Hasta hace poco, Chávez arrinconaba a las compañías privadas nacionalizando yacimientos, enviando inspectores fiscales, etc. Hoy, ante el desplome de precios (el crudo tejano se desinfló de US$ 147,25 por barril el 13 de julio a 37 esta semana) y la baja de producción local, altos funcionarios han invitado a volver a grandes petroleras occidentales.
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<p> Ello abarca Chevron, Royal Dutch/Shell, Total y ENI. Se les asegura acceso a una de las mayores reservas de hidrocarburos comprobadas en el mundo. El solo hecho de que estén dispuestas al regreso refleja la escasez de áreas abiertas al capital extranjero en países petroleros importantes, particularmente en Levante.</p>
<p> Pero el giro venezolano –discretamente fomentado desde Brasil y Argentina- también indica que la crisis financiera occidental enfría las obsesiones bonapartistas del presidente, nada afines a Simón Bolívar. Lo que se juega es, ni más ni menos, la estabilidad económica del país y su suerte como líder: eso explica su nuevo pragmatismo. Además, Petróleos de Venezuela padece problemas imposibles de ignorar.</p>
<p> Acercarse a las principales compañías quizá sea la única manera de consolidar PdeV y financiar una miríada de programas sociales. Atención médica, salud y educación –puntales de su popularidad en las masas urbanas- han sido factibles gracias a los ingresos petroleros.</p>
<p> “Si reconciliarse con las petroleras privadas es necesario para sobrevivir políticamente, Chávez lo hará”, afirma el francés Roger Tissot, experto en Venezuela. “Como militar, aceptará perder una batalla para ganar la guerra”. Por un lado, los nuevos proyectos tomarán años; por el otro, el presidente –cuyo mandato llega a 2012- arma para febrero un plebiscito con le objeto de lograr la reelección perpetua. Esto suena a autocracia, pero, como se sabe, las petroleras nunca han prestado atención a esos matices (lo subrayan sus buenas relaciones con Marcos Pérez Jiménez).</p>
<p> En los últimos años, Chávez prefirió asociarse con empresas estatales, desde Rusia a China o Irán. Pero, salvo Gazprom o Lukoil, sólo las grandes sociedades privadas disponen de ventajas operativas y experiencia en materia de proyectos complejos. Por eso, este mismo mes las autoridades venezolanas comienzan a examinar propuestas para nuevas áreas en la franje del Orinoco, donde existen unos 235.000 millones de barriles de crudos densos recobrables. En total, más de US$ 20.000 millones en inversiones se requerirán para extraer alrededor de 1.200.000 barriles diarios.</p>
<p> Chávez no tiene más remedio que negociar con el Diablo. Nacionalizaciones en otros sectores (agro, siderurgia) promueven fugas de capitales. Ello deja un país 93% dependiente de exportaciones petroleras en 2008, contra 70% en 1998, cuando Chávez llegó al poder. En lo tocante a PdeV, declara en 2008 unos 3.300.000 b/d de producción, pero la OPEP –Caracas es miembro- recorta la estimación a 2.300.000. Hace diez años, no obstante, totalizaba 3.400.000 b/d. </p>
Hugo Chávez reinicia discretos contactos con petroleras occidentales
El venezolano ve que la caída de crudos perjudica su sueño napoleónico, un estado socialista. El desinfle del delirio bolivariano lo hace elevar regalías, tomar en serio una inflación superior a 30% y hablar con el sector privado.