El tren bala japonés, conocido como Sinkansesn, comienza hoy un servicio con una frecuencia de cinco minutos entre Tokio y Osaka. La compañía responsable de la administración de los trenes bala en Japón, la Central Japan Railway, invirtió dos años de trabajo con el objetivo de reducir un minuto el trayecto entre las dos estaciones.
La Central Japan Railway reemplazará todos los modelos anteriores de trenes en la primavera del 2020 por los N700A, que tiene una velocidad máxima de 285km por hora y puede viajar entre las estaciones de Tokio y Shin Osaka en menos de dos horas y media. Eso permitirá a la operadora aumentar el número de viajes de 10 a 12 por hora.
La clave es maximizar el uso de las vías porque la línea Tokaido Shinkansen tiene una sola dirección. Eliminar los modelos viejos significa que los N700A, más rápidos, ya no quedarán atascados esperando detrás de trenes menos veloces.
Parecería que estamos ante una gran inversión de trabajo y recursos por tratar de reducir un minuto el tiempo de un tren bala. Los japoneses lo han estudiado a fondo y hasta el momento es la única opción ante un problema que lleva varias décadas: el límite de velocidad debido al ruido y la vibración de los trenes.
Hoy día, el límite de velocidad es de 110 km/h, el cual se impuso como acuerdo entre los habitantes de las comunidades que rodean las vías y JR East, ya que las vibraciones podrían afectar de forma importante la estructura de las casas cerca de las vías, además de la molestia del ruido.
Ante esto, desde hace poco más de 10 años JR East ha buscado la manera de tratar de aumentar la velocidad de los trenes en este trayecto sin afectar a los habitantes. Hoy día, el trayecto es de 30 minutos, y la meta que se habían fijado era conseguirlo en 28 minutos. La mala noticia es que no han encontrado la manera de lograr esto y lo que más se cerca es este proyecto que hará que los trenes vayan a 130 km/h y el trayecto se realice en 29 minutos.
Con esa reducción de apenas un minuto, JR East asegura que se trata de “un gran paso para aumentar el número de pasajeros ante la creciente demanda”, con lo que ahora podrán ser más eficientes. Los trabajos consistirán en instalar una placa de absorción acústica dentro de la barda de contención de las vías, esto a lo largo de un kilometro que es donde se encuentra la zona residencial.
Una vez que terminen de montar esta placa, lo siguiente será realizar las pruebas para que el Ministerio de Medio Ambiente autorice el incremento en la velocidad de los trenes, el cual sería el primer incremento desde que inició sus operaciones en 1985.