<p>Según la oficina informativa de los editores económicos (PIB, o sea Publishers Information Bureau), en 2000 se inició una declinación de avisos en los tres títulos líderes. Para entonces, el promedio de páginas publicitarias era unas seis mil anuales. En 2009, esos números habían caído a 1.500 en BW, 1.750 en Fortune y 2.000 en Forbes.<br />
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Ahora bien ¿por qué Bloomberg adquiere algo en obvia decadencia? Los ejecutivos de la firma pretextan la necesidad de ampliar audiencia y captar lectores para su conglomerado de medios especializados. Éste abarca la influyente agencia noticiosa, un canal de cable, un portal web y Twitter. “Lo que menos necesitaba era una revista deficitaria”, afirmaban en News Corp., o sea Fox, que tiene un canal económico conducido por Louis Dobbs. <br />
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McGaw-Hill acabó vendiendo el semanario por apenas cinco millones de dólares y las deudas. Desplazado su último equipo, Business Week queda en manos de Norman Pearlstine (director de contenido en la compradora) y Joshua Tyrangiel, un editor de 37 años.<br />
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Los nuevos dueños creen que esta unión “permite a Bloomberg aprovechar la marca BW como cabeza de puente para alcanzar lideres del sector público y privado”. Rivales británicos y alemanes de la agencia admiten que el precio fue un regalo, pero estiman que la marca Bloomberg –cuenta con 300.000 subscriptores- ya penetraba muy bien en círculos áulicos y un público tipo ABC1.</p>
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La agencia Bloomberg compró a Business Week, la revista
El grupo especializado en información financiera, creado por el hoy intendente de Nueva York, presenta este jueves una BW renovada. Michael B. pone una condición: recobrar avisos y volver a dar utilidades, problema común a tres revistas de negocios.