martes, 3 de diciembre de 2024

Inkjet versus laser: la guerra por las impresoras

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Si hay que imprimir, la clave está en gastar menos por cada hoja. Las laser dominan el mercado pero las inkjet de alta calidad se cuelan con opciones a buenos precios. Por Florencia Pulla. 

Ayer la conocida marca de impresoras Brother presentó su línea de Inkjets en el planetario, pateando el tablero en el competitivo mercado de las impresoras a chorro de tinta que se están animando, de a poco, también a competir en el mercado corporativo frente a las todopoderosas láser. “La idea es ir al mercado corporativo con una opción recargable de botellas en el tanque frontal”, explicó Mikhail Murekian, gerente de Producto de la japonesa, que intenta así ir contra otras opciones recargables como Epson. 

 

Por ahora sigue reinando el láser en las oficinas. Incluso con la tendencia de las “paperless office” dando vuelta, las impresoras con esa tecnología siguen representando el grueso de la oferta. Murekian lo reconoce: “El marketshare de las inkjet es bajo. En nuestro caso no teníamos siquiera ofertapara ese mercado. Con estos nuevos productos queremos un mejor posicionamiento porque vemos que la tendencia de los inkjet es contundente en otros países”. Para el mercado corporativo la venta no será directa sino por distribuidores que ya tienen buena llegada en ese segmento. 

 

“El mercado corporativo no usa mucho inkjets. Pero no es una guerra. Hay productos que abarcan diferentes necesidades y por eso queremos tener un portfolio amplio. Por eso segmentando la oferta. Tenemos impresoras para hogares en láser y para oficinas en inkjet”. 

 

En esta guerra que, dicen, no es tal, el precio va a ser diferencial: para los dos modelos (el DCP-T300 y DCP-T500W) rondarán entre $4159 y  $5169, respectivamente. Las botellas recargables rondarán los $174 al público. 

 

El precio no es un dato menor. Otro es, quizás, el stock. Las nuevas impresoras de Brother –como las de su competencia- no se fabrican localmente. Durante los últimos años han sufrido los coletazos de las limitaciones para las importaciones con falta de productos. “En temas de stock no creo que tengamos problemas. Tenemos resuelto el tema. Pero no vamos a fabricar en el país; apostamos a la producción de verdad no a desensamblar y volver a ensamblar. No nos interesan este tipo de movimientos, por lo menos por ahora”, remarcó Luciano Margionte, presidente de la filial local de Brother. 

 

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