Kleisterlee obliga a Philips a afrontar la real realidad

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Tras apenas veinte meses a cargo de Philips, Gerard Kleisterlee ha dado vuelta al mayor fabricante europeo de electrónicos para consumo. Según algunos expertos, este CEO hizo más cambios que sus todos sus antecesores en veinte años.

No fue fácil arrasar con barreras que convertían las unidades en
compartimientos estancos y, en el proceso, eliminar negocios obsoletos. Pero esta
revolución pone la firma en camino a recobrar rentabilidad. Tras reducir
las divisiones de siete a cinco en 2001/2, Kleisterlee acaba de lanzar una estrategia
triple, basada en sistemas de salud, rubros de consumo diario y las tecnologías
vinculadas a ellos.

Según el CEO, la clave de sus innovaciones consiste en “ver la empresa
desde afuera, en relación con los mercados cubiertos. Antes, Philips miraba
el mundo desde adentro: se desarrollaban técnicas, procesos y productos
antes de hacer marketing e investigar al cliente potencial”. Por supuesto,
liquidar ideas, métodos y estructuras en una firma que tiene 112 años
ha tenido costos: se eliminó 15% de la dotación laboral (35.000
puestos) vía tercerización, liquidaciones y mudanza de fábricas
a países de salarios más bajos.

Los traslados continúan. Por ejemplo, varias líneas de armado abandonan
la Unión Europea rumbo a su flanco oriental, Centroamérica y Lejano
Oriente. Los números no dejaban muchas opciones, dado que -en 2001- Philips
estaba perdiendo € 2.600 millones por cambios o descensos en la demanda de
electrónicos y semiconductores. Ahora, tras demorar hasta el 11 de febrero
la difusión del balance 2002, la compañía anticipa que -durante
el IV trimestre- volvió a tener ganancias netas. Pero el propio Kleisterlee
advierte: “recién en 2004 esperamos todo un año con utilidades”.

La nueva estrategia buscará elevar el flujo de productos de vanguardia
tecnológica; sea de consumo directo, sea para grandes usuarios (por ejemplo,
equipos médicos de ultrasonidos). No obstante, seguirán ajustándose
los gastos en investigación y desarrollo que, en 2001, sumaban € 3.300
millones y representaban más de 10% de ventas. En quince años, éstas
subieron apenas de € 27.000 a 32.000 millones (18,5%).

No fue fácil arrasar con barreras que convertían las unidades en
compartimientos estancos y, en el proceso, eliminar negocios obsoletos. Pero esta
revolución pone la firma en camino a recobrar rentabilidad. Tras reducir
las divisiones de siete a cinco en 2001/2, Kleisterlee acaba de lanzar una estrategia
triple, basada en sistemas de salud, rubros de consumo diario y las tecnologías
vinculadas a ellos.

Según el CEO, la clave de sus innovaciones consiste en “ver la empresa
desde afuera, en relación con los mercados cubiertos. Antes, Philips miraba
el mundo desde adentro: se desarrollaban técnicas, procesos y productos
antes de hacer marketing e investigar al cliente potencial”. Por supuesto,
liquidar ideas, métodos y estructuras en una firma que tiene 112 años
ha tenido costos: se eliminó 15% de la dotación laboral (35.000
puestos) vía tercerización, liquidaciones y mudanza de fábricas
a países de salarios más bajos.

Los traslados continúan. Por ejemplo, varias líneas de armado abandonan
la Unión Europea rumbo a su flanco oriental, Centroamérica y Lejano
Oriente. Los números no dejaban muchas opciones, dado que -en 2001- Philips
estaba perdiendo € 2.600 millones por cambios o descensos en la demanda de
electrónicos y semiconductores. Ahora, tras demorar hasta el 11 de febrero
la difusión del balance 2002, la compañía anticipa que -durante
el IV trimestre- volvió a tener ganancias netas. Pero el propio Kleisterlee
advierte: “recién en 2004 esperamos todo un año con utilidades”.

La nueva estrategia buscará elevar el flujo de productos de vanguardia
tecnológica; sea de consumo directo, sea para grandes usuarios (por ejemplo,
equipos médicos de ultrasonidos). No obstante, seguirán ajustándose
los gastos en investigación y desarrollo que, en 2001, sumaban € 3.300
millones y representaban más de 10% de ventas. En quince años, éstas
subieron apenas de € 27.000 a 32.000 millones (18,5%).

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