son los mismos que se ofrecen en las sucursales de los bancos. La realidad es que la falta de imaginación de gerentes bancarios está dejando el terreno libre a los especialistas en crear interfases de usuario y gestión de consumidores. Los ejemplos abundan: Mint.com, que centraliza toda la información de las diferentes cuentas en un solo lugar, y Simple.com, una alternativa al online banking que ofrece tarifas bajas y un mejor servicio al cliente.</p>
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<p>El pago a través de los móviles es, mientras tanto, una complicación innecesaria. Lo atractivo es que ofrece contacto cotidiano con la información financiera y la posibilidad, en el caso de los teléfonos inteligentes, de pagar por los productos sin tener que recurrir a una tarjeta de crédito. Tampoco fueron los bancos quienes comenzaron a desarrollar esta tecnología. Google, con su Wallet, piensa que el pago móvil ofrecerá más datos sobre el usuario; Apple desarrolló un ecosistema de aplicaciones y PayPal ve claramente la oportunidad de conectar un número de teléfono con las cuentas de sus usuarios. De hecho, el mayor sistema de pago por móvil en Estados Unidos hoy no le corresponde a ningún banco sino a Starbucks.</p>
<p>Hoy el historial de crédito se basa en información personal pero en el futuro se podría completar con información de redes sociales. Lenddo.com trata de hacer exactamente eso a través de un “gráfico social”: se suman puntos cuando, por ejemplo, un amigo se ofrece de garante vía Internet. A gran escala, un sistema transparente como el de Google se podría usar para monitorear el comportamiento de entidades financieras grandes.</p>
<p>Lo que no quieren hacer los nuevos jugadores del sistema es manejar el dinero de los clientes. Para eso están los bancos y sus redes de cajeros automáticos. El resultado de esto es que las instituciones financieras no han podido desarrollarse plenamente en áreas donde esa infraestructura todavía no ha llegado. En el mundo son 2500 millones las personas que no tienen acceso a una cuenta bancaria y están atrapados en las transacciones con papel.</p>
<p>En Brasil se encontró una manera de resolver el problema, ofreciendo lugares para depositar y retirar billetes en negocios minoristas. Con la tecnología adecuada intercambian plata de un medio físico a otro electrónico puede ser fácil y seguro. En Kenia el operador móvil Safaricom desarrolló una red de 30.000 negocios para que los usuarios puedan depositar y transferir dinero a través de sus teléfonos móviles.</p>
<p>Por otro lado, en la era de la información, los billetes han cambiado poco. Hay más hologramas y tintas especiales pero no tecnología aplicada a la detección de falsificaciones. Una nueva idea para billetes que sirvan como comprobante de depósitos bancarios podría dejar obsoletos a los cajeros automáticos. En vez de anunciar la muerte del papel tal vez sea más astuto tratar de introducir cambios que adapten al billete a nuestros tiempos.</p>
<p>En definitiva, como los bancos y el sector financiero son sectores altamente regulados, tal vez sean los últimos en ser transformados por las tecnologías de la información. Pero la tendencia de centrar todas las operaciones de la vida cotidiana en los teléfonos también está llegando a este sector y transformándolo de manera paulatina pero permanente.</p>
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