La Fundación Mediterránea, a través de su Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), difundió un estudio que pone en foco un aspecto estructural de la economía argentina: los costos relativos de producir granos en el país. El documento, titulado ¿Es competitivo producir granos en Argentina? Nueva comparación internacional de precios, compara los valores de trece insumos agropecuarios medidos en dólares, incluyendo fertilizantes, fitosanitarios, combustible, transporte y maquinaria.
El análisis incluye a Brasil, Paraguay, Uruguay y Estados Unidos, principales competidores de Argentina en el mercado internacional de granos. La conclusión es clara: en promedio, los insumos son más caros en Argentina. Las diferencias más notorias se dan en transporte de cargas, con un 23 % de sobrecosto, y en maquinaria agrícola, que resulta 27 % más cara que en los países relevados.
Costos internos como límite a la competitividad
Las distorsiones identificadas —como la incidencia de impuestos en cascada, elevados costos logísticos y restricciones cambiarias— configuran un panorama adverso para la competitividad del agro argentino. “Estas diferencias limitan el potencial del agro”, afirmó María Pía Astori, presidenta de la Fundación Mediterránea, al presentar el informe.
El estudio plantea que el impacto de estos sobrecostos va más allá de la rentabilidad inmediata. Afectan la capacidad estructural del país para posicionarse en un mercado global exigente y cambiante. Mientras los precios internacionales y la productividad siguen siendo factores centrales, las condiciones internas de producción inciden cada vez más en la sostenibilidad del sector.
Infraestructura, impuestos y tipo de cambio
Los factores que explican los mayores precios en Argentina son diversos. En primer lugar, la estructura impositiva aplicada a los insumos —que acumula cargas en cada etapa de comercialización— incrementa artificialmente los costos. A esto se suma la logística: deficiencias en infraestructura y altos precios del transporte encarecen la operación en todo el territorio nacional.
El tercer factor relevante es el acceso restringido a divisas y las distorsiones cambiarias, que afectan la adquisición y el financiamiento de insumos importados. Esta combinación de elementos configura una desventaja competitiva frente a países que comparten condiciones agroecológicas similares pero operan con entornos regulatorios más previsibles.
Un insumo para la política pública
El informe del IERAL no solo expone un diagnóstico, sino que propone una herramienta de análisis para el diseño de políticas. La comparación internacional permite identificar brechas específicas y focalizar medidas que apunten a reducir costos y mejorar la eficiencia operativa. Entre las áreas prioritarias se destacan la revisión de la carga fiscal sobre insumos, la inversión en infraestructura logística y la normalización del mercado cambiario.
El trabajo también aporta una perspectiva integral sobre la competitividad. Más allá de los factores externos —como la demanda global o los precios de exportación—, remarca que la estructura de costos interna es determinante para sostener y ampliar la participación argentina en el comercio internacional de granos.
Una agenda para el desarrollo del agro
La producción de granos representa uno de los pilares de la economía nacional por su capacidad de generar divisas, empleo e inversión. En este contexto, reducir los sobrecostos que enfrenta el sector aparece como una condición necesaria para fortalecer su rol estratégico. La comparación con países vecinos permite dimensionar las oportunidades que se pierden por problemas domésticos evitables.
Con este informe, la Fundación Mediterránea propone una base empírica para la toma de decisiones, tanto en el ámbito público como en el privado. En palabras de Astori, se trata de “entender los desafíos actuales y orientar futuras acciones en el sector agrícola argentino”.