<p>Internet no es el único servicio que espera la generación del milenio. Los hoteles también están instalando consolas de electricidad para poder conectar todos los dispositivos que el viajero lleva a cuestas, desde su notebook a su celular. No quieren tener que desconectar lámparas para obtener múltiples enchufes.</p><p>El hotel Plaza de Nueva York fue un paso más allá y colocó iPads en las habitaciones. El huésped puede usarlos como una especie de control remoto inteligente, para ajustar la luz, la temperatura y leer el diario de la mañana.</p><p>Las redes sociales también son un lugar al que los hoteles deben prestar atención. La generación Y no escribirá sus quejas en un libro sino que se conectará a Twitter o a Travel Advisor para hacerlo público. La cadena Starwood Hotel and Resorts Worldwide tiene un equipo de 20 personas cuyo único trabajo es responder a estas quejas.</p><p>El rediseño del lobby, dicen, es fundamental porque la generación del milenio pasa más tiempo allí que en sus propias habitaciones. Es un ser social que gusta tomarse una copa, por lo que los hoteles harán bien en incluir bares a sus gustos. En definitiva, un hotel de gente joven tiene que adaptarse a sus demandas a un precio que no deje de ser conveniente para sus bolsillos.<br /> </p>
<p>Muchos hoteles se están preparando para satisfacer las necesidades de una clase especial de viajero: los jóvenes de entre 20 o 30 años fanatizados con la tecnología, las redes sociales y el diseño. Ahora las grandes cadenas- como Hilton, Starwood, Marriott e Intercontinental- ya ofrecen conexiones Wi-fi de alta velocidad, sillones grandes y cómodos en los lobbies, gimnasios equipados con aparatos de última generación y consolas para conectar teléfonos, tabletas, computadoras y todo lo electrónico que existe. De esta manera los hoteles intentan adaptarse a las necesidades del único segmento demográfico que gasta dinero en el medio de la recesión.</p>
<p>De hecho, mientras que otros grupos etarios disminuyeron su consumo, el de los jóvenes viajeros subió 20% en 2010 convirtiéndolos en el segmento de mayor crecimiento, sólo detrás de la generación de los baby boomers. Ignorar a este segmento es hoy una desventaja competitiva.</p>
<p>Hace una década las cosas no eran iguales. La industria trataba de atraer a los viajeros que hoy están en sus 50 o 60 años. Los cambios entonces incluían camas de mejor calidad, luces más brillantes y un espacio de trabajo más grande. Esos clientes supieron ser leales a las marcas que ofrecían servicios personalizados a sus gustos y necesidades. Hoy la generación Y busca todo lo contrario: no quiere espacios amplios sino ideas innovadoras. Lo regular no llama su atención. En definitiva, lo interesante es más importante que la comodidad.</p>
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